Sixteen

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Ahí parada, estaba una castaña de pelo corto, vestía tan descaradamente provocadora como la recordaba.

—¿Que mierda quieres Camie? No jodas. –estaba fastidiado, no quería verla ni escucharla.

—No seas así Katsuki, –se acercó a mi y se apegó a mi brazo frotando sus pechos en él– vamos a divertirnos, como en los viejos tiempos, ¿si?

Izuku me miraba de reojo unos segundos y volvía su mirada a su vaso.

—Eh tu, zorra, –el pikachu estaba parado a un lado de ella con sus brazos cruzados– ¿no ves que estamos aquí bebiendo entre amigos? Vete a buscar un pene a otro lado.

Kirishima enseguida se paro de su lugar y abrazó a su pareja.

—Vamos Denki amor, calmate, ¿si? –pero el rubio no retrocedía.

—Pero es qué... –rápidamente su mirada se dirigió a Deku, quien no hablaba.

—Lo se, –esta vez Kirishima parecía estar completamente serio– señorita, ¿podría retirarse? Solo queremos beber tranquilos.

—No quiero, ¿por qué tendría que hacerlo? –se acercó aún más a mi, no me iba para nada maltratar a mujeres pero mi paciencia se estaba terminando.

—Dejame decirte porqué, –mierda, Mina parecía enojada, esto se esta volviendo un gran problema– porque si no te vas te voy a arrastrar de los pelos hacia afuera y te enseñaré modales, zorra. –conociéndola sabia que lo haría y ni Hanta podría detenerla.

Me separé de la chica pegada a mi y la miré fríamente.

—Deja de pegarte a mi y vete de una puta vez, estas siendo molesta.

—K-Katsuki... ¿por qué te comportas así conmigo? Estas siendo cruel. –iba a contestar cuando la voz de otra mujer molesta me interrumpió.

—Por que su nuevo juguetito está junto a él, esa es la razón. –Yaoyorozu apareció de la nada con sus brazos cruzados.

La castaña miró con el ceño fruncido a Deku y estaba por tomarlo del brazo cuando la detuve.

—¿Que pensabas hacer? –esta situación era una verdadera mierda, ya estaba harto.

—¿Es verdad Katsuki? ¿Ahora estas jugando con ésta poca cosa? Tu no eres así... –se safo de mi agarre y me miró mal.

Izuku se hundía cada vez más en su lugar.

—Que rápido superaste a Shoto, –la pelinegra se paró a un lado de Deku empujando a Kaminari y Kirishima en el trayecto, mirándolo con asco– le entregaste el culo muy rápido a Bakugou, ¿o lo hacías desde antes del juicio? Tiene sentido, sino, ¿como podrías pagar un abogado cómo él?

—N-no es así... –su voz era muy bajita y no levantaba la mirada.

—¿Que no es así? Por tu culpa Shoto está en la cárcel y tú muy feliz cogiendo con Bakugou. –todos alrededor estábamos en silencio, aunque el pikachu intentaba safarse del agarre de su pareja e ir contra ella.

—Si Todoroki esta en la cárcel es por todo lo que me hizo, y-yo no hice nada malo. –se escuchaba como si fuera a llorar en cualquier momento.

—Si mintiendote a ti mismo eres feliz, bien. –lo tomó del hombro y lo obligó a mirarla– Pero eres un puto juguete para Bakugou, cuando se aburra de ti va a abandonarte, te quedarás solo, te mantiene cerca porque le abres fácil las piernas, sino explicame porqué él estaría con alguien como tú, no tienes nada bueno.

Ya estaba harto, aparte a Izuku de ella y lo tomé entre mis brazos, él simplemente escondió su rostro en mi pecho y se aferró a mi.

—¿No tienes nada mejor que hacer? –ella sonrió burlonamente.

El gruñón de mi abogadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora