Owen

1.4K 108 29
                                    

Miré por décima vez el reloj en mi muñeca. Moví mi pie inquieto mientras veía a través del cristal del restaurante. Había quedado con Mar para tomar algo y platicar, sin embargo, eran las 3:05 p.m. y la había citado a las 3:00 p.m.

¿Será que no va a venir? ¿O, le habrá pasado algo? Bufé con fastidio, era una persona sin paciencia.

- Disculpe ¿Va a ordenar ya? - una chica con aura tímida y aspecto desaliñado, preguntó nuevamente.

- No, cuando veas a una chica aquí, ahí sí vienes si no, no - informé e hice un ademán con mi mano.

- Sí, señor - dio medía vuelta y se fue ¿Señor? ¿Tan viejo me veía? Si solo tenía dieciséis años.

Volví a ver mi reloj 3:14 p.m. era un hecho, no vendría. Tomé mi cabeza con ambas manos con frustración y apoyé mis codos en la mesa, ni siquiera tenía su número.

- Hey lamen...

- ¡He dicho que no voy a ordenar! - interrumpí, subí la mirada y abrí los ojos sorprendido, era ella - Mar, lo siento pensé que era la chica de...

- Tranquilo, entiendo - rió, restó importancia, se sentó - lamento la tardanza.

Mi corazón empezó a latir de emoción ¡Había venido! Sonreí.

- Lo importante es que estas aquí - guiñé un ojo - ¿Qué vas a ordenar?

Ella tomó el menú y lo ojeó.

- Quiero una porción de torta de chocolate y un jugo de naranja - informó y levantó la vista.

Llamé a la chica de hace rato y ordené lo de Mar y lo mío.

- ¿No eres de aquí? - indagué, tratando de romper el silencio incómoda que había en el ambiente.

- No, yo vengo de Latinoamérica - informó - vine aquí por un trabajo, sin embargo no está resultando como lo esperaba - hizo una mueca y desvió la mirada.

- Entiendo, ¿Por qué no es lo que esperabas? - inquirí, con curiosidad, quería saber todo de ella.

- Bueno, yo ehh - rascó su cuello e inclinó su cabeza - yo quiero ser cantante y pensé que aquí iba a tener una mejor oportunidad, pero me equivoqué.

- Tienes una gran voz, seguro y vas a llegar muy lejos - halagué.

- No lo creo, tengo pánico a escénico - se encogió de hombros. La chica llegó con nuestro orden y a ella le brillaron los ojos al ver el chocolate en la torta. Sonreí.

- Pero, cuando te conocí estabas cantando y se te vía muy cómoda - tomé un trago de mi jugo de naranja y la observé.

Su manera al mover sus labios mientras comía me encantaba, estaba concentrada comiendo.

- Sí pero era muy diferente, ese era un lugar pequeño y nadie estaba prestando atención así que creo no me dio pánico por ello...

- Toda mi atención estaba en ti y en tú voz - afirmé, ella levantó la vista y me quedó viendo por unos momentos, me acerqué a ella con cautela.

- ¿Q-qué haces? - abrió los ojos sorprendida y por inercia se echó hacia atrás.

- Tranquila, no te muevas - acerqué mi mano hacia su rostro y limpié un poquito de chocolate que estaba en la comisura de su labio - listo, ya puedes respirar - sonreí, Mar tragó saliva y rió con nervios.

- Yo sí estaba respirando - tomó un trago de su jugo - ¿Son mis nervios o hace calor aquí? ¡Es decir, hace calor! - dijo torpemente, no pude evitar reír.

Marshall: El Origen De La Maldición -Sin Editar-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora