-Cris-
Me desperté antes de que sonara el móvil y le quité la alarma.
Había dormido muy mal esa noche, con mucho calor y bastante pesadillas, pero, ahora mismo, no recordaba de qué iban estas.
Tenía sed, así que me encaminé a la cocina.
Aún quedaba algún rato antes de que Sigrid despertara y debiéramos prepararnos para irnos.
Entré en la cocina, abrí la nevera y busqué algo que beber.
Estaba en ello cuando oí algo a mi espalda, me giré y vi en la puerta a Carlos, tan campante.
Grité y me intenté tapar con la puerta de la nevera puesto que, debido al calor y el agobio procedente de las pesadillas, había dormido en ropa interior.
Él se rió.
-¡¿Qué haces aquí?!-pregunté.
-Estoy aquí.
-¡¿No jodas?! ¡¿Y cómo has entrado?! ¡¿Qué quieres?!
Volvió a reírse.
-Carmen me abrió, vine a sacar a Choco.
-¿Qué esa te abrió?
-Sí, no quería despertaros.
-Qué considerado de tu parte.
-¿Por qué te escondes? Si ya te he visto en bañador.
-¡No quiero que me veas, no es igual!
-Cierto, el bañador no era de Hello Kitty...
Me enfadé tanto que cogí de la nevera lo primero que pillé (un bote de ketchup) y se lo tiré.
Riéndose, lo esquivó y se fue, huyendo.
-Maldito sea, yo lo mato... A ella y a la vieja cotilla esa...
Volví a mi habitación (Carlos estaba en el salón con el perro), me vestí y salí al mismo momento que Sigrid.
-¿Qué hace él aquí?-preguntó, mirándole.
-Ser un imbécil, pero eso lo hace en todos los lados.
-¡Eh, yo sólo quería sacar al perro!-dijo.
-¿A estas horas?-dijo mi amiga, un tanto incrédula.
-Pues sí, es que tenía que madrugar y así aprovecho.
Lo dejamos estar.
-Me voy a vestir-dijo mi amiga, y se fue.
-¿Quieres desayunar algo?-le pregunté a Carlos.
Puede que quisiera matarlo, pero no iba a hacerlo con el estómago vacío.
-Vale.
Nos pusimos a hablar en la cocina mientras desayunábamos y salió el tema de Sara, la prima de Sigrid.
A él le había caído bastante bien y hablaba bien de ella.
Sigrid apareció en la cocina y nos miró raro, como si se sorprendiera de vernos hablando en lugar de estar matándonos o, incluso, besándonos.
-Cris, nos vamos.
-¿No desayunas?
-Mm, no, no me apetece.
-Eso debe ser cosa de David...-dijo Carlos, por lo que Sigrid le metió una colleja.
Hacía tiempo que Carlos no se llevaba algún golpe, ya iba siendo hora.