Four

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El tiempo había pasado y estaba afuera del tribunal donde se llevaría a cabo el juicio contra su futuro ex esposo y no podía estar más nervioso.

Su abogado todavía no llegaba, sus padres habían dicho que estarían del lado de Shoto y tanto Ochako como Iida estarían muy ocupados con el trabajo por lo cual no podrían presentarse hasta el momento de declarar.

Cuando pensó que estaba al borde de un colapso mental llegó Bakugou en su auto. Bajó con una delicadeza y lentitud que a Izuku le estaba desesperando. Cuando ya estuvo a su lado notó que se le iba a ser difícil despegar su mirada de él.

Llevaba una camisa blanca, corbata roja y un chaleco negro, con el traje hecho a medida del mismo color al igual que sus zapatos. Sus lentes estaban presentes ésta vez y lo hacían ver mucho más deseable, no pudo evitar morder su labio inferior.

—¿Que sucede Deku? ¿Te gusta lo que ves? —su sonrisa demostraba lo confiado que estaba en si mismo.

—N-no, sólo se me hace raro verlo de lentes. —Izuku maldijo internamente por haber tartamudeado frente a Katsuki, el cuál rió al escucharlo— En fin, ¿esta seguro de que conseguirá el divorcio junto con el dinero?

Fruncio el ceño al escuchar su pregunta y acercó su rostro al de Izuku, el cual se sonrojó por la cercanía.

—¿Estas desconfiando de mi reputación? —entre cerró los ojos sin apartarse ni un centímetro— No he perdido ni un puto juicio y este no sera el primero.

Se aparto y empezó a subir las escaleras, luego de unos segundos Izuku lo siguió.

Ya dentro del juzgado Izuku empezó a temblar, no había llegado el juez, ni el jurado, pero el sentía que miles de ojos lo estaban observando mientras Bakugou acomodaba todo sus papeles.

Uno de los primeros en llegar fue el taquígrafo, los nervios del pecoso eran tantos que casi tira su silla al pararse para hacer una exagerada y rígida reverencia. El pelicenizo enarco una ceja y la persona recién llegada lo miró con indiferencia para después empezar a acomodar sus cosas.

— Tenias que ser malditamente Deku, –el susurro fue una burla por la que el peliverde lo miró mal– esa persona es la encargada de registrar todo lo dicho durante el juicio, ignora a todos menos al juez, no pierdas tu tiempo.

Los siguientes en llegar fueron las personas del jurado, junto a varios policías que se ubicaron en las entradas y ventanas. De a poco varias personas se sentaron detrás de los lugares de las dos partes, le partió el corazón ver a sus padres del lado de Todoroki, el cuál apenas llegaba.

La mirada de rencor y asco del recién llegado no paso desapercibida. A Izuku le sorprendió no sentirse herido para nada bajo esa mirada.

— Ponganse de pié para recibir a su señoría la jueza Nerumi Kayama. –el mismo policía que había hablado abrió la puerta por la que entró la nombrada.

Una mujer joven entró caminando con una elegancia destacada, no podía decir como era su cuerpo por la toga negra, su cabello violáceo y rostro inmaculado demostraban total seriedad.

— Presta atención Deku, Nerumi es la jueza más joven de este distrito pero una de las más duras al dictar su veredicto, es tu día de suerte. –al girar su rostro se encontró con su abogado sonriendo levemente.

Cuando dieron la orden se volvieron a sentar.

— El día de hoy estamos aquí por el señor Todoroki Izuku, quien demanda a su esposo Todoroki Shoto por los cargos de violencia doméstica, violación y confinamiento en contra de su voluntad. –la jueza eleva la mirada hacia Shoto mirándolo con rudeza.

El gruñón de mi abogadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora