Destino || Terminada

Baile

Poché.

Estaba bailando con Juana, según ella para darle celos a Daniela.

En toda la reunión sobre la firma del contrato, la castaña no dejaba de mirarnos a Juana y a mi, agregando que mi asistente de adrede estaba muy cariñosa conmigo.

Es obvio que Juana es hetero, pero se comportaba cariñosa para ver a Calle.

— Quiere matarme. — murmuró abrazándome.

— Creo que pierdes tu tiempo. — repliqué  rodando los ojos.

— No, estoy segura de ello.

Resoplé para seguir bailando con ella.

Algo que se me hizo raro no fue ver al idiota de Sebastián, me dejó con ciertas  dudas no verlo por acá, al menos que Daniela no lo haya invitado a celebrar con ella.

— Es mejor que corra antes de que me peguen un putazo. — soltó mi acompañante deteniendo su baile.

— ¿Eh?

Fruncí el ceño al ver que mi asistente veía a mis espaldas, me doy la vuelta y me encuentro con aquéllos ojos avellanas viéndome expectante, dándole una mirada asesina a Juana.

— ¿Me permite bailar con su acompañante, señorita Martínez?— preguntó con una sonrisa hipócrita.

— Solo Juana. — pidió a la castaña dándome una mirada rápida. — Y es toda tuya.

Juana se separó de mí, no sin antes tomar mi brazo y acercarme a ella.

— Aprovecha, porque si aparezco mañana en una zanja espero al menos folles toda la noche.

Se fue provocando que me trague la carcajada que iba a salir de mi garganta.

Observé a Calle de nuevo, ella incrustró su mirada con la mía, su mandíbula tensa.

— Que honor tener su presencia, señorita Calle. — bromeé imitando una reverencia.

Ella rodó los ojos con una sonrisa.

— Al parecer tenía que hacer una larga fila para bailar con usted, señorita Garzón. — ella tomó mi cintura pegándome a su cuerpo. — Por suerte la tengo para mi sola ahora.

Tragué grueso apretando sus hombros, todo mi cuerpo reaccionando ante ella.

— ¿Acompaña a esta humilde servidora a un baile? — murmuró con tono de voz dulce.

La sonrisa que adornó su cara me desarmo por completo, dejándome idiotizada, asentí lentamente sin saber que decir.

Nos observamos al oír cómo el ritmo movido cambió a uno más lento, observamos a nuestro alrededor y varias parejas estaban bailando de forma lenta.

Con Calle nos movimos al compás de la música, su mano apretó mi cintura clavando su vista en la mía, sentí que me quedaba sin aire al sentir cómo acariciaba mi mejilla suavemente.

— Te fuiste de aquí, encontraste otra vida... — murmuró pegando su boca a mi oído. —
Te fuiste de aquí, enterraste la mía, aunque no estés, yo sigo respirando aquel amor...

Todo mi cuerpo sintió un cosquilleo al oír su voz suave, lenta y cargada de emociones.

— Te fuiste de aquí, todo en silencio.

Calle pego su cuerpo más al mío, mientras seguía cantándome aún la letra de la canción, me limité a escuchar y moverme con ella.

— Sueño que te abrazo una vez más, me despierto y ya no estás. — su nariz rozó mi barbilla, suspiré cerrando los ojos. — Me estoy ahogando en el vacío.