Capítulo 11

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Una calma muy extraña inundaba el lugar, el viento se lograba escuchar, era una noche tranquila.
De repente, se escucharon pasos venir desde afuera de la cueva, eran muy difíciles de escuchar.
—¡Simba! , ¡Nala! —Gritó Zazu mientras volaba hacia adentro de la cueva —Hay problemas.
Los dos reyes levantaron la cabeza a escuchar a Zazu.
Nala rápidamente se levantó, Simba hizo lo mismo.
—¿Qué sucede? —Preguntó Simba. intentando mantener los ojos abiertos.
Zazu se notaba cansado, estaba inhalando y exhalando aire.
—Zira y sus leonas... quieren iniciar una... guerra —intentó decir por el cansancio.
—Debemos pelear—mencionó Nala intentando atraer la atención de Simba.
El león la volteó a ver, tenía una expresión de preocupación en su rostro, el miedo era evidente en el.
—Bien —dijo Simba intentado estar tranquilo,—Necesito a dos leonas para que cuiden a Kiara.—No permitiré que nada le pase.
Nala sabía que Zira estaba planeado algo, no era quien se quedaba tranquilo después de cosas fuertes.
Kiara se despertó, y algo confundida intentó preguntar qué sucedía, las dos leonas que se iban a encargar de su cuidado se acercaron a ella e intentaron hacerla dormir, y lo lograron.
Nala les agradeció con una expresión.
Las dos leonas asintieron.
Nala estaba nerviosa, su pecho se movía de forma acelerada, su corazón palpitaba.
Los dos salieron de la cueva junto con 6 leonas, se dirijieron hacia el campo, allí estaba el grupo de Zira.
—Esto es desepcionante —dijo Zira—no comprendo como ese pájaro logró recuperarse tan rápido.
El grupo de Nala se paró enfrente del grupo de Zira.
—Zira, no queremos problemas—dijo Nala levantando la voz.
Zira dió un paso hacia adelante.
—Lo siento, pero ya tienen problemas—dijo Zira.
El grupo de Nala empezó a correr hacia el grupo de Zira, cuando llegaron se empezaron a pegar zarpazos los unos a los otros.
Nala logró derribar a dos leonas, pero lo que vio en ese momento, no le permitió mover un músculo. Tama apareció y se lanzó encima de Nala.
En la cueva, Kiara estaba con las dos leonas, una la tenía entre sus patas y la otra estaban cuidado la entrada de la cueva.
—Tranquila Kiara, tu madre estará bien —dijo la leona que se notaba muy nerviosa,—ella siempre sabe qué hacer.
—Es..tá bien —dijo Kiara, ella estaba muy asustada, se escuchaban los rugidos provenientes de afuera.
Sin darse cuenta, Tama la tenía contra el suelo, la leona tenía una expresión de odio, furia y desesperación.
Nala no podía hacer nada, pues era Tama su ex amiga, aparte de eso, estaba distraída con su mente, apenas estaba intentando quitar a Tama. El problema era que con esto comprobó que sus sueños se cumplen.
—¡Nala!—Gritó Simba,—levantate, ella ya no es quien antes fue
En ese momento vio como Tama saco sus dientes y que su boca se dirigía hacia su cuello.
Rápidamente, Nala reaccionó y se quitó, con sus patas traseras empujó a Tama hacia atrás y se levantó.
—Tama, debes reaccionar, tu no eres así—dijo Nala
—De hoy en adelante, mi misión será que tú dejes de existir—dijo Tama enojada
Las dos leonas estaban caminando en círculos.
—Por favor, eres mi amiga, lamento mucho alguna vez te hice sentir mal—dijo Nala
Sin embargo, los intentos de Nala eran fallidos, Tama ya no era su amiga, era una completa enemiga.
—Jamas seré tu amiga de nuevo, me avergüenza haberlo sido—dijo Tama,—si de alguna manera puedo volver a ser feliz, es cuando tú estés muerta.
Tama empezó a correr hacia Nala, un gruñido salió de la boca de Tama, ella saltó hacia Nala.
La leona la esquivó, Nala no se había dado cuenta, pero estaba llorando.
—¡Te mataré!—Gritó Tama.
Tama intentó darle un zarpazo a Nala, a lo que ella sólo lo esquivó. Nala no tenía la voluntad de pelear contra Tama.
Los dos grupos tenían graves heridas cada uno, tanto las leonas de Simba como las de Zira tenían rasguños en muchas partes de su cuerpo.
Tama en salto logró darle a Nala un zarpazo en su pata a Nala.
Nala decidió por fin contraatacar e intentó golpear a Tama.
Nala siempre fue muy fuerte, ahora era más fuerte que Tama, sin embargo, Tama era más ágil, por lo que pudo esquivar muchos ataques de Nala.
La agilidad de Tama no serviría si Nala le daba un golpe fuerte, la lograría lanzar al suelo muy fácilmente.
Nala se tiró encima de Tama y la opuso contra el suelo.
—No te dejaré ser malvada—dijo Nala.
—Si ahora soy así, es por tu culpa—dijo Tama apartando a Nala.
Simba peleaba con Zira. La pelea ya había durado mucho tiempo, todos estaban demasiado cansados.
Tama saltó hacia Nala y la opuso contra el suelo, Tama tenía a Nala sin oportunidad, Nala no de podía levantar.
—Llegó tu hora—dijo Tama
Tama estaba apunto de morder el cuello de Nala, lo cual la mataría al instante.
De repente, apareció Kula golpeando a Tama con la cabeza.
Tama cayó al suelo e intentó levantarse, pero no pudo, también estaba cansada.
Nala y Kula de pararon frente a Tama.
—Debes irte—dijo Nala.
—Ahora—dijo Kula.
—Puedes haber ganado esta vez, pero ten por seguro que morirás—dijo Tama empezando a irse.
Todas las leonas de Zira se empezaron a retirar, todas se fueron con partes lastimadas de su cuerpo.
Nala sentía un enorme pesar en su corazón, Tama demostró por completo que ya no era Tama. Le mostró a Nala que si tenía la oportunidad, la mataría.
Simba se acercó a Nala.
— ¿Estás bien?—Preguntó Simba
—Eeh... sí...más o menos—dijo Nala muy desanimada.
Simba soltó un suspiro.
—Lamento mucho lo de Tama—dijo Simba.
—Gracias—dijo Nala.
Todos regresaron con dificultad a la Roca del Rey.
Todas las leonas tenían rasguños en diferentes partes de su cuerpo.
Nala tenía una expresión completa de tristeza, no podía creer de qué forma perdió a Tama, aunque no murió, fue algo peor que eso.
Tama ahora era un peligro.

El Rey León 2: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora