𝙽𝙴𝚆 𝙻𝙸𝙵𝙴 © [Killers 1.0]

3: tëmør.

Una cachetada. ¿por qué?.

—no debiste haberme cosido, ni mucho menos traerme a tu mugriento hogar.—me miró con desagrado.

—Ah qué... Yo.

No era capaz de argumentar alguna palabra, estaba atónita.

—perra de mierda—murmuró. Agarró su buzo y busco otras cosas—¿dónde están las hachas y mis gafas? —volteó a mirarme.

—yo... las hachas las dejé en el camino, tus gafas se cayeron y...el...cubrebocas no se donde está—le respondí balbuceando un poco, lo mire enojada pero también con miedo. ¿Como se me ocurrió traer a un desconocido?; pero no lo quería dejar casi muerto en ese bosque.

—me cagó en la...—respiro profundo— escucha.—respiro por segunda ves.

Estaba nerviosa, no podía negarlo.

—¿sabes quién soy?—hizo una media sonrisa con la boca cerrada.

¿Cómo mierdas le iba a conocer?. Soy nueva en el pueblo, sin embargo le dije otra cosa.

—no.—le afirmé—Apenas te llegué a conocer hoy ¿cómo podr...

Me callé al instante cuando lo vi caminar hacia mi. Retrocedí algunos pasos y cuando estaba justo por llegar a mi dijo:

—para que tú tonto coeficiente intelectual entienda, voy a formular una pregunta en forma de respuesta, tenía hachas, ensagrentadas, sin heridas de animales si no de humanos, con un cubrebocas encima mio junto a unas gafas que ocultan mi rostro,—recalcó las últimas tres palabras—entonces, ¿Quien crees o mejor dicho que crees que soy?—una vena estaba palpitando en su cuello, se veía realmente marcada.

Lo más posible es que fuera un pandillero, o un asaltante, o peor aún...

—un asesino.

Empecé a temer por mi vida de inmediato.

Su altura cada vez se me resultaba más y más intimidante, y aquel crack repetitivo que hacían  sus manos, las cuales se retorcían como una babosas cuando les echan sal, era más que suficiente para hacerme sentir pequeñisima. Retrocedí tanto que choqué con la pared y por el pánico pegué un grito el cual el calló casi de inmediato con su mano izquierda, mi cara se balanceaba de un lado a otro por sus continuos movimientos y temblores y por lo fuerte que apretaba mi cara hizo que me rajara con los dientes el interior de mi boca. A unos centímetros, justo a mi lado, estaba la puerta, pero escapar no sería muy buena idea y menos una opción. Apoyó sus dos brazos a mis costados tan fuerte, que hasta creo que daño la pared.

Frunció el entrecejo y me miró de arriba a abajo, después entre abrió la boca y soltó un suspiro. Su actitud me pareció algo rara, pero no dije nada, tomó compostura y volvió a estar serio.

—sólo porque me salvaste la vida, te dejaré viva.—sin más, se fue de mi lado, abrió la puerta y se marchó.

Me tiré al suelo.

No acababa de procesar todo esto.

Debe ser una broma.

Es una broma... espero.

π€w l!f€

No se cuanto tiempo pase así, revise la hora y me di cuenta de que mi madre pronto llegaría. Me levanté y fuí para hacer algo de comer; cuando tengo nervios, tengo bastante apetito, muchas veces es alreves, pero ya saben... Un raro no es un raro, si todo de él no lo es.