Capítulo 12.

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(Línea cronológica: durante la segunda temporada.)

La medianoche hacía acto de presencia en Tokio. En Helter Skelter, un modernista bar situado en el Distrito 14, se encontraban tres personas.

- Aún no puedo creer el poco ambiente que se ha sembrado aquí desde que Aogiri se enfrentó al CCG. Llevo días sin poder enterarme de alguna noticia fresca y que merezca la pena. - Hablaba una mujer, de pelo largo y color melocotón, que rodaba por su espalda. Vestía elegante y sensual, por un vestido corsé, ajustado y negro, con gran escote y mangas que cubrían sus brazos.
Esta bebía tranquilamente un licor, elaborado a partir de sangre y especias humanas, sobre la barra del lugar.

- Es normal Itori, ha pasado poco tiempo. Hubo muchísimos muertos, ya fuese en batalla o por el derrumbamiento total del centro comercial. Aún así, estoy seguro de que Aogiri sigue llevando a cabo sus intereses, sin pausa. - Respondió un hombre, característicamente tatuado y perforado en casi todas las partes de su cuerpo. Su cabello negro se recogía en un moño, dejando rapada los laterales de su cabeza. Prendas oscuras y anchas decoraban a su persona.

- Tampoco imagino yo al CCG llorando por los suelos, seguro que planean jodernos con algo nuevo

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- Tampoco imagino yo al CCG llorando por los suelos, seguro que planean jodernos con algo nuevo. -

Alguien más, a su lado, dejaba escapar descaradas risas, mientras sus labios sorbían un gran trago de una copa de vino de sangre. Ropas desaliñadas se ceñían a su cuerpo, dándole un aspecto mediocre.

- ¿Y a ti qué demonios te ocurre? - Preguntó, rabiosa, la mujer, mientras veía su estado tan lamentable. Este sólo pudo responder, de nuevo, con descontroladas carcajadas.

- Ignóralo, se veía venir. - Contestó el otro hombre.

- Estoy agotada de tener que aguantarle últimamente todas las noches así, Uta. -

- Todo fue a raíz del rescate fallido de Kaneki. - Contestaba este, guiando su mirada hacia su compañero, preocupado.

- ¿Tanto le afectó de que el jovencillo se uniera a Aogiri? -

- No estoy seguro, aunque dudo de que sea por eso. -

Itori dejó escapar una sonrisa burlona y se dirigió al ebrio, agarrando su brazo y acomodando la cabeza sobre su hombro. - Yo también quiero animarme, Renji-chan. Hazme reír. -

El canoso, intentando mantenerse en equilibrio sobre su asiento, volvió a beber de manera desesperada. - Sólo tienes que observarme a mí y en como me va todo, si es lo que quieres. - Habló, de manera casi incomprensible, en un tono irónico.

- ¿Y qué tienes tú y tu vida de gracioso? - Volvía a insistir la mujer.

- Todo. - Concluyó.

Monstruo. (Renji Yomo - Tokyo Ghoul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora