↪947↩ - 28

292 50 54
                                    

—¿Sabes? Zitao hyung se iba a casar en este lugar —esas fueron sus primeras palabras al acercarse por detrás a Luhan. El vampiro no dijo nada, aún estaba algo enojado por su comportamiento y Sehun se sentó a su lado viendo el altar en ruinas—. Por cierto, este es suelo sagrado, ¿qué haces aquí?

—Los humanos tienen una idea muy equivocada de lo que nos afecta y cómo —respondió sin verle a los ojos, su mirada estaba enfocada en algo específico, pero no lo haría notar—. No es que no podamos pisar suelo sagrado, es que duele, nuestra mente se mantiene atormentada por voces que nos repiten que somos una abominación, nuestro cuerpo se debilita y se nos hace difícil estar en pie, pero… —volteó su rostro para ver fijo al humano a su lado— pero solo en estos lugares yo me siento bien. Debo cumplir una penitencia por tanto daño a través de los años. Pensé en suicidarme una década atrás, pero eso no sería una solución, solo una escapatoria.

Oh Sehun no esperó que aquel a su lado fuese tan sincero, menos por como lo había tratado anteriormente, pero sus ojos se mantenían fijos en lo suyos y no podía cambiar la mirada.

En una de las tantas idioteces que Chanyeol le había enseñado, le había comentado que los ojos eran el espejo del alma, o algo así… por fin entendía a lo que se refería. Los ojos de Luhan, más que arrepentimiento, mostraban tristeza, anhelo y necesidad de comprensión. Sus palabras mostraban que a pesar de tener naturaleza e instinto vampírico era más humano que él mismo en su interior.

Quizás fue el momento, tal vez la fría brisa de la tarde, puede que el olor a “no me olvides” ayudara, pero Oh Sehun, aquel que odiaba los abrazos y ser sentimental, tomó al hombre a su lado en un cálido y suave abrazo—. No debes castigarte por el pasado, Luhan. Enfócate en remediarlo. —Ni siquiera él mismo se reconocía, él vivía en base a sus recuerdos, ¿cómo podía decir algo así?

Los brazos del vampiro rodeaban su cintura y, a pesar de que no esperaba esa reacción, la agradecía muchísimo—. Eso intento, pero no me lo permites… 

—¿Luhan, me amas? —la pregunta escapó de sus labios dejando al peligris asombrado.

—¿Amarte? ¿Por qué preguntas algo así de pronto?

—Necesito saberlo, ¿lo haces? —insistió.

Luhan lo miró por unos segundos sin saber qué decir, no por no tener respuesta, sino por lo abrupto de la pregunta. Claramente no lo amaba, pero sí sentía esa necesidad de protegerlo que no se iría. La mirada del pelinegro lo ponía en una situación incómoda, tal parecía que le pedía a gritos que su respuesta fuese positiva.

A Luhan le atraía físicamente Sehun, ¿a quién no? Pero de allí a amarlo, a sentir esa emoción al verlo y la necesidad de estar a su lado, no, eso no lo sentía con él. Quizás si las circunstancias hubiesen sido diferentes para ambos, él hubiera podido enamorarse de él… quizás en otro mundo, pero no en este.

—No lo sé —susurró con miedo de destruir el corazón del otro, quizás él sí le amaba—, ¿y tú, tú me amas, Angus?

Al escuchar ese nombre el cazador no pudo evitar reír un poquito, hacía mucho no le decía así y sabía que ese no era su nombre real, ¿por qué lo hacía ahora?

—¿Angus? Angus no te ama… —llevó una mano a la mejilla del otro para acariciarla con suavidad y los ojos de Luhan brillaban, pero no por felicidad, eran sus lágrimas formándose y mostrando dolor— ¿Estás bien? Lo siento, no fue mi …

Oh Sehun pensó que había herido los sentimientos del vampiro, pero al agarre del contrario en su camisa lo asustó un poco más—. Ya no puedo más… —las palabras escaparon de la boca de Luhan entrecortadas y con trabajo—. Sácame de aquí, por favor… —el suelo sagrado lo había llevado al límite de lo que podía soportar y su debilidad lo hizo desmayar en sus brazos.

Objetivo 947 |HunHan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora