Objetivo 947 |HunHan|

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De entre todas las posibles escenas que la mente de Sehun creó y supuso encontrar detrás de la enorme puerta, esto no fue para nada lo que esperó. Una discoteca, un club o como sea que le llamaran.

Las luces en tonos azules y amarillos, daban un contraste entre moderno y feudal, inesperadamente atractivos a la vista. Las paredes eran como las del túnel, simulaban roca frígida y dura, a la vez acogedoras. Las pequeñas guirnaldas con lirios blancos les rodeaban, dando un toque natural que le gustó a Sehun, pero más que nada la música. La música le hacía sentir que bailar era a lo que había llegado y no pararía hasta perder las suelas de sus zapatos en la pista.

¿Por qué se sentía así?, no lo sabía, pero Luhan se acercó a su oído para gritar algo mientras afianzaba el agarre de sus manos, que no se había zafado ni un segundo-. Vamos, me gusta como te mueves.

El pelinegro le devolvió una sonrisa pícara y fueron a bailar. No hizo falta alcohol, sus sistemas ya se encontraban borrachos de emoción, atracción y lujuria. Era un lugar mágico que les incitaba a perderse por los roces de sus cuerpos.

A Luhan no le importó para nada estar rodeado de gente, a Sehun mucho menos. Para ellos, bailar no era solo eso, era un juego previo de seducción. Sus movimientos se transformaban en sutiles insinuaciones de que sus cuerpos se atraían. De eso no había duda alguna. Eran compatibles. Demasiado.

La mano de Sehun acariciaba las nalgas de Luhan, que a su vez, había dejado su cabeza caer hacia atrás para esconder su sonrisa de complacencia. Sus miradas se encontraron por unos segundos que parecieron eternos y no lo soportaron más. Debían salir de allí, el baño no era una mala opción.

Cuando llegaron el humano tomó a su presa acorralándole contra la pared robando un beso apasionado y ardiente. ¿Qué demonios tenían ellos que siempre terminaban en algo carnal? Se atraían, de eso no había duda. Un beso se convirtió en caricias, caricias en roces de pieles desnudas y sin darse cuenta siquiera, las manos de Sehun ya tocaban zonas ligeramente prohibidas.

-¡Qué asco! ¡Váyanse a follar a otro lado! –Un hombre que salía de los baños les asustó, pero lo peor del caso no fue eso. Luhan le reconoció. Su rostro lo había visto en las fotos que le entregó Jongdae en la mañana. Su víctima le había encontrado a él, nunca había sido tan fácil.

-Si no quieres ver, solo vete –refunfuñó Sehun volviendo al cuello del vampiro entre sus brazos, pero este le detuvo.

-Angus, mejor no. –le acarició suave la mejilla y le dejó un beso en esta-. ¿No crees que vamos demasiado rápido? –habló sin perder de vista los actos del hombre con piel color caramelo que moriría pronto entre sus manos.

Sehun simuló una disculpa y sonrió. Sonrió como solo el perfecto actor que era-. Sí, tienes razón. ¿Vamos por unas bebidas?

-Buena idea. Ve delante, iré al baño un segundo –susurró en su oído, y el de cabellos negros asintió saliendo del lugar para dirigirse a la barra. Luhan se volteó al moreno-. ¿Te he buscado mucho, sabes?

Aquel hombre se asombró de que el chico de cabellos grises le hablara de esa forma, le miró a través del espejo-. ¿Me hablas a mí? –El tono de confusión era altamente notable y el vampiro sonrió pícaramente.

-Veamos. Te llamas Jongin, ¿no es así? –El nombrado se volteó para verlo frente a frente.

-¿Cómo sabes mi nombre? –No hubo respuesta, solo más incógnitas.

-La policía te persigue, pero no tienen pruebas, ¿estoy en lo cierto? –Un paso atrás. El humano dio un paso atrás.
-¿Quién eres? –titubeó.

-No te preocupes, Kai, yo te puedo ayudar. –La mano del vampiro se posó en el hombro de otro y él elevó una ceja. Muy pocas personas sabían de su apodo.

-¿Ayudarme? Solo quiero que me digas quién eres, no necesito tu ayuda. –bufó y se sacudió la mano de Luhan, éste solo sonrió y sacó su celular.

-¿Hola? –El tono de voz del vampiro se tornó de pronto aterrorizado, el moreno se asombró más aún.

-¿Luhan? –Habló una voz conocida, pero Kai no podía escucharla.

-¿Estación de policía? –sonaba a sollozo, su rostro también lo simulaba.

-¿Luhan, que rayos?

-Si, llamo para denunciar a un asesinato. –Jongin quedó inmóvil ante la actuación que tenía frente a él pero no hacía nada por detenerlo.

-Estúpido, soy Jongdae, no molestes, estaba durmiendo –gritó pero al chico no le importaba, su treta debía continuar.

-Un hombre moreno, apuesto, vestido de negro acaba de matar a una mujer frente a mis ojos –tartamudeó y sollozó como la perfecta víctima que simulaba ser y el otro no tuvo más, le arrebató el celular de las manos y lo lanzó al suelo. Agarró del cuello a Luhan y apretó fuerte.

-¿Qué mierda quieres de mí? ¿Quién coño eres? –Xiao Luhan sonrió.

-Una cita –Su cuello se liberó al instante y él lo acarició tosiendo un poco-, No me importa que hagas lo que haces, me atraes Kai. Nos vemos luego de que despache al idiota que anda conmigo, ¿qué dices?

El moreno se atrevió a sonreírle-. Vale, te espero afuera, pero no demores mucho –acarició la mejilla de Luhan y salió con aires de superioridad.

Sehun parecía idiota, pero de idiota no tenía un pelo. Supo que algo tramaba Luhan en cuanto le pidió que siguieran la cita otro día y que se fuera solo. Por supuesto que aceptó pero solo se escondió para ver qué tramaba el vampirito.

Le vio irse caminando, pues llegaron en el auto del castaño y supuestamente, él se lo había llevado. El Objetivo 947 caminó por un callejón y se encontró con alguien que le esperaba. Sehun le conocía de algún lado, lo había visto en algún lugar.

-Mierda, ¿el del baño?

Se preguntó molesto y a la vez contrariado. ¿Qué querían esos dos juntos? Se perdió unos segundos en sus pensamientos, mas cuando les buscó de nuevo con la mirada ya no estaban y una mano en su hombro le hizo dar el brinco de su vida.

Le acababan de descubrir....

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-Nani-