2: rärø ëncuëntrø.

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Estaba súper cansada, no había descansado en toda la tarde; tomar cajas, desempacar y acomodar y así sucesivamente hasta que ya tenía todo en su lugar, aunque no duraría mucho tiempo.

¡No tenía ni ánimos para comer!, y es que soy una persona que se enfoca es en tragar.

Mis padres entraron en la habitación, estaba toda oscura así que ellos encendieron la luz.

—buenas noches cariño—dijo mamá y me plantó un beso en la frente—disfruta la noche y tú nueva habitación—me sonrió.

Mamá se alejó y papá entró ya que en todo este momento estaba parado en el portón observándonos.

—cariño toma—de su bolsillo sacó unos de mis dulces favoritos, pero no me provocaba en estos momentos.

—gracias papá, me lo comeré después—repitió la misma acción que mi madre; me plantó un beso en la frente y antes de salir me preguntó:

—¿apago y cierro?—me miró con la mano izquierda puesta en el interruptor.

—sólo cierra.—me volví a tirar a la cama.

—esta bien, buenas noches—finalizó.

Me levanté y baje las escaleras que llevaban a mi cama/camarote, fui al pequeño baño personal, me lavé las manos, la cara y me cepille los dientes, me puse una pijama y subí por las escaleras, seguido me tiré a las cama y me acurruqué en las cobijas.

π€w l!f€

Unos susurros se escuchaban muy cerca de mi, quería abrir los ojos, mover aunque sea un músculo pero mi parálisis era mayor que mi voluntad.

—¿Es ella?—mis nervios se pusieron a flote, una voz masculina pero suave y armoniosa retumbó en mis oídos, no pude hacer más que respirar agitada.

—si.—afirmó otro hombre con la voz demasiado grave, y a su vez autoritaria.

—esta desesperado, se ve que ella no mata ni a una mosca—mi cama se tambaleó un poco, haciéndome saber que estaban subiendo.

Vamos grita, has algo.

—sabes que...

—si lo sé, tiene algo que el quiere—lo interrumpió y acabó por el otro.

Dos cuerpos hundieron el colchón continuamente.

—no le veo nada de especial la verdad—habló el de la voz grave.

¿Estoy soñando o esto es de verdad?

—pobrecito, siempre le tocan las tareas más duras—dijo en tono de burla el otro, sin una pizca de compasión o empatía.

Una persona se posó encima de mi.

¿Por qué no puedo abrir los ojos?

Una cálida respiración se quedó estática por unos dos segundos, y me susurró:

—despierta.

Me desperté de inmediato, aquel peso que sentía al no poder moverme se quitó, y logré respirar con normalidad. Que horrible experiencia. Una fría brisa recorrió mi espalda y me dí cuenta de que estaba abierta la ventana, las cortinas hacían un movimiento leve gracias a la brisa, me recosté en el colchón y me toque la frente soltando un suspiro.

Unas horas después me levanté y me bañé, me puse ropa cómoda y me cepillé los dientes.

Papá y mamá ya estarán en el trabajo así que, podría hacer lo que me venga en gana, me hice un sándwich.

𝙽𝙴𝚆 𝙻𝙸𝙵𝙴 © [Killers 1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora