Ella será amada 《Rami Malek》

Capitulo 25: "Lo lastimarás"

Némesis.

Pasaron dos días después de la cena en mi antigua casa, y presentía que todo iba a salir a la perfección, o por lo menos a mi favor. Imaginaba las expresiones de asombro y preocupación que debían tener aquellos dos estafadores junto ahora. No tenía un plan en concreto de venganza, para poder recuperar mi casa, debía haber un proceso legal, y en eso no podía yo sola, necesitaba orientación de alguien que conociera de esas cosas, pues nada me sacaba la idea de que esta acta de matrimonio era falsa y el testamento también, en algún lugar, deben estar los registros originales, los reales.

El problema era que no tenía a quien pedirle ayuda. Rami, descartado totalmente, Cole, aunque estudiaba leyes y podría darme algunos consejos, no sabía qué estaba pasando, y lo tenía creído de que aún seguía con Sami, con la esperanza de que mantenga una sana relación con Marie. A veces pienso que debí decirle la verdad desde el comienzo, sé que él me apoyaría, pero esto ya ha ido demasiado lejos, y mi orgullo no me dejaba contarle lo que había pasado.

Pensé en seguida en llamar a la trabajadora social, para solicitar un abogado del gobierno, entonces me levantè de mi asiento, fui directo al teléfono colgado sobre la pared y lo descolgué, al momento que alguien tocó en la puerta.

Volví a dejar el teléfono y camine hacia la entrada. Al abrir la puerta, me llevé una gran sorpresa inesperada. Sami estaba parado del otro lado, en silencio y sin expresión en su rostro.

-¿Qué haces aquí?-exclamé molesta. ¿Cómo me había encontrado?

-Tenemos que hablar.

-¡No tienes vergüenza!-trate de cerrarle la puerta pero me detuvo.

-Dime una cantidad-exclamó-Y te la daré en efectivo con la condición de que dejes a Rami-solté una risa.

-Ese dinero es mío, Malek, donde duermes, donde comes y donde trabajas es mío. Devuélveme todo eso y dejo a tu hermano-aprieta la mandíbula.

-No puedo, tengo una familia-lo miré con rabia.

-Yo también la tenía.

-Por favor-suplicó-Lo lastimarás.

-¿Tal y como tú lo hiciste conmigo?

-Tú no eres así, Nem.

-¿Y no te preguntas que fue lo que me llevó a ser así?-pausé-Me usaste, Sami, y cuando ya no me necesitaste me tiraste. Pasé por cosas que no te imaginas. Mi padre y yo confiamos en ti, en ustedes-tome aire y apreté los ojos-Me dolió mucho, y lloré, pero ahora tengo mucha rabia, rabia que necesito sacar.

-Lo lamento. Lamento todo-exclamó con rostro de culpa.

-Eso ya no es suficiente, Sami, ¿no lo entiendes?-estaba apunto de soltar las lagrimas.

-Podemos arreglarlo, por favor-suplico nuevamente, y estuve a punto de caer ante su cara de inocencia, la que un día no pude resistir.

-Bien, estaba a punto de hablar con un abogado. Que él lo arreglé-intenté cerrar la puerta de nuevo y metió su pie evitándolo.

-¿Un abogado?-tragó saliva-¿Para qué?

-Sé que el matrimonio y el testamento de mi padre son falsos. No soy estúpida. Y no me importa si los dos se quedan en la calle con su pequeño bastardo, si puedo darte donde más te duele, lo haré-él se sorprendió ante mis palabras y se irguió algo molesto.

-Bien, Némesis. Te daré dos días para que pienses en mi oferta, puedes pedir la cantidad que se te antoje, y si te rehúsas, tendré que responder tus amenazas de igual forma.

-Al fin hablas como un hombre-me burlé y le cerré la puerta en la cara.