El frío y la oscuridad asediaban los silenciosos pasillos de Cochlea. Todo parecía ser conquistado por una lúgubre paz o, quizás, se trataba de la muerte.
Un rastro de sangre marcaba el camino de Rorēna. Esta inspiraba fuerte, intentando sosegar el dolor de su muñón, mientras se arrastraba por el suelo.
De repente, un atisbo de luz en la lejanía la cegó, viendo como el pasadizo se abría en una extensa sala.
Juuzou observaba, reflexivo, la huida de Kurona. Este restregó sus manos por sus párpados, sintiéndose ligeramente cansado, mientras reprimía un bostezo. Su fino oído captó un débil movimiento a sus espaldas, lo que causó que, en un salto, se dispusiese en posición de combate.
Un gesto de sorpresa afloró el semblante del albino, cuando vio a una conocida mujer arrastrándose a gatas. Esta le miró, apartando el cabello cobrizo que tapaba su rostro, con unos grandes ojos de color miel.
El chico se acercó a ella lentamente, aún sorprendido y con su Quinque entre las manos. - N-Nozomi-san. -
La adulta esbozó una media sonrisa. - Hola, Juuzou. -Este se dispuso de rodillas ante ella, a escasos centímetros. - ¿Te encuentras bien? -
De repente, el infantil semblante del niño se volvía tosco. - Y a ti que te importa. - Escupió, mientras apretaba sus puños con rabia. Rorēna atendía, confusa. - No le importa nada de mí. -
- Pero... ¿De qué hablas? - Cuestionó ella, mientras intentaba alargar su brazo, para tocar el hombro del muchacho.
El albino se retiró de mala gana, fijando sus húmedos ojos rojos en los de la mujer, con menosprecio. - Yo... - Balbuceaba, intentando contener el llanto. - Consideraba que Shinohara-san y Nozomi-san serían mis amigos... Mi única... Familia. -
- ¿Por qué crees lo contrario? Sé que no te conté que me trasladaban de Distrito... -
- ¡¡¡CÁLLATE!!! - Interrumpió él, dolido. - Me has mentido, Nozomi-san. Tú no eres mi amiga, eres amiga de esos... Malditos Ghoules. -
Lágrimas rodaban por las mejillas de Rorēna, tras las palabras del albino, percatándose de lo que realmente sucedía. - Juuzou... Puedo darte una explicación de todo esto. -
- No me sirven ya tus palabras. ¿Acaso sabes cómo me trataron los Ghoules? Acaso sabes... ¿El porqué estoy aquí, con un Quinque entre mis manos? - La adulta tragaba saliva, pesarosa. - Ya no volveré a confiar en nadie, Nozomi-san. Todo el mundo quiere hacerme daño. - Concluyó, alejándose de allí, cabizbajo.
Rorēna se puso en pie como se le fue posible, intentando alcanzar a brincos al chico. Su mano agarraba, suavemente, la camisa blanca de Juuzou, dejando marcada en esta una mano de color carmín.
El chico estalló en lloro y cólera y, en un gesto de rechazo, hizo que la mujer perdiese el equilibrio y cayese al suelo. - No vuelva a acercarse a mí. - Advirtió, desahogando su impotencia en un golpe limpio con su Quinque, causando una brecha en el suelo que separaba a ambos. - Eres mala, como todos. -
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Monstruo. (Renji Yomo - Tokyo Ghoul)
Fanfiction¿Qué sucedería si, entre todos los sucesos que ya conocemos, algunos sentimientos no pasan inadvertidos? En Tokio no existe tregua para la guerra entre humanos y Ghouls. Por un lado, Renji Yomo, a quien, tras la muerte de un ser querido, sólo queda...