-Sigrid-
Después de que Carlos dijese lo de sacar al perro, no callaba.
-¡Vamos, rápido!-decía.
-Joder, que no se va a morir de hambre.-le dije, algo cansada.
Seguía hablando y hablando y hablando.
-¡Carlos, que te calles!-le gritó Cris.
No miraba por donde iba, pues iba hablando con Dani y David sobre el impacto de los rotuladores de pizarra en el mundo, y me caí al suelo.
-¡AU!
Dani vino donde mi.
-¿Estás bien?
-Sí, sí, gracias.-dije, cogiendo la mano que me tendía.
-¿Ves, Carlos?-le dijo Cris.-Dani no se ha reído de mi amiga.
-Por una vez que no hago nada...
Todos nos reímos.
-¿Jugamos a algo?-dijo Álvaro.
-¿A que pretendes tú jugar en la calle?-dijo mi amiga.
-Yo sé un juego, pero es un poco estúpido.-dije riéndome.
Todos me miraron, esperando a que explicase el juego.
-Solo se puede hablar con preguntas, ¿vale?
-¡AH! ¡Ya sé como se juega!-dijo David.
-Pues nosotros no.-dijeron el resto, un tanto perdidos.-Explicad.
Se lo explicamos y empezamos a jugar.
Llevaríamos como 10 minutos jugando y el primero que perdió fue Blas.
-¡Tengo posibilidades de ganar!-gritó Dani.
Recordemos la habilidad de Dani para ganar siempre. (O casi siempre, porque perdió jugando en nuestra casa)
Seguimos jugando, y la gente ya nos empezaba a mirar raro.
El segundo en perder fue David.
-Vaya...-dijo.-Bueno, no pasa nada. Yo sé que tú puedes ganar.-me dijo.
El orden en el que perdió la gente fue: Carlos, Cris y Álvaro.
Solo quedábamos Dani y yo.
-¡Venga Sigrid, que tú puedes!-me decían todos.
Al final gané yo.
Normal, había jugado toda mi vida con mi hermano mayor.
Y como era de esperar, Dani se hundió en la miseria.
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-decía.-¡¿CÓMO HA PODIDO OCURRIR?!
Álvaro y David le daban palmaditas en la espalda... para luego burlarse de él.
-¡TOMA, JÁ, JÁ Y MÁS JÁ! ¡POR FIN HA PERDIDO!
Y se pusieron a bailar.
Al estar bailando, se chocaron con una señora mayor y casi la tiran al suelo.
-Uy, lo sentimos señora, fue sin querer.
Pero la señora se lo tomó a broma. Incluso les dio caramelos.
-No es justo. ¿Por qué os da caramelos a vosotros y no a nosotros?-se quejó Cris.
-Anda, tomad, envidiosos.-dijo David.