Capítulo 21

36.2K 1.9K 116
                                    

Me senté en el sofá mientras revisaba mi teléfono, tenía varios mensajes de Pamela.

Pamela

Te fui a buscar a tu apartamento pero no te encontré.

Leído a las 8:09 am

Pamela

¿Estas con James?

Leído a las 8:09 am

Pamela

¿Cuéntame todo Alison White?

¿Pasaste la noche con James? :o

Leído a las 8:10 am

Cuando me dispongo a responderle a Pamela escucho el teléfono de James repicar, no le doy importancia y comienzo a escribirle a Pamela, pero de nuevo comienza a sonar.

—Alison puedes contestar por favor —escucho su voz a lo lejos.

—Ni que fuera tu secretaria —murmuro en voz baja encogiendo los hombros indiferentemente.

Dios pero que insistente, sea quien sea que este llamando pienso.

En eso veo a James salir en paños menores completamente mojado, con una pequeña toalla cubriendo sus partes, dejándome con la boca abierta y sin aire para respirar.

El agarro su teléfono rápidamente y contesto la llamada, su rostro se tensó como si estuviera recibiendo una mala noticia, pero luego cambio su semblante y a los pocos segundos tranco, y yo por supuesto completamente inmóvil de solo verlo, mientras hablaba por teléfono.

Luego su mirada se consiguió con la mía, la esquive rápidamente disimulando, pero mi cara sonrojada me evidenciaba, y de pronto lo veo acercarse a mí.

¡Que no se acerque, que no se acerque!

—Esto es por no contestar ni pasarme el teléfono —lo escucho decir mientras sus labios se unían con los míos, besándome desesperadamente y mordiéndome el labio inferior.

¡Oh Santo Cristo!

Cuando lo empujo quitándomelo de encima se le cae la toalla, mis ojos automáticamente bajan hacia su parte intima haciéndome tragar grueso y ese pequeño susto o cosquilleo  en mi estómago poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba.

—Vez como me pones —dice  con picardía mirándose hacia abajo mostrando su evidente erección.

Esquive mi mirada nerviosa a otro lado, mi cara no estaba roja, estaba rojísima.

—Por favor cúbrete —digo nerviosa con mi voz entrecortada mirando a otro lado.

— ¿A poco no habías visto uno antes? —dice sonriendo de lado con picardía en sus ojos colocándose nuevamente la toalla.

—Yo... yo... —digo tartamudeando.

¿Tu que Alison? Estas quedando como una tonta delante de ese Dios griego

—Tranquila, no digas nada, creo que  no habías visto uno igual —dice con su voz arrogante.

¡Que engreído eres!

Pero no se puede negar lo que está a la vista.

Ruedo mis ojos con odiosidad y él solo me miraba con esa sonrisa provocativa.

—Está bien...está bien... como quieras—dijo levantando sus manos en señal de paz mientras se alejaba.

¿Alison te vas a quedar con los brazos cruzados aceptando lo que te dijo ese Dios griego?

—¿Y sabes qué?

—¿Qué? —dice girando su cabeza.

—He visto mejores en mi vida —digo cruzándome de brazos levantando mi barbilla y mostrándole una sonrisa de satisfacción.

¡Así se habla Alison!

Su sonrisa victoriosa se desvaneció solo por unos segundos.

—No te creo nada —dijo guiñándome un ojo y sonriendo de lado.

Me quede callada viendo cómo se perdía por el pasillo mientras soltaba un suspiro pesado.

...

En el camino no podía estar bien, estaba realmente incomoda, no podía  ni verlo a los ojos después de haber visto su masculinidad.

—¿Te sucede algo? Te noto incomoda —dice con su voz suave.

—No, nada —digo mirando por la ventana, pero por dentro mi corazón a punto de salir por mi boca.

De reojo podía ver a James cómo me miraba por cortos segundos y luego continuaba manejando.

Camino a mi apartamento le respondí a Pamela.

Yo:

Cuando llegue al apartamento te explico todo.

Enviado a las 8:48 am

Pamela:

Quiero todo con lujos y detalles!!

leído a las 8:50 am

Ruedo mis ojos y sonrió leyendo el mensaje de Pamela, no me había dado cuenta que ya había llegado.

James me miraba con cierta curiosidad y luego me dijo: —Nos vemos más tarde —dice mirándome con sus ojos penetrantes, sonriendo de esa forma encantadora curveando sus labios, viéndose jodidamente sexy con su traje a la medida y haciéndome temblar por dentro, logrando alborotar mis hormonas a punto de un colapso.

Sr. CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora