®TRIO DE ASEX.

Sweet home.

Cuándo Ash volvió a casa, reinaba el silencio y comprobó que Andy se había marchado. No quiso pensar demasiado y se limitó a actuar como una autómata, recogió sus cosas en dos maletas y se marchó.

Mientras ella daba el último portazo,Andy pasaba su tarjeta oro y compraba una joya para ella y Adam miraba al techo de la habitación del hospital con angustia.

Ash compró un billete de tren a su pueblo natal y se sentó al fondo del vagón con sus dos maletas marrones.

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- Ash, cariño! ¿Ash donde estás?-gritaba Andy con esperanzas y una bolsa de joyería.

Nadie le contestó, pero una nota le esperaba en la encimera de la cocina.

" Os quiero pero no os soporto, no corráis tras de mí, quiero mi espacio. Ash"

- Mierda- gritó Andy.

Su voz sonó única en la estancia y volvió a sentirse pequeño y solo. Tenía que verla y convencerla de cuánto la quería y darle ese anillo de compromiso que había comprado para ella.Sabía que se había marchado a casa de sus padres, ¿donde si no?, pero ella quería su espacio y no iba a irrumpir en el de nuevo, debía respetarla, por lo menos un tiempo...podría llamarla...

- Déjalo Andy, déjala unos días-se dijo a si mismo en voz alta.

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El tren llegó a Belvidere y Ash se despertó con el bufido del tren.

De nuevo sus problemas sentimentales la traían de vuelta a casa tan solo unos días después de su última visita.

Las flores de casa de sus padres tampoco se sorprendieron de verla.

- Mamá...-Ash se echó a sus brazos y lloró desconsolada.

- Ashley, pequeña, algo me decía que te tendríamos de vuelta pronto.

Su madre la acurrucó entre sus brazos y cerró la puerta.

- ¿Y papá?- dijo entre sollozos Ash.

- Ha ido a comprar semillas de tomatitos cherry, están muy de moda ¿sabes?

- Mamaaaa...

- Perdona hija, ven siéntate y cuéntamelo ,¿que ha pasado ahora?- Betty abrió los ojos como platos- ¿No habrá pasado algo con el bebé?

- No mamá, está todo bien. Ha sido un desafortunado momento en casa lo que me ha traído de vuelta.

Ash contó por primera vez a su madre con pelos y señales lo sucedido y Betty iba soltando grititos mientras avanzaba la historia.

-Hija mía, aquí estarás a salvo de esos dos, sabes que tu padre y yo te apoyaremos en todo lo que decidas.

La puerta de entrada sonó y Neil iba hablando sobre las semillas de los tomates de moda.

- Estás son de una variante más grande y puedes rellenarlos con queso...¿ Hija? Ash cielo has vuelto.

Neil soltó la bolsa y abrazó a su hija como si no la hubiera visto en años.

- Déjala Neil, no seas pesado, suelta a la chica- dijo Betty.

- Es mi pequeña, maldita mujer, haz una infusión orgánica y déjame estrujarla.

Ash sonrió ante la situación y se sintió a salvo.