↪947↩ - Prólogo

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El irritante sonido que había instalado en su celular le obligó a tomar la llamada lo más pronto posible. Oh Sehun odiaba con todo su ser la alegre y divertida musiquita que su actual novio usó de tono. Lo peor, era su jefe que llamaba para molestar... Lo usual.

¿Dónde estás? —preguntó rápidamente Park.

¿Cuántas veces debo decirte que no me llames cuando esté en una misión? —Bufó molesto el cazador.

Tienes dos días para acabar con 946.

Lo sé. No soy idiota. —Se acomodó sobre el capó de su auto mientras una mueca de desagrado se formaba en su rostro.

Termínalo pronto.

¿Por qué el apuro? —indagó curioso, para luego afirmar sin siquiera saber la razón—. Siempre cumplo con la fecha establecida.

Ya tengo en la mano al 947.

Ah, era eso... —Suspiró—. Me voy.

Este será un poco más difícil.

Me voy —repitió y sin dar tiempo a nada, la llamada acabó.

Espera... Sehun...


El cazador revisó mentalmente la ubicación de sus armas. El alambre en su cinturón, las navajas en las suelas de sus zapatos, el veneno en su reloj y los dardos en su billetera. Estaba preparado para eliminar a 947 en cuanto subieran al avión.

—Todo listo, Sehunnie. —Apareció un hermoso rubio en su campo visual y el nombrado sonrió con tanta felicidad que parecía otra persona. Oh Sehun no reía, solo cuando estaba de caza.

—Estás hermoso, Baeky. —Se acercó, besó su mejilla. Tomó el equipaje del vampiro y lo puso en el maletero. Todo un caballero, haciendo que el otro se sintiera más a gusto a su lado.

El convertible negro de Sehun comenzó a moverse, con una pareja muy feliz y divertida dentro. Baekhyun pulsó un botón y en pocos segundos el auto se había transofmado en un descapotable. El rubio cantó con sus brazos al aire durante todo el trayecto y Sehun se enfocó en la carretera.

El itinerario era simple: subir al avión, usar el veneno para dormirlo y dejarle en el baño luego de clavar el puñal en su pecho. Como siempre, simple, y el estúpido vampiro enamorado jamás lo imaginaría. Por eso demoraba un mes con cada objetivo, porque mientras más confiaran en él, menos posibilidad de forcejeo.

—Debo ir al baño un segundo. Espérame aquí, ¿ok? —habló el rubio ya en el aeropuerto y Sehun le sonrió.

—Claro, bebé. Ah... Toma. —Le entregó una bebida fría.

—Gracias. —Guiñó un ojo y salió corriendo. El pelinegro le notó demasiado feliz, pero supuso que se debía a los planes.

Al verse solo el cazador aprovechó para liberar un poco el peso en los hombros de su insoportable jefe.

"No vuelvas a molestar. En unas horas el trabajo estará terminado", envió el mensaje.

Listo, Chanyeol ya no sería un estorbo. Podría deshacerse del idiota vampiro que lo tenía hasta el cuello con sus jueguitos y tonterías. Al menos descansaría dos días en el hotel que había reservado y el día primero del próximo mes, como de costumbre, objetivo 947 en la mira.

Objetivo 947 |HunHan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora