Capítulo 7

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El corazón de Tama se estaba llenando de odio por no poder obtener lo que ama, que llegó a decir que odia a sus dos amigas de la infancia.
En la roca del rey, Nala estaba muy triste, no podía creer lo que le estaban diciendo.
—Nala tenemos que hablar con Tama sobre esto—dijo Kula
Nala levantó la mirada.
—Pero Tama ya dijo que nos odia ¿Qué podemos hacer?—Preguntó Nala
Kula bajó la mirada intentando pensar en algo.
Simba se acercó a las dos leonas ya que había escuchado a lo lejos la conversación.
— ¿Ocurre algo con Tama?—Preguntó Simba
—No, no pasa nada—dijo Kula
Simba volteó a ver a su esposa.
—En serio no sucede nada importante—dijo Nala
—Está bien—dijo Simba empezando a caminar hacia el fondo de la cueva
Nala volteó a ver al suelo y luego levantó la mirada.
Kula la observaba con una expresión de tristeza en su rostro.
—Talvez tienes razón—dijo Nala
— ¿Qué?—Preguntó Kula
—Debemos hablar con Tama—dijo Nala
Kula asintió.
—Bien—dijo Kula
Nala y Kula salieron caminando de la cueva en busca de Tama. Caminaron hacia el lado sur de la Roca del Rey.
Tama estaba echada observando el cielo.
Nala y Kula se acercaron a Tama y se quedaron paradas enfrente a ella.
—En mi opinión la compañía que menos te gusta, es con quién más te mantienes por alguna razón—dijo Tama
—Tama.....yo—dijo Nala
—Y no puedo creer que pasaron de ser mis mejores amigas, a ser las personas más odiadas por mi corazón—interrumpió Tama
—Lo lamento, yo no quería que las cosas fueran así—dijo Nala
—Si, si lo se, se que no querías hacerlo, y aunque se que no es tu culpa, te odio porque tú eres la principal causa de mi sufrimiento—dijo Tama
—Oye, eres mi amiga, Kula también lo es, no puedes hacernos esto, te queremos—dijo Nala
—Y lo único que hacen es estar en mi contra, haciéndome sufrir aún mas—dijo Tama enojandose
—Amiga, puedo ayudarte a buscar a alguien—dijo Kula
—No le llames amiga, dejaron las dos de ser eso para mí desde hace mucho tiempo—dijo Tama
Un nudo empezó a apretar la garganta de Nala.
—Si quieren hacerme un favor que me dejará en paz por un momento, vayanse—dijo Tama volteandose
Tama se fue caminando.
Nala dejó caer una lágrima de cada uno de sus ojos.
—Vamos Kula, ella ya tomó su decicion—dijo Nala con los ojos cerrados
Kula también estaba llorando, la leona solo asintió.
Nala y Kula se fueron caminado hacia adentro de la Roca del Rey.
Kiara llegó con Nala, se dió cuenta de que había estado llorando.
—Mamá, ¿Estás bien?—Preguntó Kiara
—Si hija, estóy bien—dijo Nala
Nala tenía su pelaje mojado en la parte baja de sus ojos.
—Mamá, estuviste llorando—dijo Kiara
Nala soltó un suspiro.
—Si hija, estuve llorando—dijo Nala
Kiara la observaba con una expresión de duda.
— ¿Podría saber la razón?—Preguntó Kiara
—Tuve problemas con mi amiga Tama—dijo Nala
—No te preocupes cachorra, no es nada grave—dijo Kula entrando a la cueva
Nala asintió afirmando lo que dijo Kula.
—Está bien mamá—dijo Kiara
El día transcurrió de manera tranquila, una suave brisa entraba desde afuera de la cueva, el sol estaba por empezar a ocultarse.
Nala estaba echada observando el cielo desde adentro de la cueva. Simba observó a Nala, ella estaba perdida en sus pensamientos, se notaba a simple vista. Simba no quería interrumpir a Nala, seguramente estando sola podría resolver sus problemas. Simba estaba al lado de Nala junto con Kiara.
Nala pensaba en todo lo que había dicho Tama, le era desepcionante la situación sentimental en la que estaba Tama, pero Nala no puede dejar que ella se quede con Simba, por ella también lo ama, de una manera demasiado grande desde que es cachorra. Aunque Nala quiera ayudar a Tama, no puede hacerlo de la manera que Tama quiere que sucedan las cosas.
El amor que siente Tama por Simba es tan fuerte como el de Nala, por lo tanto, sufre lo que sufriría Nala si Simba se alejara de ella.
Kiara se fue adentro de la cueva.
Nala volteó a ver al suelo, de repente vió lágrimas caer. No se había dado cuenta pero estaba llorando de nuevo. La afectó mucho que Tama le haya dicho que la odiaba, eso no es algo fácil de superar para nadie.
—Nala—dijo Simba
Nala lo volteó a ver, el sol que aún quedaba iluminó los ojos de Nala. El azul de cada uno era hermoso.
—Hace tiempo que no veía ese azul—dijo Simba
—Si, lo lamento si en algún momento te causo preocupaciones—dijo Nala
—No te preocupes por eso, lo entiendo—dijo Simba
— ¿Alguna vez te pasó que un amigo muy querido te dijo que te odia?—Preguntó Nala
—No, sin embargo, muchas veces temí que tú me fueras a decir algo como eso muchas veces—el volteó a ver al suelo—sufrí tanto como tú por el miedo a perderte como mi mejor amiga—dijo Simba
Nala sonrió y pegó su cabeza con la de Simba.
—Te amo—dijo Simba
—Y yo a ti Simba, demasiado—dijo Nala
—Nala, trata de impedir que Kiara te vea de esta manera—dijo Simba—ella siempre te a visto como alguien fuerte, eres su ejemplo a seguir
Nala volteó a ver a Simba.
—No digo que no llores, hazlo, pero debes saber que Kiara se asusta cuando te ve así—dijo Simba
—Lo....lo intentaré—dijo Nala
—Bien—dijo Simba levantándose—ya está anocheciendo, será mejor que vayamos a dormir
—Está bien—dijo Nala
Después de un rato, Tama entró a la cueva, y se acostó al lado de Kula.
—Que me acueste a tu lado no significa que me caigas bien—dijo Tama
Kula dejó caer lágrimas de sus ojos.
Nala acurrucó a Kiara entre sus patas, por el calor de Nala, Kiara se durmió rápidamente.
—Esto en verdad funciona—dijo Nala—Mi madre era experta en hacer dormir a cualquiera—pensaba Nala
Nala recostó su cabeza en el suelo e intentó dormir. Por el cansancio del día, Nala se durmió sin muchos problemas.
En la madrugada, Tama aún no se dormía por estar pensando en Simba y Nala.
—Talvez no lo haga hoy ni mañana, pero te conseguiré Simba, no importa que tenga que hacer, ya sea gritar, llorar, suplicar, o matar—dijo Tama
La leona se volteó y se durmió.

El Rey León 2: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora