Capítulo 10

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"Sin embargo, aún no he perdido la esperanza, puede que Tama no quiera matarme, ella nunca demostró querer hacer eso, puede que Kula se haya equivocado"
Nala despertó en la mañana de forma agitada, de aquel mismo sueño terrible que la atormentaba todas las noches.
Por fin logró entender que eres su sueño, y para su mala suerte, ese sueño era de destrucción, donde habían muchos gritos y rugidos.
Nala se estaba asustando, si ella podía ver el futuro, cosa que ella piensa porque eso le pasó cuando era una cachorra, con la muerte de Sarafina.
Si ese era el caso debía buscar una manera de evitarlo, Kiara podría estár en peligro.
Nala sintió como su corazón latía de manera veloz. Ella trató de calmarse, Kiara dormía entre sus patas, si Nala estaba despierta antes que Kiara, era porque aún era muy temprano, de hecho, todos dormían.
Simba estaba durmiendo a su lado.
Cuando Nala observó hacia afuera de la cueva, estaba lloviendo, para la suerte de todos, la cueva era muy profunda, por lo tanto el agua no llegaba hasta ellos.
Nala cerró sus ojos por un momento, de repente, vio como una leona de color amarillo se lanzaba encima.
Nala abrió los ojos rápidamente, parece que fue otro sueño.
Sin embargo, parecía que esa leona era Tama. Nala cerró los ojos tratando de pensar que no era ella. No quería pensar que Tama de verdad se estaba volviendo su enemiga.
La quería mucho, la conocía desde pequeña.
Ya habían pasado dos días desde que Nala exilió a Tama del reino.
Al medio día, Nala estaba echada observando el cielo. Una fresca brisa llegó hasta Nala, moviendo su pelaje, eso le dió tranquilidad. Las plantas se movían con el viento, los árboles estaban en su natural movimiento.
Sin embargo, Nala presentía que algo no estaba bien, sentía que algo no encajaba en toda esa tranquilidad, era extraño, casi todos los días las leonas se mantienen hablando haciendo un poco de escándalo. Pero éste día era raro, todo estaba en silencio.
"En la vida encontrarás, mil preguntas que hay...sin responder"
Ciertamente esa frase que le dijo Simba a Kiara se mantenía en la mente.
Ella se preguntaba porque le tocó a ella ver el futuro, aunque la pudiera ayudar en muchas cosas, la preocupación era no poder evitar lo que se vió si es que es algo malo. Se preguntaba porque ella tuvo que perder a su amiga.
—Mamá—dijo Kiara
Nala reaccionó al instante.
—Aah...hola Kiara—dijo Nala algo nerviosa
—Hola mamá, solo quería saber si estabas bien—dijo Kiara con una expresión de preocupación
—Si hija, estóy bien—dijo Nala
Kiara soltó un suspiro de tranquilidad.
—Me preocupa que estés así mamá—dijo Kiara
—No te preocupes hija, solo estaba pensativa—dijo Nala volteando a ver hacia el reino
—Bueno...quería decirte algo—dijo Kiara mirando a otro lado
Nala la volteó a ver.
— ¿Qué es?—Preguntó Nala
—Bien....yo...eeh...creo que en verdad sentí algo por Kovu—dijo Kiara
Nala sonrió.
— ¿En serio?—Preguntó
—Si, cuando lo conocí, sentí algo raro dentro de mí, como si supiera que debe estar conmigo—dijo Kiara
—Bueno, no debes preocuparte, es algo natural—dijo Nala
— ¿Tú puedes decirme que es lo que siento?—Preguntó la cachorra
—Por ahora no te puedo asegurar nada, deberías intentar olvidarlo—dijo Nala
—Pero ¿Es algo malo?—Preguntó Kiara
—Sentír algo especial por alguien, nunca es algo malo—dijo Nala abrazando a Kiara
—Debes seguir a mi corazón—dijo—pero por ahora debes olvidarlo
Kiara asintió.
