Capítulo 41
Mi mente estaba a punto de volverme loca. No dejaba de pensar en las miles de posibilidades que podrían ser ciertas. Sentía que Harry estaba triste, sentía que no solo fue un “Ataque de chicas” lo que le hizo sentir mal. Sentía que había algo más detrás de las palabras de Louis, pero no podía descubrir qué era.
Comenzaba a sentir miedo, terror, desánimo ante lo que iba a ocurrir.
¿Cuánto tiempo Harry y yo estaríamos des comunicados? ¿Qué le habrá pasado a Harry para que se haya deprimido así? ¿Cómo iba a sobrevivir sin sus mensajes día a día?
El sonido de una voz dirigiéndose hacia mí, hizo que cayera a la realidad fuertemente. Cerré los ojos con brusquedad y luego los volví a abrir para, por fin, darme cuenta de que Summer estaba parada en frente mío lanzando gritos débiles.
- ¿Qué le pasó a tu voz? –Pregunté confundida.
- Si me tienes diez minutos gritando desde afuera para que me abras la puerta y cuando logro entrar, no me haces caso, eso es lo que sucede, amiga.
Suspiré con pesar y después de disculparme con mi amiga me acosté de nuevo en la cama. Summer había notado mi mal ánimo, pero su voz era tan tenue, que no la escucharía si comenzaba a hablarme, y eso ella lo tenía tan claro como yo.
Esperé a que cualquier cosa viniera a mi mente, pero nada se me ocurría para solucionar las cosas. No podía ir y decirle a un programa de televisión que me aceptaran para una entrevista, cuando no era nada para nadie. No podía crear mi propia revista y publicar un artículo que defendiera mi causa, cuando no tenía recursos para hacerlo. No podía obtener consuelo de ningún lugar más que de la música.
“Música” repetí para mis adentros.
Salté de la cama con nuevas esperanzas y me dirigí hacia mi celular. Saqué los audífonos de mi mochila y me sumergí en un nuevo mundo.
A veces, cuando todo parece perdido puede que aún haya esperanza… A veces, cuando crees que ya no puedes hacer nada, te estás equivocando… A veces, cuando una solución no llega pronto, es porque valdrá la pena… A veces las cosas no son lo que parecen.
Sacudí la cabeza, confundida ante mis recientes pensamientos y fruncí el ceño con desconcierto. ¿A veces las cosas no son lo que parecen? ¿Qué clase de inspiración extraña hizo que pensara esa clase de cosas? Agarré mi oso con fuerza, mientras continuaba pensando en mis pensamientos.
“Pensando en mis pensamientos” Por alguna razón, esa frase lograba que cuestionara mi salud mental. ¿Quién piensa en sus pensamientos? Bueno, yo lo estaba haciendo ahora, pero…
- ¡Ah! ¡Esto es tan estúpido! –Grité tirando a señor oso hacia la puerta.
Un nuevo suspiro se escapó de mis labios y sentí el nudo en la garganta volver a mí. Estaba volviéndome loca, y apenas había pasado un día sin hablar con Harry. Tenía mucho miedo de lo que iba a pasar. Tenía demasiado terror al porvenir.
¿Por qué debían existir los rumores? ¿Por qué hay personas que se empeñan en dañar a las demás? ¿Por qué tanto odio hacía mí? ¿Por qué Harry no está aquí diciéndome que todo estaría bien?
Tonto Harry. Tonto mundo. Tontos audífonos que no me distraen de mis pensamientos.
Así es, mis pensamientos eran más fuertes que la música y mi impotencia era más grande que ambos juntos. Quería llorar, pero al mismo tiempo trataba de no hacerlo. No quería mostrarme débil. Yo quería fortalecerme…
Quería dejar de ser la chica a la que todos le tienen lástima. Quería dejar de ser tan sensible ante cualquier problema. Quería superar todo esto, por mí misma.
Salí de mi cama en busca de un lápiz y un papel y sentándome en mi escritorio, comencé a escribir una carta hacia Harry. Quizá no podía escuchar su hermosa voz por medio del celular, pero podía enviarle una carta a su mamá, después de todo, él había decidido ir a la visitarla y así, me podía comunicar con él. ¿Cierto?
“Querido y tonto Harry,
Hoy me enteré de que pasó algo malo con las fans y con tú número de celular. La próxima vez que te vea, recuérdame darte un golpe por ser tan desconsiderado conmigo. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no me avisaste lo que había pasado? Yo prometí decirte lo que me pasara a mí, pensé que sería buena idea que tú hicieras lo mismo.
Y sí, estoy enojada.
O quizá no lo estoy y solo tengo miedo. Miedo de perderte, miedo de no poder superar este nuevo obstáculo. Miedo de estar sin ti, una vez más. Y no quiero, Harry, no quiero.
Por favor… No lo permitas. Te dije que quiero hacerlo sola, pero eso no implicaba el hecho de no tener comunicación contigo ¿O sí? Me siento sola sin tu presencia, me siento vacía por dentro, me siento la nada misma sin ti.
No tengo idea de cuándo te llegará esta carta, pero lo que sé, es que te necesito ahora, una palabra, un susurro, una sonrisa, no me importa, si es de tu parte, me consolará sin duda”
Poniendo la hoja dentro de un sobre y escribiendo los datos correspondientes en ella, la guardé para llevarla al correo pronto. Pero a pesar de haberme desahogado, seguía teniendo un extraño presentimiento ¿Bueno o malo? No lo sabía, solo tenía claro de que algo distinto me esperaba y no tenía idea de qué.
~*~
