¿Qué hacer ahora?

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Tenía escondido el rostro entre el hueco del cuello y el hombro de su príncipe, mientras regularizaban la respiración, sentía la mano de éste acariciando su espalda de manera distraída.

Estaba en el lugar más cómodo del mundo, no del universo. Entre los brazos de su príncipe, se sentía tan bien.

- Kakarotto, ya quítate, me estás aplastando - susurro repentinamente.

Goku sonrió ligeramente, así era Vegeta. Se retiró con cuidado y se echo a su lado apoyando la cabeza en el hombro de éste, mientras lo tomaba por la cintura. Vegeta no puso resistencia a esto, cerro los ojos y entrelazó sus piernas con las de Goku y giró ligeramente la cabeza para apoyarla en la de él un poco.

Debía admitirlo se sentía increíblemente cómodo así. No supo cuánto tiempo se quedaron en esa posición, en un cómodo silencio que ninguno quiso romper.

Las estrellas los iluminaban en el cielo, la brisa nocturna parecía susurrar en torno suyo.

Decidió hechar un pequeño vistazo a su alrededor. ¿Estaban en un cráter?, ¿Cómo rayos llegaron aqui?, y ¿La pared de rocas?. Bueno al final se convirtieron en super sayiajin y en el clímax, estaba seguro que expulsaron algo de poder. En definitiva no debían hacer esto en su casa si no la destruirían, se sonrojo. ¿Por qué pensaba en otro encuentro?, mierda. A pesar de que se sentía completamente satisfecho con lo que acababan de hacer, deseaba más, y la verdad una parte de él no sabía si algún día se cansaría de esto. Carajo estoy jodido, concluyó el sayia.

Goku comenzaba a quedarse dormido cuando Vegeta susurro.

- Me muero de hambre - efectivamente no había comido nada en la casa de la terrícola y necesitaba despejar su mente un poco.

- Si yo también quisiera comer algo - respondio Goku tranquilo, puso los dedos corazón e índice sobre su frente y desaparecieron.

Aparecieron sobre la cama de Kakarotto, observo sorprendido a su alrededor.

- ¿Cómo lo hiciste? - cuestionó sorprendido - ¿Pensé que tenías que sentir un ki para ir al lugar que querías? - pregunto genuinamente interesado.

El otro sayia esbozo una gran sonrisa, lo tomo por los hombros mientras se acercaban a la ventana. De podía ver el lago reflejando la luna, más largo que ancho y detrás de este una cueva semi escondida por unos árboles raquíticos, por esta época del año.

- ¿Ves la cueva que está detras del lago? - interrogó,  mientras apuntaba con un dedo.

Vegeta asintio, mientras observaba la cueva.

- ¿Y? - pregunto alzando una ceja interrogante, viendo de reojo al otro.

- Pues hay una pareja de dinosaurios cuidando sus huevos. Los descubri hace una semana cuando..... - observo al príncipe de reojo, no quería mencionar las últimas semanas. El recuerdo le dolía y ¿Si Vegeta se echaba atrás de nuevo? - bueno - carraspeo - en fin ubique su ki para volver. Es más fácil cuando ya conoces el lugar, gracias a Kami acerté en donde volver y no acabamos afuera - finalizó sonriendo de nuevo.

Vegeta solo lo observo un momento, se deshizo del abrazo y se dirigio a la salida de la habitación.

- Ey, ¿Adónde vas? - pregunto algo asustado.

- A ponerme algo de ropa - aclaró sin voltear a verlo y se fue.

Goku suspiró aliviado, aún no habían quedado en nada con Vegeta, pero actuaba normal. Busco su buso de pijama, una camiseta y salio corriendo hacia la cocina. Vegeta ya estaba ahí sacando varios platos de comida para recalentar del microondas y poniendo otros nuevos.

¿Y si.......?            (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora