Capítulo 26

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...

—No fue mi intensión asustarte —digo acercándome más a ella de una forma juguetona.

—Yo... yo no sabía que tu venias —añadió Alison nerviosa por mi acercamiento.

—¡James! Por fin llegaste —escucho la voz de William haciendo que me alejara  de Alison.

—Por supuesto que James venia, como no vamos a invitar al dueño de la casa —dice entre risas William.

Yo solo lo miro indiferentemente por su comentario.

—No sabía que tú eras el dueño.

—Mi padre dejo muchas propiedades, entre ellas  esta casa.

—¡Chicos! Vengan... vamos a bailar —escucho la voz chillona de Pamela asomándose por la puerta.

—Ya vamos nena —le grita William.

Alison me miro por cortos segundos y salió por el pasillo, juraría que estaba intimidada por mi presencia.

Cuando me asomo en la puerta del balcón veo a William y a Pamela bailando una canción lenta como dos enamorados.

—James no te quedes ahí mirando, dile a Alison que baile contigo —me dice William guiñándome un ojo.

Mis ojos se fueron directo a ella, se veía hermosa con ese vestido y su cabello suelto.

—¿Te gustaría bailar conmigo? —digo tendiéndole la mano.

—Si —la escucho decir sonriendo tímidamente.

Bailamos una canción lenta, sintiendo su cuerpo a centímetros de mí, sintiendo su respiración y su cuerpo un poco tenso.

—Relájate, estas muy tensa —susurro cerca de su oído dejándole un pequeño beso en su frente.

Narra Alison

¡Dios! No creo que siga resistiéndome a los encantos de este hombre.

Las dos manos de James rodeaban mi cintura, y mis brazos rodeaban su cuello.

—Solo déjate llevar por la música —me dijo susurrándome al oído haciendo que mi piel se erizara.

Su voz y todo en él hacía que perdiera el control y con esos tragos de más ni siquiera podía controlar mis hormonas desbocadas.

Perdí la cuenta de cuentas canciones bailamos y de cuantos tragos más había tomado, solo estaba disfrutando la noche.

—¡Chicos! nosotros nos retiramos —escucho decir a William agarrando a Pamela de la cintura.

Pamela me hacía seña con sus ojos pícaramente y luego miraba a James, yo sabía perfectamente lo que estaba tratando de decirme.

—Creo que nos dejaron solos —lo escucho decir haciéndome tragar grueso.

¡Oh por dios!

En un acercamiento James beso mis labios delicadamente logrando que mis piernas se desvanecieran en tan solo un segundo, el beso fue subiendo de intensidad atrayéndome más a su cuerpo sintiendo su evidente erección y yo correspondí placenteramente a sus besos.

—No sabes las ganas que tenía por besarte —susurro sobre mis labios.

Y yo me estaba muriendo porque lo hicieras

lo pienso pero no se lo digo, mientras seguía perdida en sus besos.

Alison... ¿Acaso has perdido tu autocontrol? No te dejes llevar por el momento, acuérdate que tomaste de más y no estas consciente cien por ciento de lo que haces

Solo estoy haciendo lo que deseo

respondo a mi voz interna mientras James me devoraba con su besos y sus caricias.

Narra James

Alison me estaba volviendo loco de deseo, no sé en qué momento llegamos a una habitación de la casa, aun seguíamos besándonos pero esta vez desenfrenadamente, quede con los ojos abiertos cuando veo a Alison quitarse su vestido dejándome ver su hermoso cuerpo, su ropa interior era negra y se veía jodidamente sexy.

—Alison...

—¿Huh?

—Creo que deberíamos detenernos, aunque si te soy sincero no quiero detenerme —digo uniendo mis labios nuevamente a los de ella.

—Entonces no te detengas.

—¿De verdad quieres estar conmigo?

—Si—la escucho decir entre mis labios.

—Entonces estoy seguro que mañana también vas a querer —digo tratando de convencerla.

Estaba completamente seguro que tal vez al siguiente día ella se iba a arrepentir de haberlo hecho conmigo y realmente no quería eso, ya no quería solo acostarme con ella y lógicamente no quería aprovecharme de la situación.

—Quiero una relación seria con Alison aunque no sé si ya estoy listo para una nueva relación —digo para mí mismo.

—Ven, mejor duérmete y mañana hablamos —digo cubriéndola con la sabana.

En eso se sienta en la cama de golpe diciéndome: —Sr Collins, es usted realmente  malo, me has dejado con las ganas —me dice entre risas y con  ese tono de voz peculiar cuando toma de más.

Ni te imaginas como estoy yo

—Anda, descansa y mañana hablamos —digo dándole un pequeño beso sobre sus labios.

Sr. CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora