Capítulo 16

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12 años después.
Los últimos 12 años le dieron tiempo a Kiara para crecer lo suficiente para convertirse en una fuerte y rápida leona, ahora ella tiene 18 años, es adulta.
Sin embargo, durante los últimos 5 años fue muy terca al obedecer en muchas cosas que le decía Simba.
Muchas veces no hacía caso a lo que se le decía.
Hasta ahora Simba trata de hacerla ser más obediente.
Kiara casi era del tamaño de Nala, solo era un poco más pequeña, era fuerte.
Nala decidió enseñarle a cazar.
En la Roca del Rey.
Todas las leonas se colocaron cada una de un lado, haciendo un camino afuera de la cueva.
— ¿Lista hija?—Preguntó Nala
—Si mamá, estóy lista—respondió Kiara
La mayoría de las leonas no han visto a Kiara en mucho tiempo, este día será su primera cazea.
—Esta será tu primera cazería, espero haberte enseñado bien—dijo Nala
—Bueno...aún me cuesta ser sigilosa, pero sé que lo lograré—dijo Kiara
Nala le sonrió.
— ¿En qué momento creciste tanto?—Preguntó Nala dejando caer lágrimas desde sus ojos
—Todo pasó muy rápido—dijo Kiara
Nala se limpió las lágrimas.
—Bueno, vamos, es hora de presentarte—dijo Nala
—Bien—dijo Kiara
Nala y Kiara se fueron caminando hacia afuera.
Primero se fue Nala entre todas las leonas, Rafiki estaba arriba de una roca. Ella se fue hacia Simba, el estaba esperando a las dos.
Nala llegó con Simba y se sentó junto a el.
Kiara salió después de Nala y se fue caminando entre todas las leonas hacia sus padres.
Timón y Pumba se conmovieron y se dieron un abrazo.
Todas las leonas de sorprendieron bastante por lo grande que estaba Kiara.
Kiara llegó con Simba y Nala.
Kiara se acercó a Nala y la abrazó.
—Lo harás muy bien—dijo Nala
Simba no estaba seguro de dejar a Kiara ir sola a cazar, le preocupaba que le pudiera pasar algo malo.
Kiara notó que Simba estaba preocupado.
—Papá, tienes que prometer que me dejarás hacerlo sola, prometelo—dijo Kiara
Simba no quería, Nala le lanzó una mirada para que lo prometiera.
—Está bien, lo prometo—dijo Simba
Kiara sonrió y se acercó a abrazarlo, la leona se fue corriendo hacia la pradera.
Nala se fue caminando hacia dentro de la cueva, ella sabía que Kiara no podría cometer el mismo error que hace doce años, muchas veces Kiara salió pero siempre fue acompañada por Simba o por Nala.
Esta es la segunda vez que dejan salir a Kiara sola hacia las praderas.
Nala esperaba que Simba dejara ir sola a Kiara, es un deseo que Kiara a tenido desde hace mucho tiempo. No quería que su hija se enfadara con ellos.
Todas las leonas regresaron junto con Nala a la cueva.
Era la hora de comer, Kiara ya había comido ya que iba a salir.
—Chicas, es hora de comer—dijo Nala
—Está bien—dijeron las leonas
Nala fue a traer la carne del día anterior, les dió un pedazo de carne a cada una.
Simba aún no había regresado.
— ¿En dónde está?—Se preguntaba Nala
Ella salió de la cueva, observó a su alrededor, Simba no estaba.
—Vamos Simba, ¿No saliste a buscarla cierto?—Se preguntaba Nala
De repente, Simba apareció desde el lado este de la Roca del Rey.
Nala soltó un suspiro de alivio.
—Simba, es hora de comer, vamos—dijo Nala
Simba la volteó a ver.
— Espero que Kiara esté bien—dijo Simba
—Simba, ella estará bien—dijo Nala— ahora debe estar cazando.
—Eso espero—dijo caminado hacia adentro
Nala se quedó observandolo.
El león solo llegó, agarró su pedazo de carne y empezó a comerlo sin decir nada.
Nala se echó a su lado y comenzó a comer su comida.
— ¿Recuerdas la última vez que la dejamos salir sola? Se fue a las lejanías—dijo Simba
—Aaah—suspiró Nala—ella, estará, bien—dijo enojandose
— ¿Por qué te enoja tanto que me preocupe por ella, es mi hija?—dijo Simba
—Es nuestra hija, y si me preocupa, pero tú te preocupas demasiado—dijo Nala
— ¿Entonces quieres que la deje a su suerte?—Preguntó
—No dije eso, solo quiero aclarar que Kiara necesita un poco de independencia—dijo Nala
— ¡Si la dejo sola podría morir igual que tú madre!—Gritó Simba
Lo último que dijo quebró a Nala por dentro, sus ojos se pusieron llorosos.
—Nala lo siento yo no quería... —decía Simba
—No importa, debo irme—dijo Nala levantándose
—Nala por favor no era mi intención—dijo Simba
—Si quieres hacerme un favor, cállate—dijo Nala saliendo de la cueva
Simba se quedó observando a Nala mientras e iba, el volteó a ver a las leonas, todas lo estaban mirando.
— ¿Qué? Sigan comiendo—dijo Simba volteandose
Sarabi se acercó a Simba, ella lo tocó para que la mirara.
—Simba—dijo Sarabi
Simba la volteó a ver.
— ¿Qué sucede mamá?—preguntó Simba
—No debiste ser tan duro con Nala, ella se preocupa por Kiara, pero ella está tranquila porque en las praderas no hay depredadores—dijo Sarabi
— ¿Cómo puede preocuparle tan poco Kiara?—Preguntó
— Porque Nala no quiere hacerla vivir lo que ella vivió—dijo Sarabi
Simba la volteó a ver con una expresión de intriga.
—Nala y su madre eran muy unidas, como no tienes idea, Nala tenía que estar preocupada cada minuto del día, ella no quiere eso para Kiara—dijo Nala
Simba se quedó callado.
—Yo sé que perdimos a Mufasa—dijo Sarabi
Simba cerró los ojos.
—Pero perder a una madre, es mucho peor que perder a un padre, aunque ninguno de los dos sea fácil de superar—dijo Sarabi
—No digo que no debes preocuparte por Kiara, pero trata de no ser tan sobreprotector—dijo Sarabi
—Lo intentaré mamá—dijo Simba
—Ahora, deberías ir a hablar con Nala—dijo Sarabi
—Bien—dijo Simba
Nala estaba afuera de la cueva observando las praderas, ella estaba sentada.
Lo que le dijo Simba le dolió demasiado, el tema de su madre siempre le duele mucho.
Nala vivió 19 años con Sarafina y yá han pasado 18 años desde que ella murió, es demasiado tiempo, pero para Nala es como si solo hubieran pasado 18 días.
Simba se acercó a Nala caminando lentamente.
El se sentó a su lado.
— ¿Qué quieres?—Preguntó Nala
—Solo quería disculparme por lo que dije hace un momento—dijo Simba
— ¿Por qué debería disculparte?—Preguntó Nala sin voltear a ver.
—Mira, se que lo que dije estuvo mal, y entiendo que estés enojada, yo también perdí a mi padre—dijo Simba
— ¿Si y qué?—Preguntó
Simba suspiró.
—Estuve mal, lo sé y quisiera que me perdonaras—dijo Simba buscando el rostro de Nala
—Me heriste los sentimientos Simba, yo amaba a mi madre, era lo único que tenía cuando no estabas—dijo Nala
—Por esa razón, me arrepiento demasiado de haber mencionado a tu madre—dijo Simba
—Yo viví mucho menos que tú con mi padre—dijo Simba
—Te puedo asegurar de que perder a una madre es mucho peor de lo que crees—dijo Nala
—Eso mismo me dijo mi madre hace un momento, así que... ¿Podrías perdonarme?—Preguntó Simba
Nala sonrió, ella rápidamente votó a Simba al suelo, no lo dejó escapar.
—Está bien, como veo que estás tan desesperado por que te perdone, lo haré, estás perdonado—dijo Nala
Simba sonrió y pegó su cabeza con la de Nala.
—Pero si vuelves a mencionar a mi madre de esa manera no te perdonaré—dijo Nala.
—Está bien, prometo que no lo haré—dijo sonriendo aún
Ahora...mi reina, regresemos a comer—dijo Simba sonriendo
—Me gusta esa idea—dijo Nala
Nala y Simba se fueron caminando hacia la cueva.
Nala aceptó la disculpa de Simba porque el se preocupa mucho por Kiara, pero es porque la ama, Nala también ama a Kiara pero ella no la quiere mantener nerviosa porque algo malo le pueda pasar, eso es lo que ella quiere para Kiara, una vida tranquila y normal.
En la tarde, después de una hora de haber comido.
Nala estaba echada en la cueva, Simba seguía obsesionado en preocuparse por Kiara. Ella creía que no necesitaba tanta protección.
Aún estando echada le dió sueño, estaba empezando a dormirse.
De repente Nala escuchó un grito de Simba.
— ¡Oh no, Kiara!—Gritó Simba
— Adelantate Zazu, búscala—dijo Simba
Nala rápidamente se levantó y corrió hacia Simba.
No podía creer que Kiara se metiera en problemas de nuevo, realmente Simba tenía razón.

El Rey León 2: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora