Objetivo 947 |HunHan|

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El 15 de agosto de 1974, un hombre armado de Corea con pasaporte japonés y simpatizantes de la RPDC, intentó asesinar al presidente, pero mató a la esposa en su lugar. Park respondió mediante la elaboración de una serie de medidas de emergencia, el más duro de estos, la Medida de Emergencia N º 9, emitida en mayo de 1975, siempre por el arresto de cualquier persona que criticara la constitución y prohibió todas las actividades políticas de los estudiantes.

Xiao Luhan era un estudiante de periodismo chino de 24 años de edad, pero también se encontraba luchando por la causa coreana. Llevaba más de dos años viviendo en Corea y sentía que luchar era su deber, mas la ley impuesta le cortó las alas.

Sus compañeros se rendían uno a uno, abandonaban los pedidos y dejaban pasar el tiempo. La rabia de Luhan crecía a cada instante por la impotencia, él solo no podía derrocar un gobierno. Por suerte para él Wu Yifan estaba a su lado, se mantenía fuerte y cada misión peligrosa la tomaba sin dudas. Era su mejor amigo y aliado.

Ese 13 de diciembre de 1795 todo cambió, en el cabaret donde solían reunirse, los pocos estudiantes que quedaban con ansias de lucha fueron cruelmente masacrados. Un grupo de policías entró y sin decir una palabra mataron a todos los presentes. Luhan pudo escapar pero la herida de bala en su muslo era prueba de que no viviría por mucho tiempo.

El nivel de alcohol en la sangre del chico era alto, quizás por eso no dolía tanto. Decidió ir a su casa para intentar resolver la situación. Eliminar las pruebas que lo incriminaran era importante, su compañero de habitación no sabía de sus actividades clandestinas pero le tenía aprecio, no quería que nada le pasara por su culpa. Estaba cerca, solo debía cruzar un pequeño puente y estaría en su casa, pero sus piernas fallaron. Luhan cayó como si de un saco de papas se tratara, se golpeó muy fuerte la cabeza, su brazo izquierdo se fracturó y no podía levantarse. Ese sería su lecho de muerte, un invisible lugar.

Debido a la cantidad de sangre perdida comenzó a perder el conocimiento y el frío lo comenzaba a invadir, temblaba y luchaba por mantenerse despierto cuando realmente sabía que no se salvaría, no se rendía. No quería morir.

Unos ojos azules intensos, unos colmillos afilados, una mordida en su tobillo, un veneno penetrando su cuerpo haciendo que ardiera como los mil demonios. Luhan gritaba de dolor, sentía que su cuerpo ardía de calor, perdió el control de sus extremidades y las convulsiones llegaron. Alguien lo tomó en bazos mientras él estaba en estado vegetal y lo llevó a su casa.

Sangre. De pronto Luhan abrió los ojos, era de día. El sol se colaba por la ventana de su habitación y chocaba con sus pies calentándolos. Sed. Su garganta estaba seca y tenía sed, mordió sus labios levemente y sin darse cuenta rasgó su propia piel con sus colmillos. Sangre. Eso era todo en los que su mente se enfocaba, necesitaba sangre. No se preguntaba por qué seguía vivo, solo se preguntaba dónde podría conseguir sangre.

La puerta de su habitación se abrió y al ver un rostro conocido se calmó. Yifan caminó a él y le extendió el vaso que traía en la mano. Él no dudó en tomarlo pero quedó petrificado al ver el contenido. 

—Bebe, Luhan. La necesitas. —La voz de su amigo era fuerte, parecía una orden, se sentía como una orden. Su cuerpo instantáneamente obedeció y bebió hasta el fondo.

—¿Qué está pasando, FanFan? —Preguntó asustado al sentir su cuerpo transformarse debido a la sangre en su sistema—. ¿Fanfan? —Lo miró casi suplicante y el nombrado se acercó para abrazarlo.

—Tranquilo, ya todo está bien. —Le sonrió leve y acarició su mejilla—. Ahora eres mío, y yo cuido lo que es mío.

Los años pasaron y decidieron viajar el mundo. Ya se conocían perfectamente y también habían comenzado a disfrutar de su estado juntos. Comían chicas juntos, cenaban chicos en la cama, masacraban sin compasión mientras se besaban rodeados de antorchas y estacas. Se habían dejado llevar totalmente por sus instintos y el resto de humanidad en su cuerpo ya había desaparecido. Vivían para saciar su sed de hambre, pero la lujuria se había vuelto su segunda ambición.

Una de las tantas noches locas decidieron atacar a una pareja joven solo porque eran lindos. Sí, se divertirían con ellos y luego disfrutarían de su cena. Los siguieron a casa, silenciosamente los encerraron y como cada vez, jugaron al gato y el ratón. El hombre fue el primero en caer pues se hizo el mártir para salvar a su esposa, el pobre... Yifan disfrutó de su sangre como hacía mucho. Luhan había mordido su espalda y los ojos de ambos se encontraron con el humano en medio, se lanzaron miradas lujuriosas. Estaban excitados pero el recuerdo de la mujer hizo que fueran por ella.

Fácil, bajo la cama. El vampiro rió de lado al ver sus pies y la arrastró con fuerzas hacia él pero algo que nunca antes había presenciado, ocurrió. Un niño lloraba al ver a su madre morir. Un latido. Luhan sintió dolor en el pecho al ver eso y no pudo herir a la mujer, se quedó congelado viendo el rostro del pequeño lleno de lágrimas y se replanteó dos siglos de matanzas junto a su compañero.

—No, Fan... —Luhan gritó cuando Yifan se acercó a la mujer pero no le dio tiempo, ya la había desnuncado. Se sintió inútil frente a Yifan, quiso evitar dejar huérfano a ese pequeño pero fue demasiado tarde.

—Vamos, Lu. —Le habló su compañero y a pesar de todo, su cuerpo le obedecía a él, su creador. Descubrió que no le seguía porque quería, en ese momento fue que realmente era un esclavo de aquel que una vez fue su amigo. Es no le gustaba para nada.

Esa noche escapó. Fue en busca del pequeño pero no estaba, no supo a dónde fue, ni siquiera su nombre. Es anoche Luhan se planteó tres metas en su vida. Nunca matar por placer. No volver con Yifan. Y encontrar a ese niño.

Nunca supo que el mayor le amaba hasta que le dijo frente a todos. Luhan no quería su amor, quería libertad, una libertad que a su lado no tendría jamás.

¿No les llama la atención? Sehun inconsciente y sangrando en una casa con 5 vampiros, de los cuales 3 lo quieren matar... No sé, yo lo veo bien mal. Jsjsjsjs.

Les ama:

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–Nani–