Epílogo

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Han pasado ya 2 años desde que la paz regresó a las praderas, Kiara y Kovu aún eran novios solamente, ya que habían decidido casarse hasta que estén listos para reinar.
Por ahora aún son muy jó la novenes para ser reyes.
Actualmente Nala tiene 39 años, Kiara tiene 20, aún es jóven.
En la mañana, el sol entró por la cueva de la Roca del Rey.
La paz reinaba en el lugar, Nala abrió los ojos, todos dormían aún.
Ella se paró y estiró su cuerpo, se sentía con mucha energía.
Simba estaba a su lado, y más abajo estaban Kiara y Kovu, ya eran una pareja oficial, todos estaban muy felices por ellos.
Durante los meses del último mes no se separaban, se miraban tan tiernos.
Nala le daba vergüenza pensar que por mucho tiempo ella fue así con Simba, sin embargo, no era algo que la incomodara.
Al medio día, ella fue a cazar con las demás leonas, no tuvieron problema alguno con la caza.
Tama se había sumado al grupo de caza, durante el último año no tuvo problemas con Nala.
Pensaba en algún día ir a buscar a alguien a otros reinos, talvez lograr consolidar una relación amorosa, igual que todas las leonas.
En algún momento las leonas tiene que irse para conseguir pareja y de esa forma regresar después a La Roca del Rey.
Así era como se aumentaba el número de leonas y leones, por suerte para Nala ella se casó con el heredero al trono.
Al Medio día, Nala llevó la carne junto con las demás leonas, Simba la estaba esperando en la entrada de la Roca del Rey.
Ya volviste—dijo Simba sonriendo
—Sí, aquí estoy—dijo Nala mientras pegaba si cabeza con la de Simba—Te amo—susurró
—Y yo a tí—respondió Simba
Las leonas entraron a la cueva, Simba y Nala se quedaron hablando.
Kiara no quiere casarse aún con Kovu—dijo Simba
—Bueno...hay que darles un tiempo, solo han sido dos años—dijo Nala
—Nosotros nos casamos un día después de que Scar muriera—mencionó Simba
—Lo sé, pero ellos no son nosotros, tenemos que dejarlos decidír—dijo ella
—Bien, creo que tienes razón—dijo Simba
—Vamos—dijo Nala
Simba asintió y caminó junto a Nala hasta la cueva, todas las leonas los voltearon a ver y los recibieron con una gran sonrisa.
Mamá, ya regresaste—dijo Kiara
—Sí, ya regresé—dijo Nala
—Hola reina Nala—dijo Kovu
Nala soltó una pequeña risa.
Por favor, quiero que el futuro rey me llame por mi nombre solamente—dijo Nala
—Está bien—dijo Kovu
Nala asintió y siguió caminando.
Ella le dió la comida a cada una de las leonas, luego la llevó con Simba.
Mamá—dijo Kiara sonriendo
Ella volteó a ver a Simba.
Papá—dijo al ver a Simba
Los dos la abrazaron, muy fuerte.
Los amo tanto—dijo Kiara
—Y nosotros a tí—dijo Simba
Ella se separó de ellos y se fue con Kovu con una sonrisa en su rostro.
Así paso el día, la comida nunca era problema, durante dos años hubo paz.
Nala no había sentido eso durante 12 años ahora por fin a tenido mucha paz.
Tama y Kula se volvieron muy buenas amigas de nuevo, Nala procuraba siempre ayudar en todo lo que pudiera a Tama, no quería otro problema igual.
Todos trataban siempre de cuidar el ciclo de la vida, cuando se iba a cazar no se trataba de eliminar a ese grupo de animales, simplemente obtener un poco de comida de ellos, pero sin tratar de extinguirlos.
Un día, Nala llevó a todos al manantial de las praderas, para relajarse un poco.
Kiara estaba lista para nadar.
Ya eres adulta así que podrás hacerlo sola—dijo Nala
—Claro, no me pasará otra vez—dijo Kiara
Ahora Kiara intentó nadar de nuevo, después de 14 años, fue mucho tiempo pero ahora sí tiene la suficiente confianza para lograr nadar, y así fue como pasó, ella logró aprender a nadar sin problemas.
Ella se acercó a Nala.
Gracias mamá—dijo Kiara—sin tí jamás lo habría logrado
—De nada—dijo Nala sonriendo
Kiara salió del agua y se paró al lado de su madre, se sacudió para quitarse un poco el agua. Eso salpicó a Nala.
Vamos, no me quería mojar—dijo Nala
—Lo siento—dijo Kiara ante ese comentario
—No te preocupes—respondió—eso es normal
—Sabes, cuando tenga hijos con Kovu, les enseñaré a nadar desde pequeños—dijo Kiara observando el agua
—Espero que lo logres en ese mismo momento—dijo Nala—yo no pude hacerlo
—Pero sí habrías podido, no fue tu culpa—dijo Kiara
—Gracias—dijo Nala
— ¿Qué están haciendo mis dos leonas favoritas?—dijo Simba sonriendo
Ellas la voltaron a ver y se rieron al ver su melena tan mojada.
Simba río también.
Después de un rato de estarlo pensado, Nala decidió meterse al agua, con todos.
Uuuh—dijo Nala al entrar—está fría
Simba y Kiara se rieron por el comentario de Nala.
Tama se acercó a Nala.
Por fin decidiste entrar—dijo Tama
—Hola amiga—dijo Nala
—Hola—dijo Tama
—Me alegra mucho que hayas regresado—dijo Nala
—A mí también, y te agradezco a tí y a Kula por ayudarme a entender que lo que estaba haciendo estaba mal—dijo Tama
Las palabras de Tama tranquilizaban a Nala, ella realmente se sentía culpable por su sufrimiento.
Para eso están las amigas—dijo Nala
—Sí...amigas—dijo Tama sonriendo
Nala se levantó y abrazó a Tama, ella se sintió muy aliviada con ese abrazo.
Gracias, de nuevo—dijo Tama ante el abrazo de Nala
—Te quiero amiga—dijo Nala
—Igual yo—respondió Tama.
El día pasó, y como todas las noches, todos fueron a dormir a la cueva, el cielo estaba estrellado y despejado, la luna se miraba hermosa.
Nala la observaba con detenimiento, le pareció muy interesante lo que veía.
Nala—dijo Simba
—Ahora voy, solo déjame aquí un momento—dijo Nala
— ¿Te puedo acompañar?—Preguntó el león
Ella lo volteó ver.
Claro—dijo Nala
Simba se acercó y se sentó al lado de Nala.
¿En qué piensas?—Preguntó Simba
—En tantas cosas que he vivido, ya tengo 39 años, el tiempo ha pasado demasiado rápido—dijo Nala
—Yo también pienso en eso a veces—dijo Simba
—Es raro ¿No?—dijo Nala
— ¿Qué?—preguntó Simba
— Que nuestras vidas están pasado muy rápido, aún recuerdo cuando era una cachorra—dijo Nala
—Yo trato de pensar en lo bueno que puede ser el futuro, hace mucho tiempo aprendí que no debo ver el pasado, ni tampoco el futuro, aprendí que debo agradecer que vivo el presente—dijo Simba
—Debes quedarte en el presente—dijo Nala
—Esa el la idea—dijo él
—Bueno, gracias—dijo Nala
Simba le sonrió y después ella se fue caminando con él hacia adentro de la cueva, era hora de dormir.
En Tierras lejanas.
Un numeroso grupo de hienas estaban comiéndose una gacela, este grupo estaba conformado por las hienas que se fueron del reino de las praderas cuando Scar cayó.
Una de ellas era el hijo de una de las hienas que fue asesinada por Nala en un intento de proteger a su familia de otras hienas.
La hiena le tomó mucho odio a Nala y ahora que Zira había fracasado era hora de poner en marcha su plan.
— ¡Hienas!—Gritó Esgath
Todas las hienas lo voltearon a ver.
Hace muchos años mi madre fue asesinada por una leona llamada Nala—dijo Esgath—Ahora quiero venganza por eso.
Las hienas sabían el pasado de Esgath, sin embargo, no sabían que no lo había superado.
Pero eso no les importa, con tal de que regresen a las praderas, harán cualquier cosa.
Nosotros iniciaremos un nuevo mundo, en el cual no esté liderado por los leones que nos oprimen día a día, cuando estemos listos, asesinaremos a todos y cada uno de los leones de la Roca del Rey, y así nosotros dominaremos el mundo—dijo él
— ¿Todo el mundo?—Preguntó una hiena
—Cuando tengamos el reino de las praderas, nos apoderaremos de otros reinos, hasta dominar todo lo que existe—dijo Esgath
— ¡Siiiiii!—Gritaron las hienas
—El momento de que la opresión de los leones termine ha llegado, Simba, Nala, prepárense, su reinado está apunto de terminar—dijo Esgath
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Bueno gente hasta aquí la historia, está fue más corta, sin embargo, la historia no ha acabado, todavía habrá una tercera parte, si quieres léela, aún no se cuándo la iniciaré, pero bueno, les agradezco mucho el gran apoyo que me dieron a lo largo de la historia, adiós y nos vemos en la próxima historia.

El Rey León 2: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora