26 días...

Día 16

"Dicen que hasta el espíritu más orgulloso puede doblegarse con amor".

-Neil Gaiman.

[parte 2]

Abrazo a Tammy, como si fuera una estrella que pronto se hará polvo y no volveré a ver quizá en ninguna otra vida, porque es la cosa más bonita que me ha pasado entre la magia real y de fantasía.

Soy feliz de poder volver a verle.

-¿Quieres ver el regalo que me dio mi abuela en mi cumpleaños?
-¡Adoraria verlo! Pero antes- rebusco en la maleta un sobre de color amarillo cliché.- ¡Feliz cumpleaños atrasado Tammy!
-¡Joaraquin!- su efusividad recae en mi cuerpo, haciendo que caiga al sillón y suelte una carcajada, su chillido de emoción podría haber sido escuchado en todo el vecindario de Madrid.
-¿Cómo se dice Tammy?
-Te extrañe Joaraquin.

Y me río, porque seguramente mi corazón está danzando una melodía carnavalesca.

-¡Tammy!- reprime Angeline.
-No, No, déjalo.
-Se dice Gracias, Muchacho mal educado.
-No soy un mal educado- se defiende.- Gracias.
-Es un gusto.

Cuando sus manos rasgan el sobre, por un momento pienso que va a romper el contenido, pero entonces me doy cuenta que esa criatura pequeña, ya puede pelear con su espada y sabrá ganar contra todo. Sonrió con orgullo.

-¡Oh, Dios mío!- dice Angeline con un asombro inexplicable.
-¡Wow! ¿Todo este dinero es para mi?- chilla el pequeño amante del mundo de las maravillas.
-No, eso es mucho dinero- y lo acepto, pero, eso no debe importar.
-No sabía que talla era, Angeline, se un ángel conmigo ¿sí? Déjalo que compre algo que le guste.
-¡Ay muchacho! Tú eres el que lo malacostumbrara.

Agitó mi mano para restar importancia, merecen ser felices.

-Ahora debo mostrarte el regalo de mi abue.
-Ok-  digo sonriendo.

El pequeño crío desaparece entre los pasillos de la casa, así que sólo puedo guardar en mi mente varios segmentos de este día.
Cuando llega, en sus manos trae un enorme libro forrado en un cuero color marrón, tiene su nombre tallado en el lomo del libro, y enserio es grueso.

-¿Vas a estudiar leyes?- pregunto divertido.
-No, mira: ¡Es el libro de aventuras de los niños perdidos!

Y mueve su cabeza como un muñequito cabezón en el frente del auto, demostrandome que era lo más obvio del mundo.

Me lo pasa, para que yo sea quien hojee a mi ritmo, se lo agradezco y entonces lo visualizo, es un álbum de fotos al mismo tiempo que lo es un cuento, tiene fotos muy atinadas a la historia contada en las hojas gruesas y coloridas, las paso una a una, admirando, pero entonces, mi tiempo de paz termina.

En la foto de la página 10, están los malditos bastardos que pagaron por matarlo. El estómago me juega twister, y las vías respiratorias se me colapsan.

Cierro el libro de golpe, con esa tensión que el cuchillo más filoso no cortaría su marcha, mi cuerpo recibe sacudidas involuntarias y pesadas, tiemblo como si fuera el día mas  frío, en el rincón más obscuro y congelado de la tierra el que me agobia ahora.

-¿Estás bien?- escucho la alejada voz de Tammy, está casi inaudible.
Ahí aparece enseguida la de Angeline, me pide que respire, así que sólo pido.