-Sigrid-
Oh.
El camarero amigo de Cris (del que todavía no sabíamos el nombre) había entrado en la sala de la piscina.
Nos volvió a hablar en su incompresible lengua y, al ver que no le entendíamos, nos habló en inglés.
-What are you doing, crazy guys!?
-Perdona tío,-le dijo David.-pero prefiero el francés.
-JAJAJAJAJAJAJAJA-nos reímos todos.
-Oh, stupid boys... always doing stupid things in this stupid hotel.
-JAJAJAJAJAJA
-Tío, vamos.-dije.
Salimos de allí lo más rápido que pudimos ya que venía detrás de nosotros.
En el camino a la habitación...
-¡¿A QUIÉN SE LE OCURRE?!-dije.
Ellos me miraron.
-¡SOLO A TI, CABEZÓN!
-JAJAJAJAJA
Carlos me miró.
-Si yo soy un cabezón tú eres una enana. ¡Enana!
-¡Cabezón! Yo por lo menos lo tengo asumido... Se que igual no crezco pero tu cabezón, por mas que crezcas, seguirá igual o mas grande.
-JAJAJAJAJA-rieron todos.
Estábamos andando por los pasillos para llegar a nuestra habitación.
-Chicos, lo estáis poniendo todo perdido.-dijo mi amiga.
-Como si tú no estuvieses chorreando.
-Calla David.
No habíamos dado dos pasos cuando Blas y Dani se cayeron al suelo.
-Vosotros tenéis tendencia a caeros, ¿no?-dijo mi amiga.
-Nah, que va.
Se levantaron y siguieron chorreando todo el suelo.
Se abrió una de las puertas del pasillo.
Nos giramos y no había nadie.
-Tíos, tengo miedo.-dije.
-Y yo...-dijo Cris.
-No hay nada chicas.-dijo Carlos.-Pero... si queréis, os puedo proteger.-dijo poniendo un brazo alrededor de nuestros hombros.
Le pegamos un tortazo.
-¡AU! ¿Y ESTO?
-Guau.-dijo David.-¿Cuántos tortazos te llevan pegando ya?
-No lo sé David. He perdido la cuenta.-dijo Carlos sarcásticamente.
Seguimos andando mientras Carlos se frotaba la cara, por los dos lados.
Oímos otro ruido en el pasillo.
-¡Tíos, tíos! ¡Qué ahí hay alguien!
-Qué no Cris, no seas cabezona.-dijo David.
Mi amiga le miró mal.
-Claro, claro... A el le miráis mal pero a mi me pegáis.
Todos nos reímos de eso.
Seguimos andando otro rato pero seguíamos oyendo ruidos.
-¡AHORA EN SERIO, AHÍ HAY ALGUIEN!-dije.
Entonces oímos voces.
-¡FANTASMAS, FANTASMAS!-gritaron David, Dani y Carlos.
-¡CORRED, CORRED, CORRED!-empezaron a decir Álvaro y Blas.