Poché.
Aún estaba en la cama esperando a Daniela, llevaba mi mente a un lugar de unicornios o zombies, para ver si me comían el cerebro y dejaba de pensar cosas no sanas con cierta castaña.
No puedo para bajar la calentura que siento.
Odiaba al mundo, es increíble cómo todo conspira para interrumpir mis momentos con Daniela, dos veces en dónde estábamos a punto de hacer el amor.
«Creo que aún nos es tiempo» pensé.
Tampoco quería presionar a Calle, a pesar de que ella no me lo ha dicho, por las amenazas de Alba la última vez y sus preguntas sobre si quité la virginidad de Daniela tenía la certeza de que eso era real.
Sería paciente, no quería arruinarlo. Si Daniela se entrega a mi cuando se sienta lista y en confianza conmigo, seré la mujer más feliz del mundo para poder amarla.
Al pasar los minutos y ver que ella no aparecía, me levanté de la cama para ver que hace, no sin antes arreglar mi cabello un poco y mi cara.
Por desgracia debía irme por dos razones, el primero porque es tarde, y el segundo porque quiero hacerle una sorpresa a Calle. Mañana quiero que sea especial para ese ángel, la mujer que tiene mi corazón.
Estaba completamente embobada por ella, no podía dejar de pensarla, toda ella es única, especial, simplemente perfecta.
Salgo de la habitación y al llegar a la sala encuentro un hombre castaño, ojos color miel, fornido y muy guapo, fruncí el ceño al verlo con flores y vestido de forma formal.
¿Qué carajos? ¿Quién es él? ¿Qué hace en casa de mi castaña? ¿Qué espera para irse? ¿Una limosna? Le doy dos, pero que se vaya.
Él al verme se levanta y me da una sonrisa, hago una pero parece más una mueca, lo observo desde una esquina de la sala cruzada de brazos. ¿Será un amigo de Daniela? ¿O tendrán una cita? No, no, no, me niego rotundamente.
Empiezo a sentir cómo el monstruo de los celos crece poco a poco en mi interior, espero que Calle me de explicaciones.
— Estoy lista. — escuché esa voz.
Giro mi rostro y veo cómo Calle sale sumamente hermosa, viene con un vestido rojo vino resaltando sus curvas, un escote en forma de corazón que se pega a sus pechos perfectamente, su cabello ondulado con un maldito labial rojo.
Juro que morí en ese instante al verla.
El baboso que está ahí parado cómo estatua se la come con la mirada. ¡No la mires es pecado, baboso! Respiro hondo para no perder la cordura y llevarme a Calle para terminar lo que dejamos pendiente en la habitación.
Sacudo la cabeza ante los pensamientos no tan sanos que vienen a mi mente.
Calle me ve y sabe que pido explicaciones, se acerca a mi para verme a los ojos, su mirada me pide una disculpa, alcé una ceja.
— Poché, él es Sebastián Villalobos. — nos presentó, jalando mi mano para ir hasta donde estaba él. — Sebastián ella es María José Garzón.
Él me ofreció su mano con una sonrisa, la acepté porque soy una mujer con educación.
— Un gusto conocerte, Poché. — sacudió mi mano, la solté. — Soy la cita de Calle.
¿Cita? ¡Me niego! ¿Por qué Daniela va a una cita con él? Le doy una mala mirada a la castaña.
— ¿Y cómo se conocieron?— arrojé con una sonrisa hipócrita.

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Destino || Terminada
FanfictionElla es una arquitecta que tiene relaciones ocasionales. ¿Conseguirá el amor luego de toparse con una castaña abogada?