—Ya verás, pero debes tener cuidado con algo—dijo Nala
— ¿Con qué?—Preguntó Kiara
—No debes decirle nada de esto a tu padre, el no se pondría muy feliz—dijo Nala
—Está bien mamá—dijo Kiara—gracias
Nala le sonrió, Kiara se fue caminando hacia adentro de la cueva
—Solo espero que Simba no tenga razón sobre Kovu—dijo Nala
El día pasó de manera normal, las leonas salieron a cazar y todos comieron.
Pasaron dos horas y llegó la tarde.
Nala notó a Simba preocupado, ella se acercó a él.
—Simba ¿Sucede algo?—Preguntó
—No Nala, todo está bien—respondió Simba
Nala se puso enfrente de el.
— ¿No confías en mí?—Preguntó Nala—soy tu esposa, tu amiga
Simba suspiró.
—Si, está bien—dijo Simba
— ¿Y... qué es?—Preguntó Nala
—Me preocupa que Kiara sienta algo más que una amistad por Kovu—dijo Simba
— ¿Hay algo malo con eso?—Preguntó Nala
—No, ese no es el problema, la razón es Kovu, está siendo entrenado para hacer cosas malas—dijo Simba
—Pero para ser alguien malo, debes nacer con esa maldad en tu corazón, no sabes si Kovu será así—dijo Nala
Simba soltó un suspiro.
—Espero que tengas razón—dijo Simba
Nala le sonrió y pegó su cabeza con la de el.
Zazu llegó volando y se paró enfrente de ellos dos.
— ¿Recuerdan que les dije que se casarían?—Preguntó Zazu empezando a volar
—Tuvo mucha razón—dijo Simba—nunca creí poder enamorarme así de tí
—Desde que nos conocimos, supe que mi conexión contigo era más fuerte que cualquier otra—dijo Nala
El atardecer llegó, todos estaban entrando a la cueva, al anochecer siempre tienen que ir a dormir
Zazu salió afuera a patrullar, para su suerte, en toda la noche no hubo ningún problema.
En la mañana, antes de despertar, Nala vió en sus sueños de nuevo a Tama lanzandoze encima de ella con su zarpa.
—Ella no podría hacer eso, no sería capaz—dijo Nala
—Nala ¿Estás bien?—Preguntó Simba
—Si, lo siento, fue una pesadilla—dijo Nala
—Está bien—dijo Simba
Nala pasó muy preocupada en la mañana, eran demasiado frecuentes sus sueños para solo ser suelos.
Nala fue a comer con las demás leonas, siempre sobra algo de del día anterior, así no tienen que estar cazando todos los días a cada hora.
Kiara estaba muy preocupada por Nala, sabía que no estaba bien, era demasiado extraño verla así de preocupada para que no fuera nada.
El día pasó normalmente, con la mente de Nala saturada de preocupación. Al anochecer pensó que lo mejor sería dormir, y si tenía de nuevo ese sueño, simplemente no pensar en el más.
Zazu salió a patrullar en la noche, todo parecía ser normal, hasta que de repente, recibió un zarpazo que lo dejó desmayado al instante.
—Dejenlo, el no importa, ahora todo está listo—dijo Zira
Zira y sus leonas se estaban dirigiendo hacia la Roca Del Rey.
Tama iba al lado de Zira, iba caminando con unas intenciones muy claras, en esos tres días, entrenó con las leonas que era lo que iban a hacer.
Práctico unas días veces por día como iba a asesinar a Nala.
Aquella simpático y amable leona desapareció.
El corazón de Tama estaba llenó de maldad e ira.
Su misión principal era asesinar a Nala, y estaba dispuesta a hacerlo sin dudar.
El grupo de leonas se acercaron a la Roca Del Rey.
—Muy bien, es hora de terminar con esto—dijo Zira sonriendo
Desde allí ya se divisaba aquella gran roca en la cual se realizaría el ataque.

El Rey León 2: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora