¿Qué sucedería si, entre todos los sucesos que ya conocemos, algunos sentimientos no pasan inadvertidos?
En Tokio no existe tregua para la guerra entre humanos y Ghouls.
Por un lado, Renji Yomo, a quien, tras la muerte de un ser querido, sólo queda...
Ya había pasado casi una semana desde el comienzo de Rorēna y Yuudai como terapeutas ocupacionales oficiales del CCG.
Yuudai, un joven de unos 23 años, de pelo extremadamente largo y rojo recogido en una cola, de facciones finas y ojos rasgados y verdes, acompañados de unas gafas, se encontraba trabajando en unos moldes para futuros brazos robóticos. El sonido de la cerradura hizo que se sobresaltase. Rorēna llegaba al laboratorio, junto al investigador Ghoul Junior Suzuya.
- ¡¡Yuudai!! ¿Me has echado de menos? - Excamó el muchacho, en un tono burlón.
- Idiota... - Murmuró el otro, mientras rodaba sus ojos hacia su mano, viendo que de esta caía sangre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Has vuelto a cortarte? - Supuso la mujer, cogiendo la mano de su aprendiz, dispuesta a curarla. Ambos se conocieron poco después de la llegada de Rorēna a Tokio, pero formaban una buena relación laboral.
- Es ese endemoniado chico, ¡¡no son normal esos sustos así de repente cuando estoy concentrado en esto!! - Gritó, furioso, Yuudai.
Juuzou río complacidamente, en una carcajada infantil y juguetona, mientras cogía el chuchillo de su compañero. Observaba detenidamente como se resbalaba la sangre por el acero, mientras gotas de esta caían sobre la comisura de sus labios, las cuáles lamía.
- Eres un psicópata. - Dijo el otro.
Rorēna esbozó un gesto de ternura, mientras revolvía el pelo del otro terapeuta ocupacional con cariño, mientras terminaba de vendarle la herida. - Voy a ir a la sucursal, creo que se me ha olvidado algo. -
- ¿Quiere que le acompañe Nozomi? - Preguntó Juuzou, aún entretenido.
Rorēna negó con la cabeza. - Yuudai, tómate lo que queda de tarde como libre. Seguiremos mañana. Y tú, Juuzou, puedes volver a tus labores junto a Yukinori. - Contestó, abandonando la estancia.
