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Luego de unas cuantas horas, el cuerpo de Wu Yifan ardía en llamas en medio de aquel pueblo desolado. ¿Qué mejor lugar que ese, el que él mismo destruyó? Si tuviese alma de seguro sería atormentada por la de cada uno de los habitantes que desgarró en el pasado. Zitao se encontraba raro, no hablaba, no respondía con emoción ni con tristeza, Sehun sabía qué tenía así que lo llevó a una zona cercana del bosque casi sin avisar.

—Hyung, tenga —le extendió un mechón de cabello, el mayor lo tomó sin entender—. Es de Yifan, hyung. No pude tomar foto, pero esta es la prueba de que su venganza se cumplió. El ser que hizo su vida un infierno acaba de desaparecer —llevó su mano a su hombro y apretó ligero—. Es libre, hyung. Trate de volver a empezar y olvide que los vampiros siquiera existen.

Un suspiro, solo un suspiro fue lo único que pudo escuchar Sehun por parte del mayor y le sonrió como nunca hacía, sincero.

—Tengo envidia, usted ya puede seguir adelante. Yo encontré a quien buscaba, pero no puedo eliminarlo, todo se ha enredado y no sé ni siquiera cuál será mi próximo paso. —Tao levantó la mirada que había mantenido fija en el mechón de cabello en sus manos.

—Sehun, matar a Luhan no traerá de vuelta a tus padres —tragó seco y dejó caer el cabello—, justo como mi pueblo, mis amigos, mi amada, el pequeño en su vientre, ellos no regresaron a mí. —Pequeñas lágrimas se formaban en sus ojos—. ¿De qué sirve la venganza, Sehunnie? —el menor escuchaba atento— De nada, Sehun. La venganza no resuelve nada. El tiempo perdido no va a regresar ni ellos tampoco.

—Pero, hyung... su pecho es libre —el rubio rió por lo bajo y negó.

—Todo este tiempo tuve una sola misión; matarlo. Ahora ya no queda nada, ni una sola razón para existir.

—No diga eso, hyung.

—¿Si matas a Luhan qué harás? ¿Uhm? ¿Tienes planes? —contrarrestó.

Ante esta pregunta el cazador quedó indeciso y confuso. Toda su vida se la había pasado preparándose y buscando al asesino de sus padres para eliminarlo, pero siendo sincero nunca había pensado más allá. ¿Qué haría luego? No tenía idea.

—¿Ves? —el mayor dejó escapar una sonrisa triste—. Te pido que no hagas lo que yo, ten sueños, metas, deseos. Olvida la venganza, Sehunnie. No quiero que termines vacío y solo, como yo.

—No está solo, hyung. Me tiene a mí, a Park... —susurró y se ganó un abrazo, de esos que tanto odiaba. Por eso era tan frío.

—Hyung... —se quejó y el contrario se aferró más a él.

—Solo un minuto, por favor...

—¡No! ¡Dije que no! —se escuchó un grito que los hizo separar— ¡No eres mi dueño!

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—¡No! ¡Dije que no! —se escuchó un grito que los hizo separar— ¡No eres mi dueño!

Se apresuraron a buscar los causantes de tal alboroto. Encontraron a Luhan y a Minseok peleando en su forma humana y a Baek tratando de separarlos, Kyungsoo solo veía la escena unos metros atrás.

Objetivo 947 |HunHan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora