Ella será amada 《Rami Malek》

Capítulo 32: "Castigo"

Rami.

Aparqué el auto frente a la universidad como de costumbre. Esperé solo un minuto, cuando una mujer se acercó hasta mi ventanilla.

—¿Señor Malek?—nombró.

—¿Sí?

—Soy Carol, la directora de la universidad. ¿Podríamos hablar adentro unos minutos? Es sobre Némesis y es importante.

—Claro—acepté. Bajé del auto y caminamos hacia la entrada. Cruzamos un pasillo angosto y solitario hasta su oficina. Ella tomo asiento detrás del escritorio y yo frente a ella.

Buscó unos papeles sobre una carpeta y me extendió una hoja.

—Son las notas del primer parcial de Némesis—tome la hoja y la leí. Me sorprendí al ver una materia con un cinco resaltado en tinta roja y las demás eran solo un poco más altas que esa.

—Como ve, tiene una materia reprobada, y si no la recursa se dará de baja automáticamente sin derecho a volver el siguiente semestre.

—No lo entiendo. A ella le gusta esta carrera—comenté anonadado.

—Últimamente se ha metido en problemas y ha sido protagonista de varios rumores y enfrentamientos en el instituto—la miré confundido—El día de la pelea le mandamos un citatorio pero no asistió usted ni ella a su castigo.

—Espere, ¿una pelea?

—Se dio de golpes con otra de las estudiantes—contestó abriendo lo que parecía ser ahora su expediente—Se le vio en los vestidores de los chicos, y un día se fue de pinta.

—No puedo creerlo—articule sin palabras.

—¿Usted es familiar de ella?

—Solo soy su tutor. El gobierno me la asignó por el programa de becas—asintió comprendiendo.

—¿No tiene más familia?

—No que yo sepa—se levantó y me entregó otra hoja.

—Debería interesarse más por la vida personal de su tutorada, es claro que algo está ocurriendo y usted no sabe. En esta hoja están las fechas de los exámenes extraordinarios y el número de la psicóloga de la escuela. Cuando ella esta lista, la atenderá—observé los papeles.

—Gracias—me incorporé y estreche mi mano con la de ella, controlando mi molestia. Salí de la oficia bastante disgustado ante haberme enterado de aquella forma.

Salí del edificio y la chica ya estaba afuera, recargada sobre el auto.

—Estuve llamándote—comentó cuando llegué con ella.

—Sube al auto—dije rechinando los dientes. Ella me hizo caso y subimos al mismo tiempo.

Una vez dentro, le pasé las hojas que me había dado la directora.

—¿Qué es esto?—preguntó sin leerlas.

—Tus notas—contesté—Me siento un poco decepcionado, Némesis. No son nada a comparación de tus notas anteriores—la miré. Ella estaba realmente sorprendida o no sabía si estaba fingiendo—¿Qué tienes que hacer para reprobar? ¿Acaso no entras a clases, no haces tus tareas? ¿A qué vas en realidad?—suspiré—Quiero que tu única responsabilidad ahora sea estudiar. Te estoy dando todo y no estas respondiendo como dijiste que lo harías.

—Tengo otros problemas, ¿de acuerdo?—remató.

—Oh, sí, también me dijo que te peleas con tus compañeras ¿Qué diablos está pasando contigo?—ella no respondió, al contrario me miró con algo de culpa, por lo que decidí tranquilizarme y conducir a casa en silencio. El ambiente estaba muy tenso y yo no quería empeorarlo, solo quería arreglarlo, saber lo que pasaba. Necesitaba respuestas y era difícil que me las diera.

Paré el auto frente a la cabaña y volví a mirarla. Ninguno de los dos se movió ni dijo nada por unos momentos.

—¿Qué puedo hacer, Nem? ¿Qué más necesitas? Estamos juntos pero en realidad no sé lo que te ocurre, que piensas y que sientes. Solo quiero que seas alguien en la vida—ella mantenía su mirada y postura hacia enfrente.

—Nunca le he caído bien a mis maestros—masculló.

—¿Qué? ¿Esa es tu respuesta? ¿No puedes hacerte responsable de esto por lo menos?

—Lo haré. Haré el examen y te demostraré que si puedo—espetó mirándome.

—Bien—asentí algo satisfecho—Pero estarás castigada—soltó una risa.

—¿Es una broma?

—No. Fue un acuerdo que hicimos desde el comienzo—dije con seriedad.

—Ya mandamos a la mierda todos nuestros acuerdos—reclamó.

—Este no. Necesitas aprender.

—¿Y qué? ¿Me quitarás el celular, la televisión, me enviarás a un curso de verano?—se burló.

—No verás a tus amigos. Ni saldrás como saliste ayer—me miró en silencio.

—Ayer no salí.

—Si lo hiciste. Vine a verte y Suzie me lo dijo.

—¿Acaso sigues espiándome?

—No. Tú al parecer sigues comportándote como una niña—eso la molestó, por lo que se bajó del auto con brusquedad y azotó la puerta. La seguí.

—Ya tengo planes esta noche—mencionó.

—Los cancelarás—la detuve y me puse frente a ella—No me importa con quien hayas quedado para verte. No saldrás y punto. Te quedarás a estudiar.

—¿Cuántas veces debo decírtelo, Malek? ¡No eres mi maldito padre!—me empujó y la tome de ambos brazos.

—Soy tu tutor y también soy tu novio, así que tengo derecho.

—Pues ya me estoy arrepintiendo de lo último.

—Yo también—se soltó de mi agarre y corrió a la puerta.

—¡Némesis!—la seguí, y detuve la puerta con mi mano cuando quiso abrirla, acorralándola entre ella y mi cuerpo—Tienes que entenderlo—murmuré y me apartó.

—Bien, yo también te castigaré por ser un idiota. No me tocarás hasta que yo lo decida—exclamó. Se dio la vuelta y entró en la casa cerrando fuertemente la puerta.