— ¿Si? Dime —dije desconcertada. Realmente no sabía qué me iba a decir James.
Me puse a divagar... ¿será que me va a decir que tiene novia? O peor aún ¿casado? ¿Con hijos en New York?
—Quiero que te quede claro que tú eres mía —dice girando y viéndome fijamente.
¡Ya va... ya va! ¿Cómo que tuya? no te desmayes Alison White!
Esto sí que no me lo esperaba.
—Ya va... creo que no te entendí bien, ¿podrías repetir nuevamente?
—Dije que-tu-eres-mía —dijo haciendo pequeñas pausas por cada palabra.
—Ah sí claro... ¿Cómo que soy tuya? —dije riendo con ironía. James para nada se reía, su expresión en su rostro lo decía todo, pero cuando me dijo eso no pude evitar reírme, yo estaba imaginando tantas tonterías y me consigo con eso.
—A mí no me causa risa lo que te acabo de decir —dijo con su voz firme haciendo una mueca.
Apreté mis labios para no reírme nuevamente. Luego respire profundo y me aguante la risa.
—Estoy hablando en serio Alison —dice algo más calmado y dándose pequeños masajes en su cien.
—Yo también estoy hablando en serio —digo tratando de no soltar la risa.
El me mira y entrecierra sus ojos mientras mueve su cabeza de un lado a otro.
—Alison...
—Alison...
—No quiero verte coqueteando con Maurizio ni con otro —dijo dándome un suave beso en mis labios.
—¿Disculpa? —digo tosiendo apropósito.
El me mira con esa cara como queriéndome decir: tú escuchaste bien.
Rio con ironía y luego le digo:—para empezar no soy tuya.
Su cara cambio drásticamente, su mandíbula se tensó de solo escucharme decir eso.
—No te quiero compartir con nadie más —dijo agarrándome delicadamente de la barbilla.
—¿Y tú si puedes seguir haciendo de las tuyas? —dije quitándole su mano.
—Yo no estoy con nadie más, únicamente contigo, mis besos, mis caricias y todo solamente es para ti Alison —dijo con esa voz suave y varonil que lo caracterizaba.
¡Dios mío pero que profundo este hombre!
—No caigas Alison todos los hombres están cortados por la misma tijera —mi voz interna haciéndome entrar en razón.
—Bueno pero te aclaro que yo no estaba coqueteando en ningún momento con Maurizio —dije seria levantando una ceja y cruzando mis brazos.
—Vamos... no soy ciego, me di cuenta de cómo se miraban.
—Estás viendo cosas donde no las hay —dije mirándolo directamente a esos ojos color cielo con mis brazos cruzados.
—Soy hombre y sé que le gustas... me di cuenta de cómo te miraba y de su estúpida sonrisa cada vez que tú te sonrojabas por sus comentarios.
—¿Estas celoso?—dije sonriendo de lado.
—No, no lo estoy —dijo caminando a su mini bar, sirviéndose otro vaso de whisky con su cara seria.
¡Yo sé que si lo estás, no trates de ocultarlo porque se te nota!
Se acercó a mí y me beso lentamente, como si se estuviera comiendo una deliciosa barquilla.
—Ven, siéntate aquí —dijo haciéndome seña para que me sentara en su pierna.
Accedí tímidamente sentándome en su pierna, agarrado mis brazos llevándolo a su cuello.
Entre besos y besos, el ambiente se sentía más caluroso, por el calor que emanaba nuestros cuerpos, ya para ese momento James me había quitada mi blusa.
—James...
—¿Si? —dijo dándome pequeños besos en mi cuello.
—Ya es algo tarde, creo que es hora de regresar a mi apartamento —dije levantándome y agarrando mi blusa para ponérmela. Mi pulso estaba acelerado y descontrolado.
James no dejaba de mirarme, su mirada era distinta, esa mirada llena de deseos y lujuria que era más que evidente.
—Alison.
—¿Si?
—No te vayas —dijo agarrándome la mano mirándome esta vez con ternura.
¡Ay dios mío!
—¿Qué hago? —mi voz interna haciendo eco en mi cabeza.
—¿Dónde dormiré yo? —fue lo primero que se me vino a la mente.
—¿De verdad estas preguntándome eso? —dice riéndose y mostrándome su perfecta dentadura.
¡Dios esa sonrisa me parte!
—Sí, ¿Por qué te ríes? —digo cruzando mis brazos en mi pecho.
—Pensé que te gustaría dormir nuevamente conmigo —dice mirándome pícaramente.
—Eh... yo... ¿yo dormí contigo esa noche? —pregunte algo intrigada con mis ojos abiertos.
—Sí, y aún recuerdo cada una de tus palabras diciéndome que te abrazara y no te dejara sola.
—¡¿Qué yo que?! —digo sorprendida.
—Es broma, solo quería ver tu cara —dice sonriendo de lado y jalándome de la mano cayendo de nuevo a sus piernas.
—Ese día yo me quede a dormir en la habitación de huéspedes, y a ti te acosté en la mía.
—¿Y por qué no me acostaste en la habitación de huéspedes a mí?
—Porque simplemente quería que durmieras en mi cama —dice de lo más tranquilo.
¡Oh mi Dios!...
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Sr. Collins
RomanceJames Collins un apuesto y atractivo empresario de tan solo 27 años, Alison White una joven de 22 años de buen corazón, atractiva y cariñosa... se conocerán de la manera menos esperada y coincidirán en muchos lugares. Ella no tenía problema de dine...