Capítulo 14: Compras peligrosas

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-Sigrid-

Bajamos al supermercado. (Con los chicos también, en casa los íbamos a dejar, que luego, nos encontrábamos sin felpudo).

-Venga, coged un carro.-dije.

-Si, mamá.-dijo Carlos.

-JAJAJAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJA

Esa fue Cris.

Fuimos por los enormes pasillos del Mercadona, que tanto amaba, (yo sí, Cris no porque se perdía).

-¿Podemos coger eso?-dijo Cris, señalando a unos cereales de ositos de chocolate.

Por si no lo dije antes, Cris amaba el chocolate.

-No Cris, tienes en casa.

-Ya no tengo...-dijo ella.

-¿Cómo que “ya no tengo”? ¿Qué quieres decir con eso?

Ella me miraba.

-¿Te lo has comido a escondidas?

-Es que no lo escondes bien...-se justificó ella.

-¿Le escondes los ositos de chocolate?-dijo Blas.

-Eso intento.-dije.-Cada vez que compró los tengo que esconder en un sitio diferente, pero siempre me los encuentra...

-Con Carlos es así también.-dijo Dani.

-Si, cada vez que compramos tabletas de chocolate, las escondemos, pero casi nunca nos las encuentra.

-Que suerte, debéis esconderlas bien...

Dani llevaba el carro, porque, mientras hablábamos, nos habíamos metido por bastantes pasillos en los que no habíamos cogido absolutamente nada.

-¿Entonces puedo coger el chocolate?-dijo Cris.

-Coge, por favor, por faaaaaaaaaaaaaaaa.-dijo Carlos.

Ya sabiendo lo del chocolate y Carlos, su famosa relación con éste, cogí unas tabletas.

-¡O SEA, QUE TE LAS PIDE CARLOS Y SE LAS DAS Y TE LAS PIDO YO Y NO!

-Las voy a seguir escondiendo igual, si es por eso por lo que gritas. Os daré dos filas de chocolate a cada uno, hasta que dure.

-Joooooooooo.

Estaba delante, cogiendo cosas y metiéndolas al carro, vamos, lo necesario, cuando oí que Cris se quejaba.

-¡AU!

-¿Qué coñ...?

Me callé cuando vi porque se había echo daño.

Miré a David, que era el que llevaba el carro ahora.

Cris estaba sentada en la cosa rara de los carros en las que se ponen los bebés y, claro, al lanzar yo las patatas fritas, le había dado a ella.

-¿Qué querías que hiciese?-me dijo David.

-¿Decirla que se bajase? Bah, ya da igual, estoy acostumbrada.

-¿Sí?-me dijo Carlos.

-Oh, y tanto que sí. Antes lo hacía mucho, pero después la dije que tenía ya una edad y que no podía hacer ciertas cosas.

-Oh.

Éramos cinco chicos y dos chicas y la gente nos miraba.

Creo que mas que a nosotros miraban a Cris, por lo del carro.

Endless Road (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora