Capítulo 52
- Eso es trampa –exclamé riendo eufóricamente- ¡No puedes hacer eso!
- ¿Por qué no?
Arqueé una ceja sin parar de reír y le entregué a Harry las cartas que le correspondían. A pesar de ser bastante talentoso en múltiples cosas, ese chico era un fraude para aquel juego y eso me lo había dejado bastante claro en los últimos minutos.
Habíamos vuelto a la cabaña después de varias horas de juegos absurdos y en ese momento estábamos jugando en el suelo del lugar. Summer y Agus habían llamado diciendo que irían dentro de poco tiempo, así que decidimos esperarlas con una entretención liviana.
- Falta poco para que lleguen las chicas –comentó Harry dejando a un lado las cartas- ¿No crees que deberíamos aprovechar mejor este tiempo?
- ¿A qué te refieres?
Él soltó un leve suspiro y me miró fijamente a los ojos. Comencé a sentir miedo y nerviosismo por lo que me diría. Sabía que no podía ser algo malo, sin embargo, no podía evitar sentirme incómoda cada vez que tocábamos temas muy serios.
Una fugaz sospecha atravesó mi mente. Lo más posible, era que Harry me dijera qué pasaría en los próximos meses, así que, sólo podía esperar a su respuesta y luego soportar un poco más de tiempo sin él. Pese a esto, aún seguía en mi mente una duda mucho más grande: ¿Qué pasaría con las fans?
No había mucho que hacer con ellas; me odiaban, eso lo tenía claro. La pregunta era cómo solucionar esto. Una entrevista organizada por los chicos no sería mala idea, siempre y cuando descontaran mi pánico escénico.
- Hoy todos volveremos a Londres –Dijo interrumpiendo mis pensamientos- Daremos algunos conciertos allá y luego volveremos a la gira.
Asentí visiblemente y luego esperé a que continuara. Fruncí el ceño sin obtener una respuesta y suspiré mientras hacia una mueca. Harry estaba tardando demasiado en continuar, lo cual sólo expresaba cuán nervioso estaba por decir algo. Fijé mi vista en él y observé como intentaba buscar las palabras adecuadas para decirme lo que quería.
“Esto no será bueno” pensé inmediatamente.
- Ayer llamé a nuestro manager –susurró con los ojos cerrados- le pregunté si podía hablar con cualquier programa para una entrevista y… negó mi petición.
Una puntada en mi corazón se manifestó al escuchar esas palabras. Sólo era un pequeño problema, pero un problema que no ayudaría a mi estadía en Londres sin Harry.
No estaba segura de poder soportar más insultos. Ni siquiera había podido hacerlo en ese tiempo ¿Cómo se suponía que debía aguantar más dolor? Negué con la cabeza esperando un “¡Es broma!” de parte de Harry, pero él se quedo callado sin decir palabra alguna.
Lancé un hondo suspiro y decidí fingir que no importaba. Quizás me doliera escuchar aquella noticia, pero no podía permitir que Harry se sintiera mal por culpa de su manager.
- No importa –mentí con una sonrisa- ya se solucionarán las cosas con el tiempo…
- No, ángel –interrumpió- no pienso dejarte sola una vez más. Sé que no puedo cancelar la gira, pero necesito hacer algo al respecto, no estaré tranquilo mientras las cosas sigan así.
Masajeé mis sienes en busca de una respuesta, pero nada llegó a mí. Él tenía razón; no podía cancelar la gira, tampoco podía hacer algo sin apoyo de su manager, pero yo ya poseía independencia propia, lo único que tenía que hacer, era ser valiente.
De pronto, una idea apareció en mi mente e incluso pude visualizar como ese foquito en mi cabeza se encendía.
- Quizás no sea la mejor idea del mundo, pero puede funcionar –susurré para mí misma.
- ¿Qué?
Me mordí la lengua por haber pensado en voz alta e hice una mueca deseando que Harry no esperara una respuesta concreta. Por suerte, no hizo falta esperar mucho, pues un ruido proveniente de la puerta interrumpió nuestra conversación. Las chicas habían llegado.
- Escucha, Harry –murmuré acercándome a él- confía en mí ¿Si? Trataré de hacer lo posible para solucionar las cosas, mientras tanto, no te preocupes por mí… Te prometo que estaré bien.
- Sé que esto sonará cliché, pero quiero que lo sepas, ______ -musitó tras depositar un beso en mis labios- Cada vez que pienso en las mejores cosas de mi vida, pienso en ti, y por lo mismo, no te perderé ¿Me entiendes? Siempre estaremos juntos.
Susurré en leve “Sí” antes de abrazarlo y dejé que él me diera una vez más uno de esos tiernos besos que yo amaba. Sólo debía ejecutar mi idea y quizás esa sería la solución a los problemas; en cualquier caso, no estaba sola y podía confiar plenamente en esas dos chicas que nos esperaban afuera.
Al cabo de unos minutos, me separé de Harry y fui a abrir la puerta, allí estaban mis dos amigas con grandes sonrisas en sus rostros. Al fondo se observaba el cielo ya oscuro y supe que había llegado el momento de volver a Londres.
Volver a aquel lugar donde los problemas me acechaban cada vez más no era algo que me agradara, pero debía confiar en mi idea y en mis amigas.
Tal vez la solución a todo estaba más cerca de lo que pensaba.
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