Pronto se acostumbraron a su nueva rutina. En el día entrenaban como siempre, bueno, "casi" como siempre, pero en las noches se entregaban él uno al otro con la desesperación de la primera vez.
Vegeta dejó de pensarlo tanto y solo se dedicó a disfrutar este momento. Goku por su parte no cabía en su felicidad de tener a su príncipe a su lado y ser uno con él todas las noches.
Sin darse cuenta ya había pasado una semana desde que llegaron a su mutuo acuerdo. Esa tarde de viernes entrenaban normalmente en la cámara de gravedad.
El príncipe estaba sumergido en contar las lagartijas que realizaba apoyado en un dedo. Entrenaban con una gravedad 320 veces aumentada, sin transformarse en super sayiajin aún les era difícil a ambos. Casi se cae de boca al sentir que la gravedad volvía bruscamente a la normalidad.
Se levantó para observar enojado a su compañero que le miraba con un enorme sonrisa.
- ¿Pero qué rayos haces imbécil?, activa la cámara inmediatamente, pedazo de idiota - vocifero molesto, mientras se acercaba a él.
El aludido solo cambió su sonrisa, por otra que ahora Vegeta conocía muy bien. Una sonrisa pícara de lado que expresaba que lo deseaba con una mirada lasciva y descarada. El príncipe sintió que sus mejillas ardían, había dejado bien en claro que a la hora de entrenar solo debían hacer eso, pero el idiota ese seguía insistiendo en volver los horarios más flexibles.
Cruzo sus brazos con molestia.
- Ni creas, quítate de ahí. Si no eres capaz de controlar tus calenturas ve a darte una ducha helada y déjame a mi entrenar en paz.
Declaro girando el rostro con indignación, despues de todo por esos arrebatos habían tenido que cambiar de ubicación la cámara de gravedad. El primer día que entrenaron en la cámara después de empezar su acuerdo. Kakarotto había tratado de sobrepasarse, el príncipe que no se lo esperaba dio un respingo y reacciono automáticamente. Estrellando lo contra el techo, la cámara se bamboleo peligrosamente, así que por el bien de su casa se llevaron la cámara un par de kilómetros de ahi .
- Es tú culpa Vegeta, ¿Cómo quieres que este si te pones esa ropa tan ajustada? - le cuestionó con tono de fingida pena.
Vegeta abrió los ojos sorprendido, ¿Cómo que era su culpa?, y el que se la pasaba andando sin camisa. Ahora mismo solo tenía la parte de abajo de su gi, su camiseta con peso colgaba de la cintura del pantalón, podía ver claramente su torneado torso, cubierto de una capa de sudor que resaltaba su musculatura y..... sacudió la cabeza para alejar el peligroso hilo de sus pensamientos.
Observo su propia ropa llevaba la camiseta con peso y si, los ajustados cortos deportivos, ¿Pero y qué?. Él siempre se vestía así.
- A mi no me eches las culpa de que seas incapaz de controlar tus hormonas como un puberto. No voy a cambiar mi manera de vestir por tus calenturas - espeto genuinamente molesto.
- ¿Así que tú si puedes controlar tus calenturas Vegeta? - pregunto coquetamente, mientras se acercaba a él.
El príncipe sintió arder de nuevo su mejillas. Él también se excitada cuando estaban entrenando, pero se negaba a caer en sus bajos instintos.
- No dije eso.
Respondio ligeramente avergonzado, alejándose un paso del otro sayia que empezaba a acorralar lo contra la pared de la cámara de gravedad.
Goku tomo a su príncipe por la cintura antes de que escapara, al menos iba robarle un beso antes de que le diera algún buen golpe para alejarlo. No le dio tiempo de que se revolviera en sus brazos, lo tomó de la nuca y lo beso apasionadamente metiendo la lengua dentro su boca de manera demandante. Ya esperaba un codazo, patada, lo que sea, lo que no esperaba era esto. Vegeta lo abrazo por el cuello profundizando el beso.
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¿Y si.......? (Terminada)
FanfictionY si ..............esos tres años entrenando hubieran sido distintos.