-Sigrid-
Dejé a Cris en su habitación pensando en lo que fuese que le ocurría.
¿Habría pasado algo con Carlos? Y, si era así, ¿por qué no me lo contaba? ¿No confiaría en mí?
Fui al salón, puesto que había desayunado en casa de Dani.
Puse la televisión y puse Ahora Caigo, una de las repeticiones que daban en la Nova.
Pasaba el tiempo y yo no sabía que hacer, así que me puse a recoger la sala, que hacía tiempo que no la recogía.
Pasó cosa de hora y media y llamaron a la puerta.
Dejé el escobón y el recogedor en el armarito de la limpieza y fui a abrir.
-¿Carlos? ¿Qué haces aquí?
Antes de que me pudiese contestar apareció Choco por detrás de él.
Choco se fue al salón y se tumbó en el suelo.
-¿Cómo has entrado si no tien...?
-Carmen.
-Ah, todo tiene sentido.
Él se rió.
-Ha hecho las cosas por el camino.
-Pues muchas gracias. Pasa, no te quedes ahí.
Pasó y se sentó en el sofá.
Miraba a un punto fijo, como si estuviese debatiendo algo en su interior. Algo importante.
-¿Podemos hablar?-me dijo al rato.
-Claro, dime.
-Pero aquí no, por favor.
-Mm. Vale. Espera que me vista.-le dije.-Estás en tú casa.
Fui a mi habitación y me puse unos vaqueros, unas supras y una camisa de verano. Cogí una chaqueta de casi verano.
Me dirigí a la habitación de Cris.
-Cris, me voy a dar una vuelta con Carlos.
Me miró.
-Te dejo a Choco, que lo ha traído también.
Me acerqué donde ella y le di un beso en la mejilla a modo de despedida.
Cerré la puerta de su habitación, dejándola sumida en sus pensamientos.
-Vamos.-le dije a Carlos, cogiendo el móvil y las llaves de casa.
Estuvimos dando un largo paseo, en el que ninguno de los dos habló.
Andando y andando llegamos a El Retiro.
Nos sentamos en un banco.
-Tú dirás pues.
-Yo... esto...-dijo.-No sé como decirlo.
Yo me quedé con cara interrogante.
Las veces que Carlos estaba serio se podían contar con los dedos de una mano. Y te sobraban dedos.
Él estaba callado, no hablaba. Y eso me preocupaba.
-Por favor, Carlos, me preocupas.
Él suspiro. Esto no iba a ser para nada bueno.
-Ayer besé a Cris.
Abrí los ojos bastante. Eso no me lo esperaba.
-¿Qué?-dije.