Capítulo 11

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Narra Alison

¡Dios mío, porque soy tan débil!

Sentí su cálido aliento acercarse lentamente a mi cuello dejándome un beso, ese beso estremeció todo mi cuerpo y luego me miro de esa forma que ¡dios! Lograba enloquecerme en tan solo cuestión de segundos.

No sé ni cómo nuestros labios se unieron en un beso ardiente y apasionado.

¡Este hombre besa divino!

Sus manos bajaron a la parte baja de mi cintura atrayéndome más hacia él. Nos separamos por falta aire, ambos respirábamos agitados, James se acercó de nuevo a mi boca mordiendo mi labio inferior de una forma muy sexy y a la misma vez me miraba  con picarda.

—James.

—Mmm —lo escucho decir mientras besaba nuevamente mi cuello.

Mis piernas estaban a punto de desvanecerse gracias a los besos y caricias de  James.

—James, detente ya —murmure en voz baja en su oído.

—No puedo —dijo con su voz entrecortada y ronca.

—Tu aroma y tu olor natural me vuelve loco de deseos.

¡Oh por dios! ¡Auxilio! ¿Hay alguien que me ayude a salir de aquí?

Por un segundo recordé esa parte de la película del Titanic cuando Rose desesperada tocaba el silbato pidiendo ayuda.

Trague grueso gracias a su comentario y como pude me aparté de él y lo enfrente.

—¿Qué se supone que estábamos haciendo? —dije mirándolo a los ojos y con mi respiración agitada, sentía mi pecho subir y bajar desbocado.

—Estamos haciendo lo que ambos deseamos —dijo volviéndose a acercar a mí sonriendo de lado.

—No seré otra de tu lista —dije con voz firme levantando mi barbilla.

James comenzó a reír. Su risa era ronca y sexy.

—De verdad que no me conoces —dijo entre risas mientras negaba con su cabeza.

—Bueno en realidad yo no sé mucho de tu vida —digo alejándome de su cercanía.

—Soy muy reservado con mi vida personal —escucho su voz atrás de mí.

—Sí, ya veo —murmure en voz baja sentándome nuevamente en el sofá.

—Seré sincero contigo, tú me gustas, pero no estoy buscando involucrarme sentimentalmente contigo ni con nadie —dijo con voz firme y esta vez sirviéndose un vaso de whisky en su mini bar.

De reojo pude ver sus labios curvarse un poco.

—Pues... yo tampoco estoy buscando eso y menos contigo —digo tratando de ocultar mi nerviosismo mientras lo veía llevarse el vaso a sus labios.

—Bueno ya que ambos estamos claros podemos continuar así, porque simplemente hacemos lo que nuestros cuerpos nos pide a gritos sin compromiso a nada, sin involucrarnos sentimentalmente, hasta que tú me digas que no quieres seguir más con esto y ese día me alejare de ti —dijo de lo más tranquilo.

¡¿Qué qué?!

¡¿Qué carajos estas diciéndome?! Qué propuesta más descabellada e indecente.

Me quede pensando en su alocada idea, en la alocada idea de Pamela diciéndome que terminara de olvidar a Lucas con James, no tenía nada que perder, además cuando yo le diga que no quiero seguir con esto, él simplemente se alejara de mí.

—Ok, de acuerdo —dije estrechando su mano como si estuviéramos cerrando un negocio pero sin contrato.

¿Alison White que acabas de hacer?—mi voz interna haciendo reaccionar.

—La única condición es que se mantenga en secreto —añadí.

—Ok, como tú quieres nena —dijo con su voz seductora dejándome un dulce beso en la mejilla.

Después de esa conversación, estuvimos trabajando en la presentación del proyecto, James de vez en cuando se acercaba a mí y me robaba un beso, bueno mejor dicho muchos besos.

...

La semana siguiente estuve trabajando fuertemente en el proyecto, el día de la presentación explique mis ideas y diseños para el interior del hotel, y todo lo que se necesitaba para la comodidad de los turistas y distracción.

—Me encanto tu presentación hija —dijo mi padre aplaudiéndome y dándome un beso en la mejilla.

—Gracias, creo que al resto también les gusto —añadí sonriendo satisfactoriamente.

—Ven, te presentare al nuevo socio —dijo rodeándome la cintura con su brazo.

—Maurizio De Santis —escucho decir a mi padre.

Me imaginaba a un hombre mayor, pero cuando giro me encuentro a un chico joven, apuesto y muy distinguido, para ser más exacta un simpático italiano.

—Mucho gusto, Alison White —dije amablemente con una pequeña sonrisa.

—El gusto es mío —dijo dándome un beso en mi mano sin despegar sus ojos de los míos. Sonreí tímidamente.

Por otro lado vi a James acercarse a nosotros aclarando su garganta y saludando a Maurizio con un apretón de mano.

—Bueno yo me retiro, hasta luego —dije despidiéndome de ellos.

—No te vayas, me gustaría invitarte a almorzar y así me sigues contando sobre el proyecto.

Podría jurar que James se molestó por el comentario de Maurizio, su cara lo decía todo, pero luego cambio su cara y termino diciendo: —sí, sería buena idea, yo voy con ustedes —dijo mirándome y sonriendo de lado.

—Creo que alguien aquí esta celoso —dije para mí misma sonriendo disimuladamente.

Sr. CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora