Epílogo.

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El funeral de nuestra amiga había sido lo peor para nosotros, Vi aún seguía en la negación, yo por mi parte había estado junto a sus padres ayudando en todo lo que necesitaban, las clases se habían suspendido temprano para que todos los alumnos que quisieran asistieran al entierro de Zoé, vestía un smoking mientras que James había optado por el uniforme escolar.

Me acerqué un poco mientras él disimuladamente trataba de secar sus lágrimas, poco a poco llegaba la gente al cementerio, el club de teatro marchaba con fotos de ella, Vi se giró para no ver aquella escena.

—¿Por qué no te acercas un poco?, comenzará a nevar —sugirió mientras estiraba mi mano.

—Aún no lo comprendo, ¿por qué nos hizo esto James? —murmuró Vi con un hilo de voz.

—No lo sé, siempre fue misteriosa.

—Pero... Éramos sus mejores amigos por qué nunca lo notamos maldita sea.

—Notamos el dolor que tuvo al perder a su hermana en aquel accidente.

—Nos había dicho que ya lo había superado, hasta optamos por omitir siempre ese tema.

—Puede que esa idea se diera mientras estábamos lejos de ella cuando nuestras familias nos separaron.

—Sus padres me contaron que no había ninguna señal, nada incluso su psicólogo está consternado y decepcionado de sí mismo por no haberse dado cuenta de nada.

—Ese sueño que nos intentó contar, esa fue la causa.

—Tal vez, pero ahora no podemos hacer más que estar aquí para ella.

—Espero un día encontrarle y gritarle por el dolor que nos causó.

—Yo también lo haría si la encontrara.

El ataúd comenzó a descender mientras el llanto de sus padres rompía el corazón de todos, el momento era doloroso; al salir del cementerio junto a Vi tomados de la mano vimos como dos pequeñas niñas jugaban en la nieve, un hombre de una gabardina las observaba feliz mientras escribía palabas en una pequeña libreta.

El hombre se acercó, y me tendió una hoja arrancada. Al leerla bajé la vista para entender el mensaje cuando levanté la mirada ya no se encontraba él ni las pequeñas. Vi notó el momento que me detuve y me observó preocupado, le tendí la nota que leyó y un nudo en su garganta se cerró.

"Sé que jamás me lo perdonarán, pero ahora que estoy con Iris es lo que más importa; díganles a mis padres que sean fuertes como lo fueron con la despedida de mi hermana, y si tenemos suerte nos veremos en su más profundo sueño"

Atte. Zoé.

Todas las noches que soñé contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora