Veinticinco: Una noche de póker y de confesiones.

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Veinticinco: Una noche depóker y de confesiones.

Sabrina.

Ya no recordaba su nombre. También había suprimido el hecho de su muerte, porque odiaba hablar de ella, la sola mención de su nombre me causaba asco, yo había creado a ese monstruo y con esa misma fuerza con que la quise hoy la odiaba, ¿me arrepiento de su muerte?, claro que no. Solo llegue a sentir lastima por la forma en que murió. Y ese es mi pecado principal, la primera y única gran condena al infierno que tengo. Respiro hondo y me mantengo seria y serena. Ese ser no puede enterarse que hablar de ella me afecta de alguna manera.

Mientras estoy aquí sentada me pongo a pensar, en esa pregunta que Paris me hizo en su funeral, ¿Qué vio Sandy en Alondra, que la atormento tanto? Ese fue uno de los misterios que ninguno de nosotros se atrevió a averiguar.

Porque a nadie le importaba Sandy o le interesaba su salud física o mental, la verdad su muerte fue un alivio para todos. Respiro hondo y observo a Adam, al maldito conejo, no se en cual confiar, los dos quieren destruirme, aniquilarme y acabar conmigo de muchas maneras y esta noche soy presa de los dos. En estos momentos tengo la necesidad de llamar a papá y venderle mi alma con tal que me vuelva a salvar. Porque él nunca permitirá que sus hijas se quemen en el infierno.

A pesar de que Adam haya venido por mí, no puedo confiar en él por completo, él quiere mis secretos, él desea mi destrucción, él desea la cabeza de cada miembro de mi familia. No puedo permitir que la dinastía Miller acabe a manos de Adam Evans.

Ese ataque de valentía que tuve hace unos minutos ha desaparecido, solo quiero huir, doy un paso atrás, haciendo que me choque con la espalda de Adam, este sostiene mi cintura con fuerza y no necesitamos comunicarnos o decir gran cosa con ese simple gesto entiendo todo, si él cae, yo también caigo.

Observo a cada una de las personas vestidas de manera elegante burlarse de nosotros, una sonrisa sínica se dibuja en mis labios, ¡yo soy igual a ustedes!, yo he estado en su posición, yo he sido igual o peor que ustedes, yo...

No soy una santa y aunque me venda al mundo como una santa son un maldito asco y no me arrepiento de mis actos, cuando tienes el poder jamás te arrepientes de tus actos. Los presentes comienzan a apostar en nombre de Adam y en mí, es una cantidad de dinero insólito. Eso me hace sonreír con orgullo, ¡porque, aunque estes muerta sigo siendo mejor que tú!

Aunque en estos momentos me sienta como en el coliseo romano, a la espera que alimenten a las fieras con nosotros. No dejo de mirar a todos los asistentes con orgullo, alejo mi mirada de los presentes y me concentro en ver al maldito conejo maquiavélico.

Miro hacia otro escenario, los chicos son movidos de manera brusca y violenta hacia otro lado del salón, ellos se quejan y gritan. Los ignoro, girándome como puedo, Adam y yo quedamos frente a frente, para nadie es un secreto que Adam es apuesto, las facciones de su rostro te dejan sumergida en su encanto, el misterio que desborda de él puede mantenerte presa en su hechizo. A veces llego a sentir que Adam Evans me ha lanzado un embrujo y eso explicaría mis repentinos sentimientos hacia él.

Me siento patética, no entiendo porque me gusta. Me gusta tanto que me da miedo lo que siento por él, es aterrador el hecho que he reducido mi vida sexual y amorosa a él. Lo que él hizo por mí, no es normal, he venido a Alondra solo a estar a mi lado a salvarme de la oscuridad que representa este lugar y se lo agradezco, este simple acto confunde a mi loco corazón, por eso le pido a Dios cada noche, que todo lo que él me ha dicho sea real y no una mentira.

Que sus sentimientos por mí sean más fuertes que su venganza y comprenda que él y yo podemos dominar el mundo si deseáramos.

No puedo ponerle palabra a lo nuestro, no creo que sea amor, simplemente, ¡Dios!, tengo una rara mezcla de sentimientos por Adam, siento algo que me quema por dentro, Adam y yo no somos almas gemelas estamos lejos de eso, somos demonios con planes y deseos perturbadores, a los que les cautiva lo prohibido, que les encanta la sensación del fuego contra su piel. Donde al final del día Adam y yo somos un simple desastre de mentiras y engaños.

Entre Las Sombras - Libro #1 Bilogia AS. COMPLETO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora