Capítulo 1

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Tuve unos problemas con este capítulo, por lo cual tuve que anular su publicación y hacerle cambios, espero no se molesten.
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Era una mañana muy cálida.
Nala dormía profundamente.
Cuando era una cachorra, su madre la despertaba para que no se levantara muy tarde, sin embargo, Sarafina ya no estaba, pero eso era razón para que alguien más la despertara.
—Mamá, mamá, mamá vamos despierta—dijo Kiara
Nala abrió los ojos lentamente.
— ¿Kiara?—Preguntó Nala
—Si mamá, soy yo, levántate—dijo Kiara
— ¿Porque tan temprano?—Preguntó Nala
—Ya es medio día—respondió Kiara
Nala levantó la cabeza rápidamente.
— ¿Medio día?—Preguntó Nala sorprendida
—Si mamá, te quedaste dormida—dijo Kiara
Nala tallo un ojo con su pata.
—Esta bien Kiara, ya me estoy levantando—dijo Nala
Nala se empezó a levantar y siguió a su hija, la cual se fue corriendo de la cueva.
—Hola Nala—dijo Simba—el cual estaba sentado en la punta de la roca del rey.
—Hola Simba, lamento haberme quedado dormida—dijo Nala—ella sonrió algo nerviosa
Simba negó con la cabeza.
—No te preocupes, es algo normal—dijo Simba
Nala sonrió de nuevo y pegó su cabeza con la de Simba.
—Bueno, papá ¿Hiremos hoy a los campos?—Preguntó Kiara
—Claro hija, solo espera a que tu madre esté lista—respondió Simba
—Esta bien—respondió Kiara y se fue corriendo a los alrededores de la roca del rey.
—Es muy activa—dijo Simba
—Es igual a nosotros de pequeños—dijo Nala
—Claro, cuando peleabamos y yo te ganaba—dijo Simba
— ¿Quieres comprobar eso?—preguntó Nala en forma de reto
—Te aseguro que te venceré—dijo Simba
Simba se puso en posición de pelea y salto encima de Nala.
La leona se hizo a un lado, Simba cayó al suelo, Nala rápidamente puso sus patas delanteras encima de Simba y no permitió que se levantara.
—Esta bien, está bien, ya sabemos quién gana—dijo Simba
Nala dejó a Simba que se levantara.
—Aún no puedo creer que sea más fuerte que tú—dijo Nala
Mal soltó una pequeña risa y se fue caminando.
—Iré a buscar a Kiara—dijo Nala
Simba suspiró enamorado.
—Por eso la amo—dijo Simba
Nala iba caminando por la parte sur de la roca del rey, era un lugar que en muchas ocasiones era muy pasifico, por lo cual muchas leonas iban allí.
Ahí Nala se encontró a Tama.
Tama volteó a ver a Nala algo nerviosa.
—Su majestad, reina Nala—dijo Tama inclinandose
—Hola Tama, una pregunta ¿Has visto a Kiara?—Preguntó Nala
—Ehh...no, no la he visto, podría estar jugando en alguna parte—dijo Tama
—Bueno, gracias de todos modos—dijo Nala empezando a caminar
Tama se quedó viendo hacia el suelo.
—Y....Tama—dijo Nala
Tama la volteó a ver.
—Llamame Nala y actúa normal conmigo, somos amigas desde pequeñas—dijo Nala
Tama sonrió.
—Esta bien, Nala—dijo Tama
Tama se sentía muy incómoda al estar con Nala, no sabía si ella la trataría como su amiga normalmente, por dicha razón ella empezó a tratarla como una a una reina, que lo es pero de cualquier forma podría ser algo normal.
Ahora que Nala demostró que no importa si es reina, ella seguirá siendo su amiga, eso la tranquilizó.
A Nala no le gusta que la traten como a una reina adorada. Nala siguió buscando a Kiara.
En ese momento encontró a Kiara jugando en un pequeño campo de flores. Estaba persiguiendo a una mariposa.
Nala se paró enfrente de Kiara, la cachorra no había notado que su madre estaba enfrente de ella.
—Ejem—dijo Nala
Kiara volteó a ver a Nala.
—Ah....hola mamá—dijo Kiara
—Hola Kiara, vámonos, ya nos vamos—dijo Nala
—Fantastico—dijo Kiara muy feliz
Nala se fue caminando, Kiara la siguió.
Kiara corrió por delante de Nala.
Nala soltó una pequeña risa.
Nala y Kiara llegaron con Simba.
—Bueno, es hora de irnos—dijo Simba
—Bien—dijo Nala
Simba, Nala y Kiara caminaron hacia afuera de la roca del rey, Kiara estaba muy feliz, era algo que quería hacer desde hace mucho, en los campos, tenía muchas cosas a las cuales perseguir, donde saltar, lugar para dormir, rodar, era un sueño hecho realidad para Kiara.
Como muchos dicen, si tus hijos son felices z tú también lo serás, Nala se sentía de esa forma. Ver tan feliz a Kiara le daba una satisfacción a Nala que no podía explicar.
Le recordaba a cosas vividas en el pasado, con su madre.
Nala soltó un suspiro.
La familia llegó al campo.
—¡Por fin!—Gritó Kiara y empezó a correr
—Solo no te alejes de nosostros—dijo Simba
—No lo haré—dijo Kiara
Nala y Simba se echaron para vigilar a Kiara.
—Nunca que creí que tener una hija me haría tan felíz—dijo Simba
—Yo igual—dijo Nala—eso deben sentir nuestros padres
Simba volteó a ver a Nala.
—Bueno, supongo que eso sintieron mis padres, aunque ya no está ninguno se los dos—dijo Nala
— ¿Qué hay de tu padre, lo conociste?—Preguntó Simba
—Mi madre me dijo que el murió meses antes de que yo naciera—respondió Nala
Simba puso una expresión de tristeza.
—Solo la tenía a ella—dijo Nala
Simba notó como una lágrima descendía por la mejilla de Nala.
Simba se acercó a Nala y la abrazó.
—No te preocupes, mientras la recuerdes, ella siempre vivirá dentro de tí—dijo Simba
El león limpió las lágrimas de Nala.
Después de treinta minutos de estar allí, Nala empezó a recordar de nuevo a su madre, cosa que debía dejar de hacer.
Ella sonrió un ambiente frío, los pastos de movían, las rocas rodaban colina abajo, solo se escuchaba la voz de Kiara, Nala recordó muchos momentos felices que tuvo con su madre, todas las cosas que le enseño, todos sus consejos, su amor, su abrigo, todas sus conversaciones. El espacio vacío de Sarafina era imposible de llenarse, Nala se sentía demasiado deprimida, haría cualquier cosa con tal de poder convivir una vez más con su madre. Nala estaba sumida en sus pensamientos.
—¡Nala!—Gritó Simba—Nala despierta
Nala volteó a ver a Simba.
— ¿Qué sucede?—Preguntó Nala
Simba soltó un suspiro de alivio.
—Mamá ¿Estas bien?—Preguntó Kiara
Nala los miró a los dos.
—No se que me pasó, lo siento por asustarlos así, estoy bien—dijo Nala
De repente, gotas empezaron a mojar los cuerpos de los tres leones. La lluvia se acercaba, un ambiente frío se postró en el lugar.
—Regresemos, ya está lloviendo—dijo Nala
Simba tomó a Kiara del cuello y se fue con ella hacia La Roca Del Rey. Nala tenía que tratar de que los recuerdos del pasado con su madre dejaran de atormentarla. Si no lo hacía no podría vivir normal de nuevo.
Nala tenía ganas de llegar a la cueva y descansar, sin embargo, los reyes tenían problemas con Zira y su clan.

El Rey León 2: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora