...—Te estaba buscando —dijo sin quitar sus ojos de los míos.
— Ya me encontraste —digo con una pequeña sonrisa con mi voz seductora. Ella me desvió la mirada.
Realmente la intimido con mi mirada
—Yo... yo te estaba buscando para decirte que ya termine con el recorrido del hotel —la escucho decir un poco seria.
Quizás mi actitud de ahora tiene algo que ver
— ¿Tienes hambre? —digo cambiando de tema.
—Bueno si, un poco —dijo con apenas una sonrisa.
—Ven, vamos a un lugar cerca de aquí donde preparan un exquisito platillo —digo levantándome de la silla y dejando el vaso de whisky en la barra.
***
—No pensé que tu tan... tan de traje, serio, presumido, prepotente y...
—¡Ey...ey! Más respeto señorita White —digo sonriendo de lado curveando mis labios abriendo la silla de Alison.
—Ok, disculpe Sr. Collins, es que me parece extremadamente extraño que un empresario como usted quiera almorzar en este lugar tan sencillo... yo me lo imaginaba a usted únicamente en restaurantes elegantes —me dice con cierta ironía y riéndose.
—Siéntate —digo con voz firme.
— ¿Y apartes eres mandón? —la escucho decir sonriendo de lado.
No le dije nada solo la mire con ternura y negué con mi cabeza.
Un chico se acercó a nosotros y nos mostró el menú.
—Les recomiendo nuestro platillo de hoy —dijo el muchacho amablemente.
Narra Alison.
James me miro y asintió con su cabeza.
—Que sean dos —dijo James decidiendo también por mí.
—Quiero una limonada y una botella de agua por favor —dije al chico amablemente.
—Para mí una copa de Henri Jayer Richebourg.
—No tenemos ese vino señor, pero le puedo recomendar otro.
—Sí, ok está bien —dijo James haciendo un gesto con su mano en señal de aprobación.
No pude aguantarme y solté la risa que estaba conteniendo después de que el chico se fuera.
James frunció su entrecejo.
—¿De qué te ríes? —me pregunto alzando un ceja.
—No, nada... solo que... está más que claro que en este lugar no se encuentran tus vinos exclusivos —dije mirando a otro lado disimulando porque si volteaba a ver su cara me iba a volver a reír.
El chico apareció a los pocos minutos con la comida, estuvimos comiendo en silencio hasta terminar, James no decía nada y yo tampoco.
—Tenías razón, estaba delicioso —dije terminando mi plato.
—Te lo dije —dijo James presumiendo.
Yo solo me quede mirándolo sonriendo de lado y rodando mis ojos.
A los pocos minutos James pago la cuenta y regresamos nuevamente al hotel.
—Pensé que ya nos íbamos —dije quitándome el cinturón.
—Sí, dame unos minutos, tengo que hablar unas cosas con Wilson antes de irme —lo escucho decir mientras me abría la puerta del jeep.
—Ok, te esperare por aquí —dije bajándome. El lugar estaba realmente hermoso por sus paisajes, las flores que rodeaban el hotel y lo mejor de todo que se respiraba aire fresco.
Apoye mis codos en una baranda colocando mis dos manos en mis mejillas, incline un poco mi cuerpo mientras disfrutaba del viento que chocaba en mi rostro.
—Que hermosa vista —murmure en voz baja.
—No más que tú —escucho su voz atrás de mí haciendo que mi cuerpo se tensara y pegara un pequeño brinco.
—Me asustaste —dije intimidada por su comentario encontrándome con sus hermosos ojos azules.
—¿A poco soy tan horrible? —me dice acercándose seductoramente a mí y al mismo tiempo gracioso.
¡Oh, por dios! Que no se acerque más este hombre o no respondo.
—Pensé que te tardarías un poco más —dije esquivando su mirada y con mi pulso acelerado.
—No... ya nos podemos ir —dijo mirando su reloj.
—Ok —fue lo único que salió de mi boca mientras caminaba al jeep.
Me acerque al jeep y me monte antes de que él me abriera la puerta y por supuesto me coloque el cinturón. No quería otro acercamiento con James, mis mejillas rojas me delataban delante de él.
—James —dije con voz suave.
—¿Si? —dijo mirándome por cortos segundos luego siguió mirando al frente.
—Quería saber si no hay otro camino para llegar al hotel, es decir, únicamente es... ¿cruzando este puente?— dije mientras pasábamos el puente en el jeep.
El puente no era muy grande ni muy pequeño, pero si era de dos canales.
—¿No hay otra ruta alterna?
—Tengo entendido que no —lo escucho decir.
—Por cierto, no te lleve a ese río, en otra oportunidad te llevare... se podría incluir paseo en canoas —dijo mirándome por unos segundos curveando sus labios.
—No sería mala idea —dije con una pequeña sonrisa y luego regrese mi mirada de nuevo a la ventana.
El señor Erick nos recibió abajo, James le regreso las llaves del jeep.
—Hasta luego, regresen pronto —nos dijo el señor Erick amablemente.
—Hasta luego —dije despidiéndome desde la camioneta moviendo mi mano.
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Sr. Collins
RomanceJames Collins un apuesto y atractivo empresario de tan solo 27 años, Alison White una joven de 22 años de buen corazón, atractiva y cariñosa... se conocerán de la manera menos esperada y coincidirán en muchos lugares. Ella no tenía problema de dine...