"También hay belleza en las olas que te arrastran al fondo del mar".
- Elvira Sastre.
Camino por los pasillos llenos de idiotas universitarios que creen que con un par de comentarios están dentro, y simplemente no se dan cuenta cuanto sobre valoran caerle bien al mundo por un par de comentarios estúpidos.
Reprimo un chasquido con la lengua cuando escucho hablando a un par de idiotas sobre una película romántica cliché que ha sido el tema durante todo el día.
Mi celular vibra a través de la tela fina del pantalon negro, busco el móvil dentro cuando veo un mensaje que desata mis mil demonios.
"Ten cuidado, no me descepciones."
Tecleo para borrarlo en cuestión de segundos, se están metiendo en cosas que no deben, y eso me molesta mucho.
Estoy a nada de azotar la puerta del casillero y gritar un par de insultos para los bastardos que hablan tonterías frente a mi, Pero entonces todo el huracán se calma a tal manera que me asusta la reacción que a tenido mi cuerpo y mi mente al captar su clásica sonrisa, se puede escuchar a través del campus si así lo deseara, Emilio es bastante guapo.
-¿Te gusta el café de vainilla?- Su voz no oculta la emoción y anhelo que siente, acorta el espacio que nos separa, extendiendo su largirucho y pálido brazo para brindarme un blanco vaso con tapa negra, con letras a juego que dicen; Emilio y joaco.
Lo recibo casi enseguida, sin pensarlo dos veces y doy un sorbo inmediato antes de contestar.
-Gracias, buenos gustos tienes.
-Ni te imaginas- dice jugando con un anillo que rodea su dedo, me mira como si yo fuera a desaparecer, su brillo intenso me pone la piel enchinadita.
-¿Quieres ir al patio conmigo?
-¡Claro!- dice caminando acomodando su mochila en su hombro derecho y malabarenado con facilidad con el café y su teléfono.Caminamos en silencio hasta llegar a una pequeña y coqueta mesa del campus, nos sentamos y siento otro mensaje entrante.
Estoy en mi punto cero, me pierdo con facilidad en las palabras del mensaje, saboreo la descripción de papá cuando le dije mis preferencias, se filtra el odio en mis venas.-Tierra llamando a Joaco, tierra llamando a Joaco, ¡hey!- si mano se agita de un lado a otro enfrente de mi rostro.
-¡Ay, perdón!- digo apenado, pero también mas relajado, tengo un miedo de infierno, Emilio hace mis cambios de sentimientos notorios y de manera brutal.
-Una entrada al cine por tus pensamientos ¿te gusta la idea?Alzó una ceja analizando sus facciones una a una, es tan expresivo que hasta dudaria en preguntar un "¿cómo estás?" si está claro que está perfecto.
-¿Cine? ¿Hoy? No me digas que tú también mueres por ver esa película Hollywoodense cliché como todo el mundo aquí.
-Que ofensa Joaquín- dijo con un fingido tono de horror y decepción, el cuál fue reemplazado por una risita- Si tú crees que quiero ir a ver esa película, estás totalmente en lo cierto.
-¿No quieres ir otro día? Todo mundo quiere ir hoy.
-pero, yo ya tengo dos boletos.Niego divertido.
-Vamos, anda, no quiero ir otro día.
-¿y si estoy ocupado?
-Claro que no lo estás, lo se de buena fuente.
-Ok, ok. - culminó bebiendo del delicioso líquido saborizado en mi vaso.
-Bueno, señor Bondoni- mi sonrisa se esfuma y me da náuseas. Al parecer nota mi incomodidad, y le agradezco infinitamente que corrija eso. -Bueno, Joaco, como ya aceptaste mi invitación al cine, me debes contar en que pensabas.
-En que me gustan mucho los dulces de cine.
-¿Así? Bueno, debemos llegar temprano para evitar una larga fila.
-Siempre podemos colarnos- digo burlón- creí que eras más del tipo "chico malo" pero te gustan las películas de amor, y evitar las largas filas. ¿Qué más escondes Emilio?
-Lo mismo que tú, mira que cambiar una entrada de cine por tus pensamientos y no obtener nada es cruel.
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26 días...
Teen Fiction¿estás preparado para enamorarte? o necesitas sólo seguir órdenes y no precisamente las de tu corazón. 26 días donde una historia cambiará el ritmo natural que debía llevar... Narrada por Joaquín. -S...