¿Y si.......? (Terminada)

Memorias

Goku quedó en shock. ¿No fue verdad?,¿ A qué se refería con eso?, y se va así sin más, enfureció. Vegeta le debía una explicación, salió tras el a gran velocidad para darse cuenta a la mitad del vuelo de que podía teletransportarse, ubico el ki del otro sayia.

Idiota, idiota, ¿Por qué dije eso?. El imbécil ese realmente penso que me acosté con él, ¿Por qué no dejaba de acosarme?. No es más idiota porque no se pegó más fuerte de niño, suspiró molesto. Ya había conseguido que se alejara de mi. ¿Por qué no solo deje que se fuera?, maldita sea. Sigo haciendo lo contrario, pero el maldito ese ¿Qué tiene que reclamarme?, a la primera va y se besuquea con esa mujer. Pero después de lo que yo le dije, yo tampoco... no me importa, estos sentimientos son débiles y perjudiciales, me prometí no volver a sentir esto nunca.

¿Cuál es el primer gran amor de todo niño?, el príncipe Vegeta no fue la excepción. Él también adoraba a su madre.

La raza saiyajin, acostumbraba realizar gestaciones artificiales para no perder guerreras, ya que eran peligrosas. Pero el heredero a la corona era gestado de manera natural para evitar manipulaciones del producto y asegurar su herencia. La elegida a la que se referían como consorte real, ya que solo había un gobernante, el rey. Debía ser muy fuerte, de cuna noble y además virgen para asegurar que no era preñada por algún usurpador. Ya que al ser la consorte real, el hijo que tuviera sería el futuro rey. Los saiyajin eran demasiado orgullosos para admitir que les habían puesto los cuernos, pero eso nunca había pasado hasta ahora. Las jóvenes elegidas lo consideraban un honor, para que ningún posible bastardo reclamara la corona, ya que aunque gestaban artificialmente no siempre funcionaba la anticoncepción. Es por eso que estas mujeres se casaban con el rey, algo poco común entre los saiyajin.

El rey Vegeta tercero con el nombre, paseaba por los patios reales. Estaba molesto, el consejo de mierda seguía insistiendo con que les diera un heredero. Casarse no se le apetecía nada y aún era joven a sus cuarenta años, por ser saiyajin, claro. Suspiró fastidiado, su estúpido padre había implementado el consejo para evitar levantamientos del pueblo, para proteger a los soldados de clase baja, solo son escoria penso molesto.

Se encontró paseando por la zona donde acostumbraban entrenar las nobles jóvenes. No es que hubiera algún problema de peleas del mismo sexo, pero los muchachos saiyajin no controlaban sus hormonas a esa edad y terminaba con peleas por toques impúdicos, algo poco tolerado incluso para los saiyajin.

El rey sonrió complacido, necesitaba desestresarse. Y que mejor que una buena noche de sexo, para esas muchachas era un honor que el rey de su planeta las desflore. Luego conseguían muy buenos partidos para procrear, algo muy deseable para las mujeres saiyajin, tener hijos fuertes.

Observo a las muchachas que peleaban entre sí con fiereza. Sonrió complacido al ver tanta carne fresca. Ninguna pasaba de los veinte, delicioso pensó.

Se paseó entre ellas, que al ver al rey se detuvieron a saludar como correspondía a su puesto. Pero una pareja no se detuvo, una era una guerrera alta bronceada y bien formada, que buen trasero pensó. Pero lo que vio detrás de ella lo dejó noqueado. Era una muchachita bajita y menuda, de melena larga hasta la cintura, su cabello era oscuro como todos los saiyajin pero tenía unos destellos rojos preciosos. Le estaba dando serios problemas a la mujerona a pesar de su pequeño tamaño, se relameo la quería a ella.

Espero hasta que la muchacha se sitúo frente a él y la tomó por la cintura, que pequeña era, si no fuera que estaba levitando no le llegaría ni al hombro.

La joven le dio un fuerte cabezazo, que le reventó el labio. Se impulso hacia adelante en sus propios brazos cuando él la soltó de sorpresa, dio varios volteretas y aterrizó a varios metros frente suyo. Su contrincante estaba estupefacta y con los ojos como platos, así que volteó a ver al atrevido. No podía ser, era el rey. A pesar de ello, no se inmuto.