Capítulo 54
Respiré hondo y me dispuse a poner en marcha mi plan. Ya estaba allí, no había vuelta atrás; eso lo tenía claro... Así que, di un último saltito antes de presentarme en el escenario.
- ¿Estás lista, ____? –preguntó Agus poniendo su mano sobre mi hombro.
Asentí y me mordí el labio esperando no verme tan nerviosa como me sentía. Aún no podía creer cómo es que había logrado ignorar a los guardias de seguridad tan fácilmente. Tampoco entendía por qué los chicos se estaban demorando tanto en su cambio de vestimenta. Pero esos indicios, solo me decían que todo estaba a mi favor.
- El video que se estaba proyectando terminó –dijo Summer empujándome hacia el escenario- ¡Anda!
Volví a asentir y traté de recordar por qué estaba haciendo eso. A mi mente, llegaron las imágenes de fans enojadas, de las cartas, de los insultos y todo lo que me había pasado en los últimos meses, pero al mismo tiempo, recordaba cada momento con Harry, cada palabra, cada risa que tuve al estar con él.
- Estoy lista –dije convencida- no nos salimos del concierto ni logramos distraer a los guardias por nada ¿cierto?
- ¡Cierto! –gritaron las dos al unísono.
Todas reímos y nos estrechamos en un gran abrazo antes de que me encaminara al escenario. Caminé a paso decidido hasta que estuve al frente de todas las fans. Mi corazón empezó a latir rápidamente, sentí como me ponía blanca y las náuseas venían a mí.
Eran demasiadas personas.
Desvié mi mirada hacia atrás y descubrí a mis dos amigas mirándome fijamente. Levantaron sus pulgares para darme ánimo y me hicieron una señal para que tomara el micrófono.
Aún sintiendo náuseas, hice caso a tales indicaciones y miré una vez más a la gran cantidad de chicas que estaban allí. Pude notar como el estadio estaba en completo silencio y una cámara gigante estaba apuntándome.
La sensación de inseguridad volvió a estar en mí y traté de concentrarme en otra cosa en lugar de mirar a las chicas que estaban allí, pero no veía nada con lo que pudiera distraerme.
Resignada a enfrentar mis miedos, sujeté uno de los micrófonos con fuerza y lo llevé a mis labios con la intención de hablar, pero mi boca no emitió ningún sonido.
Estaba perdida.
Respiré profundamente y tragué saliva. Cerré los ojos y empecé a contar mentalmente. Quizás las chicas se estaban impacientando, pero si eso estaba ocurriendo, no se notaba en lo absoluto.
No había ninguna presión, no había gritos ni comentarios. Todo estaba en un silencio incómodo y yo solo deseaba que una valentía divina se presentara en mí.
Sin muchas esperanzas, miré nuevamente hacia atrás y me llevé una gran sorpresa al ver a todos los chicos reunidos en una esquinita del escenario para escucharme. Lamenté que tuvieran que interrumpir el concierto por mí, pero a la vez, me alegré de verlos allí.
“Tú puedes, ángel” dijo Harry observándome fijamente. Esbocé una leve sonrisa al lograr entender lo que dijo y asentí para que supiera que sí había leído sus labios.
“Yo puedo” me repetí. Acto seguido, suspiré por última vez y miré al frente disipando mis miedos.
- Creo que… Todas saben quién soy.
Observé como todas asentían con aprobación y me pregunté por qué se habían quedado sin palabras ¿Acaso tenía algo en la cara? ¿Habían cambiado de opinión con respecto a mí? ¿Por qué no me tiraban cosas o lanzaban insultos?
- Y… Posiblemente la mayoría me odie –continué- Pero… a mi parecer, no tienen una razón verdadera para hacerlo. Así que, estoy aquí para… decirles quién soy en realidad.
Respiré hondo y aproveché para ordenar un poco mis ideas. Solo era una explicación, debía ser sincera en todo y tener en mi mente a Harry. Nada más.
- Hace un poco más de dos años, mi familia y yo nos mudamos a Holmes Chapel, allí, conocí a Harry. No conocí al Harry famoso, ni al millonario. Yo conocí a un chico divertido, coqueto, romántico, un poco tonto a veces, pero fantástico de todas maneras. Algo en él me encantaba, pero me di cuenta de eso muy tarde; cuando por fin logramos estar juntos, un incidente que ocurrió con mi madre me obligó a volver a mi país. Admito que fui muy tonta, sé que debí haber intentado hacer algo para estar con él, quizás me sigan odiando después de esto, pero…
Hice una pausa para limpiarme las lágrimas que recorrían mis mejillas y lamenté haber vuelto a llorar después de mi pasajera valentía. Me dolía hablar de eso, odiaba hacerlo, pero si eso me permitía estar en paz, debía hacerlo. Y ya no había vuelta atrás.
- Simplemente, no podría estar sin él –dije dejando escapar un sollozo- no sé en qué momento paso a ser alguien tan importante para mí; no tengo idea cuando comencé a necesitarlo tanto. Lo único que sé es que lo que siento por él ha logrado que quiera superar mis más grandes miedos. Lo que siento por él ha logrado que soporte tantas dificultes. Yo… lo amo.
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