prólogo

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El frío de la noche era pavarosa, los relámpagos le hacían dar respingos de miedo al niño que se podía oir claramente su llanto, sin embargo a pesar de la tormenta escalofriante que estaba desatada afuera, ese no era el motivo de sus sollozo y sustos.

¿Cuál era el motivo?

Los padres del niño discutían sin parar, no les importaba que sus pequeños angelitos los escucharan.

- ¿Qué haces debajo de la mesa? - inquirió el hermano del niño cuyo estaba llorando sin parar.

- Q-quiero opacar las voces - respondió con dificultad, gracias al llanto.

- De igual forma se escuchan...

- S-, pero no tan cerca como en la habitación - sorbió sus mocos y se abrazó a si mismo.

Su hermano iba a hablar, pero fue interrumpido por el siguiente grito.

- ¡No soy un puto juguete! - la voz de su madre sonó débil y llorosa, acto seguido se escuchó un golpe en seco.

- T-tengo miedo, Ewan - tapó sus oídos con sus pequeñas manos y cerró los ojos con fuerza.

- Tranquilo, todo estará bien - Ewan se sentó a su lado y lo abrazó.

- ¿Por qué papá golpea a mamá? ¿Acaso no la ama?

- Ella hizo algo mal y por eso le están dando una lección... - informó y sobó la espalda de su hermano de una manera firme pero delicada.

- Papá es un monstruo, no tiene corazón...

- No seas ridículo, Owen papá no es un monstruo, él es un ejemplo a seguir.

- No puede ser un ejemplo si golpea a mamá así - afirmó el niño y su gemelo lo vio por un momento sin decir o hacer nada.

El chico tenía toda la razón del mundo ¿Cómo alguien puede ser un ejemplo si lo único que hacía era ser un maltratador y alcohólico? Exacto, no era nada.

- ¡Entiende que el que manda aquí soy yo! - bramó el padre de ambos niños con voz demandante - ¡Y si yo te ordeno algo vas y lo haces sin protestar!


- ¿No te asusta su manera de ser, Ewan? - preguntó a su hermano, quien estaba entretenido viendo hacia donde provenían los gritos.

- No - respondió simplemente de manera tosca - me encanta su forma de ser...

- ¿Por qué? - Owen frunció el ceño confundido, porque... ¿Quién le encantaría ser así? Era de alguien enfermo.

- Pues, no lo , Owen - rodó los ojos - ahora deja de llorar o sino te dolerá la cabeza después - despeinó su cabello y le sonrió.

- Está bien, pero ¿Te quedas conmigo? - pidió casi en súplicas, no le gustaba estar sólo.

- Nunca te dejaría, eres mi hermano y tengo que hacer lo mejor para ti - informó e hizo un ademán de obviedad.

- ¿En serio? ¿Siempre me vas a cuidar? ¿Incluso cuando seamos grandes? - Sonrió con emoción, que su hermano dijera eso era muy importante para él.

- Te lo juro, Owen - aseguró - eres mi hermano gemelo, mi otra mitad...

Ambos se abrazaron y se prometieron estar siempre uno para el otro ¿Sería eso verdad? ¿O, no?

Ellos no sabían que la maldición estaba por desatarse y en eso acabar con ambos de una manera impresionante...






Autora:

¡Hola! ¿Cómo están? Espero bien <3

Les he traído esta nueva historia de como fue la vida de los gemelos antes de Adeline, aquí sabrán más de ellos y él porqué de su forma de ser, también habrá cosas emocionantes... sep se viene lo bueno 7u7

Espero y lo disfruten mucho, gracias por leer!!!

Marshall: El Origen De La Maldición -Sin Editar-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora