Objetivo 947 |HunHan|

↪947↩ - 9

Lo siento por tanta demora en actualizar. Mi vida ha sido un caos y no había podido escribir más, pero aquí tienen...
Recuerden que les amo♥.

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Eran aproximadamente las diez de la mañana y Sehun se encontraba inquieto. Huang dormía en su cama.

Había aprendido a adorar a su hyung mientras le enseñaba a destruir vampiros, pero a la vez odiaba lo pegajoso que podía llegar a ser. Si había algo que sacaba de quicio a Sehun era eso y a Huang Zitao le daba lo mismo. Si quería abrazar, abrazaba. Si quería besar, besaba. Si quería chillar de felicidad y lanzarse a los brazos de Sehun, caería al piso porque éste nunca lo agarraría.

El menor se levantó, fue al baño y cuando salió de la ducha su celular comenzó a sonar con la incesante y feliz melodía que había instalado el objetivo 946 en el aparato.

—Debo cambiar esto —susurró mientras tomaba la llamada—, ordene. —respondió serio al ver quién era.

—¡Despertó! —El grito de Chanyeol se escuchó y por primera vez en mucho tiempo Sehun sonrió honestamente.

—En diez minutos estoy allí. —Esas cuatro palabras eran suficientes entre ellos. No necesitaban más.

El cazador se vistió a una velocidad asombrosa, le dejó una nota a su compañero y se saltó unos cuántos semáforos rojos camino al hospital. Cuando llegó a la habitación donde Chanyeol se había asegurado de mantener a Kyungsoo se encontró al enano sentado en su cama, sonriendo leve y siendo alimentado por su novio.

—Veo que no moriste —habló llamando la atención de la pareja. Amos hicieron una mueca seguida de una sonrisa.

—Cualquiera diría que estabas preocupado por mí —bromeó Kyungsoo y Sehun negó al instante.

—Vengo como cazador, no como amigo —respondió haciéndose el duro cuando en el fondo estaba demasiado feliz por la noticia.

—Uhm… Y diga, señor cazador, ¿qué desea saber? —Indagó esta vez el señor Park con tono burlón.

Sehun obvió su tono, sacó su celular y le tomó una foto al herido. Pasaron unos segundos y luego se alejó, se sentó frente a ellos y comenzó a hablar de trabajo.

—Hay cosas que no me cuadran con tu caso, Do. Normalmente, los vampiros no beben un poco y luego te dejan en urgencias en medio de la noche.

—¿Qué insinúas? —Indagó Park.

—No insinúo nada, expongo mis teorías —aseguró—. Uno, lo descubrieron en medio del acto y no quiso cargar con un cuerpo mientras escapaba. Dos, lo hizo por diversión y luego se arrepintió antes de dar la mordida fatal. Tres… —No pudo continuar, pues fue interrumpido.

—Tres, tiene buen corazón.

La estrepitosa risa de Sehun llenó la habitación en cuestión de segundos.

—¿Corazón? ¿Buen corazón? —Su expresión cambió en un abrir y cerrar de ojos—. No seas idiota, Kyungsoo. Los vampiros no tienen corazón, ni bondad, ni nada que se les parezca en su interior. Solo son un cascarón vacío y sin sentimientos en busca de sangre. Sangre que les ofrece satisfacción, placer y vida eterna. Nada más… No te equivoques.

—Así como tú, pero sin la sangre, ¿o me equivoco? —Respondió audaz el hombre de ojos grandes, observándolo algo serio y furioso—. ¿Qué? ¿Te mordió la lengua el gato? —Preguntó al ver que el cazador no respondía. Sabía que había tocado un punto débil pero él conocía a vampiros buenos que ayudaban a los demás sin pedir nada a cambio. Le molestaba que Sehun hablase de los vampiros como si todos fuesen iguales.