-Cris-
Desperté con dolores por todo el cuerpo, como si me hubieran atropellado con un coche o algo peor.
-Sigrid, ¿estás viva?
-¡Sí!-dijo mi amiga incorporándose de la cama de un salto-¿Y tú?
-Yo no. Llama a un sepulturero.
-¿Qué te pasa?-preguntó, visiblemente preocupada.
-Me duele todo el cuerpo. Como aquí, aquí, aquí y aquí-dije, señalando ciertas partes de este aleatorias.
-Mm... Podrías tener agujetas.
-¿De qué? No sería de nadar mucho ayer...
Reímos.
-Supongo que de esto. De reírte.-dijo.
-Oh, sí vamos, seguro que... JAJAJAJAJAJAJA.
-Oh, no, ya empezamos...
Ignoré los dolores y me levanté.
Tampoco era para tanto, después de todo.
-¿Qué crees que haremos hoy?-dijo Sigrid mientras buscaba mi ropa para vestirme.
-Tenemos dos opciones...
-Oh, no tú y tus opciones... Paso de morir, ¿vale? No sé cuántas veces te lo voy a decir.
-Te iba a decir que podíamos hacer algo con los chicos o irnos a hacer más fotos, pero vale, si quieres morir...
Y puse cara de pena, como siempre que quería hacerme la víctima.
Ella rió.
Nos vestimos y estábamos apunto de salir por la puerta.
-Cris, ¿qué te pasa?
Yo estaba rebuscando por todos los sitios, en la cama, en el baño, detrás de la mesa, en la terraza...
-¿Has visto mi gorro?-pregunté.
-¿Tu sombrero? Emm... No.
-¡No lo encuentro!
-Eres un desastre, ¿sabes?
-Puede que lo sea, pero jamás perdería el gorro. ¡Ayúdame a buscarlo!
Sigrid resopló, pero se puso a buscarlo conmigo.
-No ha podido esfumarse en el aire.-dijo, buscándolo bajo la cama.
-O sí... Maldita sea. ¿Qué habré hecho yo con él?
Llamaron a la puerta.
-Ya voy yo-dije-Tú mira detrás de la tele.
-¿Y cómo ha podido llegar hasta ahí?
-¡Tú mira!
Abrí la puerta y me encontré con Carlos y Dani.
-Ey, buenos días.-les dije.
-¡Buenos días!
Sigrid vino a la puerta y repitió el mismo saludo.
-¿Cómo vosotros por aquí?-preguntó.
-Bueno... Venía a traer esto-dijo Carlos.
Se llevó la mano a la cabeza, se quitó el sombrero que pronto reconocí como mío y me lo puso en la cabeza.
-¡El gorro! ¡Ya creí que lo había perdido!-exclamé bailando con las manos al aire.
-Me estaba haciendo poner patas arriba la habitación buscándolo, ¿sabéis?-dijo Sigrid.