Entre Las Sombras - Libro #1 Bilogia AS. COMPLETO.

Diecisiete: Máscaras, karaoke y mentiras I

Diecisiete: Máscaras, karaoke y mentiras I

No siempre somos los buenos en nuestra historia, a veces somos los héroes, pocas veces los villanos y en algunas ocasiones los personas de segundo plano que le dan voz al locutor

—Adam Evans.

Sabrina.

Adam acelera el deportivo y lo único que hago es gritar mientras me sostengo del asiento, el aire se siente tenso, el deportivo se mueve rápidamente esquivando los distintos autos que conducen a una prudente velocidad, bebo de mi cerveza la que Adam me compro hace rato para aliviar mi sed, trago en seco el líquido cuando esquiva un camión, me atraganto y toso un poco, Adam va concentrado en la carretera y yo en verlo a él, se encuentra apretando los dientes, mientras esquiva a los autos, abro mi boca dejando que un poco de cerveza se resbale por mi barbilla al verlo se ve tan poderoso, enigmático.

No puedo evitar esa extraña sensación en mi pecho o mojar mis bragas al sentir el peligro, saborear la muerte cada vez que Adam acelera, él me da una pequeña mirada, mientras pone su mano sobre mi muslo, sigue conduciendo a alta velocidad por la concurrida carretera, me recuesto en mi asiento, mientras siento como sus dedos presionan la piel sensible de mi muslo izquierdo.

No puedo evitarlo, no puedo dejar de pensar en Adam y yo, quisiera no sentirme de este modo por él, odiarlo, desecharlo de mi vida como he hecho con todos los hombres hasta ahora, solo haber follado, pintar una raya con él y nunca más volver a vernos.

¿Por qué no hice eso?

¿Por qué me mantengo con él?

¿Por qué beso al hombre que jura destruir a mi familia y a mí?

¿Por qué se siente tan bien besar a Adam?

A pesar de las mentiras, me gusta la sensación de sus labios sobre los míos, estoy perdiendo el control y las Miller nunca perdemos. Jadeo cuando el auto se mueve con violencia por pasar por encima de algún animal con violencia, trago saliva. Cerrando mis piernas, no puedo caer ante las insinuaciones de Adam, giro mi cabeza, dejando de mirarlo. Observo por la ventana como pasa el tren, me quedo mirando el bosque, ¿Dónde diablos esta ese karaoke? Me pregunto mientras sigo mirando por la ventana y pienso en Adam y yo.

***

—Hemos llegado, brujita – dice Adam abriéndome la puerta del auto.

Jadeo sorprendida al ver en el lugar que nos encontramos, nunca me imaginé que este lugar se hubiera vuelto un bar Karaoke y que Adam me trajera a él. Le doy una pequeña sonrisa, cuando él me observa desconcertado, escaneando mi rostro, esperando que flaquee o pida no entrar, no hago nada de eso, he aprendido muy bien a fingir y esconder mis sentimientos desde que soy una niña. Puedo hacer esto.

—Gracias, señor Evans – le digo, escuchando como cierra la puerta del auto, él me da su mano para que la tome y lo hago.

Juntos comenzamos a caminar tomados de la mano. Estar con Adam es caminar en un campo minado descalzo, lleno de mentiras y secretos.

No soy buena, estoy muy lejos de ser una santa o recibir el perdón de Dios. Yo soy la villana en esta historia, pero todavía no puedo determinar cuál es su función en esta historia, porque conozco a muchos actores, muchos títeres y titiriteros, mentirosos y pocos héroes. Pero a Adam no puedo descifrarlo, él nunca dice la verdad, tampoco responde tus preguntas y nunca conocerás sus motivaciones por completo. Las personas de mi pasado se unen con él de una manera retorcida y perversa. Y su mirada tiene un brillo que te hace retroceder.