— ¡No, cancélalo, sácala de ahí, Joel! — Estela estaba alterada, derramando tantas lágrimas que seguro su cabeza dolería después.— Estela...
— ¡Rápido, saca a mi niña de ahí! No, no dejes que esté ahí dentro, mi Maddie, sácala...
— ¡Estela! — Joel se encontraba tenso e impotente, mirando a su hija dormida, los minutos posteriores al inicio de criopreservación habían sido eternos para él, afortunadamente su hija había mostrado niveles de vida, ingresarla a la cápsula había sido un éxito.
— Bien, ahora solo deben sacarla. — La voz de Amadeus parecía emocionada.
— Señor, usted sabe que aún no hemos logrado obtener un procedimiento correcto, el sujeto Uno es prueba de que...— Víctor comenzó a alegar.
— De suerte, por eso, creo que el sujeto Siete es suficiente estímulo para que logren algo... exitoso. Sí quieren recuperar a su hija, tiene que trabajar para lograrlo. — Amadeus les sonrió, retirándose a un paso tranquilo con sus dos gorilas, dejando a Samuel, Víctor y los Bennett con los ánimos bastante caídos.
╭☀╮
La primera semana los Bennett no dejaron las instalaciones, Joel pasaba demasiado tiempo tratando de averiguar cómo lograrían un procedimiento de reanimación exitoso. Samuel estaba más sumergido en sus cosas, ayudando a Joel y Estela en lo que podía, como llevarles comida, aunque ninguno tomará algo, solo estaban pegados a la cápsula de su hija.
— Joel, Estela... Deben comer algo, ya pasó una semana, y... — Víctor se aproximó de nuevo a ellos, sin cara para poder alentarlos, no sabría que estarían sintiendo sus amigos ahí mismo.
— Lo conseguiré, sacaré a mi hija de ésta cápsula... cueste lo que cueste. — Joel habló tan seguro que la esperanza volvió por un segundo, Estela lo miró con una tenue sonrisa, no debían rendirse.
— Sí, lo haremos... Así que, vayan a casa, descansen y yo cuidaré de Maddie, reanimaremos a Madeleine, y será exitoso. — Samuel se dirigió a ambos, con una sonrisa que mostraba la seguridad que Joel comenzaba a adquirir.
— Gracias... — Estela y Joel se levantaron de las sillas en las que estaban, y salieron de Kryos.
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D E S P E R T A R
RomanceEn 1990, Madeleine Bennett tenía una vida perfecta, estupendos amigos, una amorosa familia, un mágico primer amor... Una vida que le duraría hasta los diecisiete años. Porque el día que decidió acompañar a sus padres al trabajo, cavó su propia tumb...