Capítulo 33: "Perra"

133 17 4
                                    

Némesis.

Caminé por el pasillo buscando a una persona en particular. Cuando la ví, me acerqué a paso acelerado hacia él.

—Necesito de tu ayuda—murmuré, sujetando su muñeca con delicadeza al momento que su mano sostenía la puerta de su locker.
Me miró unos instantes sin responder.
—Sé que Marie te dijo todo y lo lamento. Debí decirte la verdad cuando nos reencontramos, y no sé porque mentí sobre Sami.
—Porque querías alejarme para que estuviera con Marie—contestó—Y eso solo nos dañó a ambos.
—Lo lamento tanto—susurré con culpa—Estaban sucediendo muchas cosas y pensé que eso por lo menos me saldría bien—solté su muñeca, bajé la mirada y el cerró el locker—Y no debí mentirse sobre Rami.
—Tu venganza—lo miré—Lamento casi haber arruinado tu plan--dijo con sarcasmo.
—Las cosas han cambiado. Nunca he querido lastimarlo pero antes no me importaba, ahora quiero evitar a toda costa que lo sepa, por eso necesito de tu ayuda.
—¿Cuál es el plan?
—Quiero hacer todo legal, pero necesito el testamento original de mi padre. Y tu como estudias leyes, puedes asesorarme—asintió con la cabeza—Necesito infiltarme en mi casa para buscar esos papeles.
—Estarías infringiendo la ley desde un comienzo.
—No si esa en realidad es mi casa. Ellos están invadiendo ese lugar, además, se cómo entrar y salir sin que nadie lo note.
—Por supuesto que sabes—afirmo recordando todas las veces que me había escabullido y que mi padre nunca supo—Y si lo sabes, entonces ¿Qué necesitas ahora?
—Un cómplice. Que me lleve y me esperé afuera para escapar—me miró un rato.
—Bien. Hagámoslo esta noche—acepto.
—¡Gracias!—lo abrace con felicidad.

Pasé todas las clases pensando en el plan. No tenía mucho que idear, pues conocía mi casa a la perfección y, como dije, ya había entrado y salido sin problema. Solo pensaba en lo que podía hacer si probablemente me descubrían. Mi objetivo era borrar las fotos de la computadora de mi padre y de paso, encontrar su testamento real.
Por la noche, tuve que escabullirme también. Después de la horrible discusión que tuve con Rami por mis notas, deje a Suzie dormida en la habitación y le dije que estaría estudiando en la sala. Apague todas las luces y me subí al auto de Cole en la entrada. Condujo alrededor de veinte minutos por una carretera oscura, hasta que aparcó a uno metros de la mansión, tratando de ocultar el auto sobre la oscuridad alado de algunos arbustos.

—¿Sabes lo que vas a hacer?—me preguntó.
—Sí—contesté nerviosa—Espérame aquí y mantente listo para volver. Si ves que alguien entra o sale dímelo por mensaje—pedí colocando mi celular en vibración. Lo metí en mi bolsillo trasero y salí  sigilosa del auto.
Camine por un costado de la casa, hasta llegar a la parte trasera. Ahí, había un muro alto con algunos agujeros, donde podía insertarle unas tablas de madera que escondía sobre un arbusto a su lado. Las coloque, y fui escalando el muro. Del otro lado, caí sobre la cajuela de un viejo picup de mi padre y, corrí hasta una bodega de limpieza que se encontraba alado de garaje. Abrí el cerrojo con un broche de cabello y entré.
La bodega, pronto me diò paso al garaje y del garaje entre directo a la segunda sala de la casa. Abrí un poco la puerta y me asome. Las luces estaban encendidas y un olor a estofado me abrigó.
Kristen se encontraba cocinando en la habitación frente a la oficina de mi padre por lo que me detuve un momento. Pensé en cómo llegar a ella sin que me notará, hasta que su bebé comenzó a llorar en la planta de arriba. Ella pronto, pasó frente a mi, y sin darse cuenta subió las escaleras a toda prisa. Llegando mi momento, salí con agilidad y entré en la oficina de mi padre cerrando la puerta detrás de mí.
Fui directo a la computadora y la encendí. Ingrese la antigua contraseña, sin embargo, había sido cambiada.
—Mierda—susurré. No eran tan idiotas después de todo. Pensé en cual pudieron haber puesto después. Pensé en su hijo al instante y trate de recordar su nombre, el cual Rami había nombrado un par de veces.
—¡Jack!—celebré cuando introduje el nombre y la pantalla se abrió. De inmediato busque las imágenes en el computador y, efectivamente, ahí estábamos Sami y yo. Evité verlas y solo las elimine de la carpeta y luego de la papelera.
En seguida, busque algo más que me fuera útil. Entre en el correo de mi padre, y todos los mensajes habían sido borrados, lo cual, era muy sospechoso. Cerré todo y apague el aparato nuevamente.
En seguida, giré a mí alrededor y comencé a buscar entre todos los papeles. Todo era sobre juntas en el internado, deudas, servicios públicos, nada referente a mi familia. Abrí todos los cajones y en el último, encontré una fotografía de mi madre, cuando tenía más o menos mi edad.
—Por Dios, es idéntica a mí—murmuré impresionada.
Enseguida, algo llamó mi atención al fondo el cajón. Se trataba de una caja fuerte. Dejé la foto y observe bien. La caja pedía un digito y una huella digital para poder acceder. Sonreí, dudo que esto lo pudieran haber cambiado.
Para los dígitos introducir 0-4-0-2-9-8 , la cual era mi fecha de nacimiento y luego, coloque mi dedo pulgar. Una luz escaneo mis huellas digitales, la caja dio un click y se abrió, al momento que mi celular recibió un mensaje.
Lo que había dentro, me dejo tan sorprendida que dude si era real. Estiré la mano para tomar los papeles y en ese mismo instante, alguien abrió la puerta. Sami abrió los ojos al verme y luego, Kristen apareció detrás de él.
—¿Qué carajos haces aquí? ¡Largo de mi casa!—gritó ella acercándose a mí. con rapidez, me levanté y tomé el arma que se encontraba arriba de los papeles de la caja fuerte.
—Aléjate—ambos miraron tan sorprendidos y con temor el arma. Kristen dio unos pasos atrás y Sami la cubrió con su cuerpo.
—Estás loca—murmuró él.
—Esta es mi casa, perra. Y tengo los papeles—los tome con mi otra mano—Así que si llaman a la policía, lo pierden todo, entonces, haremos las cosas a mi manera. Me iré esta noche, pero volveré. Y les aconsejo que vayan recogiendo sus porquerías de mi casa—camine aun apuntándoles con el arma. Los rodee y salí de la habitación.
Salí por la puerta principal, y una vez afuera, corrí hacia el auto. Cole encendió lo encendió a toda prisa y aceleró antes de que yo se lo pidiera.
Caí en shock de repente al observar el arma sobre mi mano. Luego, la tire sobre el salpicadero.
—Mierda, Nem, ¿Qué hiciste? ¿De dónde sacaste eso?-exclamó eufórico. Ni yo misma sabía lo que acababa de hacer.

Ella será amada 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora